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Santa Elena » Ladepartamental
Fecha: 25/03/2025 21:50
Una madre de Gato Colorado, ubicado en el departamento 9 de Julio, cerca del límite con Chaco y Santiago del Estero, presentó una denuncia ante la Justicia tras alegar que su hijo, de 7 años, fue víctima de violación en grupo en la "Escuela Albergue Conrado Nalé Roxlo N°1211", un establecimiento que cuenta con modalidad […] Una madre de Gato Colorado, ubicado en el departamento 9 de Julio, cerca del límite con Chaco y Santiago del Estero, presentó una denuncia ante la Justicia tras alegar que su hijo, de 7 años, fue víctima de violación en grupo en la "Escuela Albergue Conrado Nalé Roxlo N°1211", un establecimiento que cuenta con modalidad de internado. Según la mujer, su hijo y una hija mayor de 11 años, que también asiste a la escuela y habría sido testigo del hecho, relataron lo sucedido en una habitación del albergue destinado a los alumnos residentes. En su declaración a la radio 107 FM Digital, la madre exigió respuestas sobre la falta de intervención de los responsables de la institución. "Quiero que me den una explicación: por qué no escucharon los gritos desesperados de mi hijo pidiendo ayuda, por qué no fueron a ver qué pasaba, por qué le arruinaron la inocencia. Que vayan presos, que paguen el dolor que está sufriendo mi hijo. Lo que hicieron fue abandono de un alumno", expresó con indignación. Aunque no se han revelado públicamente las identidades ni las edades de los posibles abusadores, se ha trascendido que los sospechosos tendrían entre 10 y 15 años. En el establecimiento se desempeñan varios empleados, incluyendo la directora, una docente, un cocinero, un ayudante de cocina y el celador nocturno. En su denuncia, la madre de la víctima también solicitó que se separara al personal involucrado de sus funciones, haciendo un llamado a la comunidad para que se expresen si han vivido situaciones similares. "Hoy fue mi hijo, mañana puede ser otro", advirtió la mujer, haciendo un desesperado llamado a otros padres que pudieran haber sufrido hechos semejantes. "Si alguien pasó por esa escuela y sufrió lo mismo, que hable. Dicen que pasaron muchas cosas; que los padres de esos niños hablen hoy, que no tengan miedo, que hablen, por favor", agregó con un tono urgente. Desde la Delegación del Ministerio de Educación, se confirmó que se presentó la denuncia penal correspondiente y que se iniciaron sumarios administrativos en relación con el caso. Además, tomaron intervención en el asunto el juez penal de Primera Instancia de Tostado, José Luis Estévez, y funcionarios de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de Santa Fe, quienes se encargan de investigar y tomar las medidas pertinentes ante este grave incidente. La denuncia Los hechos quedaron al descubierto el viernes pasado, cuando la madre del menor, que aguardaba frente al edificio comunal de Santa Sylvina, provincia de Chaco, el arribo del transporte que llevaba los niños a esa localidad ubicada a 30 kilómetros del albergue de Gato Colorado, vio que al descender del vehículo el niño se cayó y no reaccionaba. “Estaba como enajenado, abstraído. Lo único cierto era que lloraba sin poder explicar su trauma. Me di cuenta de que estaba en condiciones emocionales excepcionales y mostraba dolor en su cuerpo”, dijo. “En esas condiciones fuimos a casa y ante mi insistencia me dijo que se había lastimado caminando en un lugar con muchas espinas y que tenía mucho dolor. Cuando intenté revisarlo volví a encontrarme con la negativa de ser tocado y se volvió a refugiar en su llanto”, explicó en su presentación. La mujer agregó: “Luego de unos minutos me dijo ‘no quiero que me toques’, pero después de llorar unos minutos, y mientras yo le decía que si tenía espinas se las iba a sacar, aceptó que le mirara la zona lastimada. Cuando observé el lugar me di cuenta de todo. Le dije que no eran espinas y él me respondió que si le prometía que no iba a ir más a esa escuela me contaría qué había pasado. ‘No quiero ir más, no quiero ver a mis compañeros’ me dijo”. “Tras calmarlo, lo llevé al doctor, aunque no quería que lo tocara. Lo acostó en la camilla boca abajo, y él no quería ser tocado por un varón. El médico lo tranquilizó y pudo revisarlo, constatando lo que había sucedido”, siguió la mujer. El peor momento que vivió el menor de 7 años fue el miércoles pasado, aunque antes, el lunes y el martes, dos alumnos mayores que él, en un juego perverso, le introdujeron sus penes debajo del pantalón. “Mi hijo me dijo que no le contó a la maestra porque los chicos lo amenazaban. Pero el miércoles, cuando terminó el horario escolar, a las 15, los enviaron a sus habitaciones a cambiarse la ropa y sacarse el guardapolvos. Y en ese momento los abusadores lo tiraron boca abajo y lo sometieron. ‘¡Yo gritaba pidiendo auxilio!¡¿Por qué la seño no vino!?’, preguntó inocentemente. La verdad es que nadie fue a ayudarlo, aunque por las dimensiones del lugar, muchos habrán escuchado”, recriminó. Algo más ocurrió casi en simultáneo. “Las nenas escucharon y fueron a ver. Mi hija vio todo. Quedó en shock. Una compañera entró, intentando que se terminara la agresión, y la manosearon. Las nenas le gritaron a la seño, que estaba sentada en la galería, pero no fue. No los ayudó”, según el relato de la mamá de la víctima. (Con información de La Nacion)
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