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  • Nadia Vasilchuk: fuerza y superación desde Concordia

    Parana » Uno

    Fecha: 25/03/2025 17:10

    Tras una grave lesión en la espalda que casi la aleja del crossfit, la concordiense Nadia Vasilchuk volvió a entrenar con más fuerza, determinación y valentía. Nadia Vasilchuk , una atleta de 30 años oriunda de Concordia, ha demostrado que la verdadera fortaleza no solo reside en el cuerpo, sino también en la mente. Su historia es de superación y resiliencia, marcada por desafíos físicos y emocionales que le han permitido redescubrir su amor por el deporte y la vida misma. Durante 12 años, Vasilchuk practicó atletismo, una disciplina que le brindó no solo fuerza física, sino también una mentalidad enfocada en la superación personal. Sin embargo, las lesiones formaron parte de su vida desde temprana edad. Una fractura por estrés fue el primer indicio de que su cuerpo necesitaba ser escuchado con más atención. Fue entonces cuando el crossfit entró en su vida, recomendado por los profesionales de la salud como una forma de seguir activa sin poner en riesgo su bienestar físico. Nadia Vasilchuk y sus sentidas palabras tras su regreso Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Nadia Vasilchuk (@nadiavsk) El cambio a esta disciplina no fue solo una alternativa, sino una verdadera pasión que rápidamente la llevó a competir al más alto nivel. Como muchas personas que se entregan de lleno a su pasión, comenzó a desafiar sus límites, y en su búsqueda por más, se dejó llevar por el círculo vicioso de querer mejorar constantemente. Cuando estaba en su mejor momento, la vida le presentó un desafío inesperado. En su intento por superar sus propios límites, sufrió una grave lesión en la columna vertebral, que requeriría una operación de urgencia. Esta lesión no solo amenazó su carrera deportiva, sino que también tuvo un impacto profundo en su salud mental. Los problemas psiquiátricos se sumaron a la lista de complicaciones, haciendo que fuera aún más difícil sobrellevar la situación. Fue un punto de quiebre en su vida. Pero también un momento de reflexión. A raíz de la operación de columna, comenzó a ver la vida y el deporte desde una nueva perspectiva. La lesión le hizo darse cuenta de que había dejado de lado aspectos importantes de su vida, como los afectos, el bienestar emocional y la verdadera razón por la que amaba este deporte. Aunque la recuperación no fue fácil, le permitió aprender a escuchar a su cuerpo y tomar decisiones más saludables a futuro. En diciembre de 2024, recibió un diagnóstico que cambió aún más su camino: Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Además, lidia con distimia, una forma crónica de depresión, estrés crónico y ansiedad, que, combinado con el TDAH, ha impactado en su vida cotidiana. La falta de concentración, el insomnio y las migrañas, comunes en entrenamientos de alta intensidad, se sumaron a los desafíos de su rutina diaria. Sin embargo, no se quedó de brazos cruzados. Está en tratamiento, lo que le ha permitido encontrar un equilibrio y empezar a sanar. Superando barreras: la concordiense habló con Diario UNO En declaraciones a UNO, Nadia compartió su historia, brindando un testimonio de su resiliencia y las lecciones aprendidas a lo largo de su viaje. —¿Cómo comenzó tu carrera en este campo? —Todo comenzó cuando sufrí una lesión en el atletismo, un deporte que había practicado durante 12 años. Tuve que ir a una clínica de diagnóstico por imágenes para hacerme un centellograma debido a una fractura por estrés. El profesional que me realizó el estudio me comentó que tenía una buena estructura y me sugirió probar el crossfit. Conectamos bastante bien, tanto que hoy en día es un buen amigo mío y alumno del gimnasio. Me invitó a probar una clase, y el dueño del gimnasio, al ver cómo me desenvolvía, me regaló el primer mes de forma totalmente desinteresada. Pero luego me alejé, ya que estaba completamente centrada en el atletismo. Competía a nivel nacional, preparándome para competiciones como la Copa Nacional de Clubes. Tiempo después, decidí darle otra oportunidad, ya que realmente me había gustado. Fue entonces cuando, a los 22 años, me comprometí con el crossfit de forma seria y nunca más dejé de practicarlo. —¿Cómo te afectó la presión de alcanzar un nivel tan alto y qué aprendiste de esa experiencia? —Mi objetivo siempre fue llegar a una RX o Élite (de manera individual) y me entrenaba todos los días con esa meta clara. Cada vez que sentía ganas de descansar, recordaba que las personas con las que competía seguían entrenando y eso me motivaba a seguir adelante. Sin embargo, en mi mejor momento, me dejé llevar por esa especie de círculo vicioso de querer más y al final me lesioné. Tuve una lesión en la columna que requirió cirugía urgente, lo que me dejó fuera por un tiempo. Los médicos me dijeron que tal vez nunca podría hacer crossfit nuevamente y eso desencadenó muchos problemas psiquiátricos. Pasé por momentos de depresión y ansiedad, aunque ahora estoy medicada. Mi lesión me hizo darme cuenta de muchas cosas que había dejado de lado, como mis relaciones personales y el verdadero disfrute del deporte que elegí. —¿Hay alguna competencia en la que sueñes con participar? —Sueño con volver al Freedom Battle, una competencia que realmente me encantó. También, tengo muchas ganas de conocer WestWod Mendoza, ya que nunca he ido. Por otro lado, el Argentina ThrowDown es otro evento que me gustaría muchísimo poder vivir. Además, siempre he pensado competir en Máster. Aunque no se le da la misma visibilidad, creo que es una categoría muy respetada, donde las competidoras son realmente fuertes y sólidas. —Como coach, ¿cuál es tu enfoque para trabajar con diferentes niveles de habilidad desde principiantes hasta atletas avanzados? —Para mí, una clase debe ser entretenida. Pero sobre todo, debe ayudar a mejorar la calidad de vida de la persona y despejar su mente. A veces, como coaches, nos olvidamos de esto. Pero siempre trato de tenerlo en cuenta. Lo que me caracteriza es la versatilidad de mis clases. Sé reconocer cuando una persona solo va a hacer ejercicio por hacerlo y también cuando alguien tiene como objetivo competir. Mis clases suelen ser bastante personalizadas, porque me gusta adaptarlas a las necesidades de cada uno. —¿Cuáles son tus objetivos a corto y largo plazo? —A corto plazo, tengo como objetivo mejorar mi salud psiquiátrica. En diciembre de 2024 me diagnosticaron TDAH. Además, tengo distimia, que es una forma crónica de depresión, estrés crónico, ansiedad e insomnio. También sufro de migrañas, especialmente después de entrenamientos de alta intensidad y, a veces, me cuesta concentrarme. En cuanto a mi salud física, tengo la meta a corto plazo de disfrutar más de mi cuerpo y aprender a escucharlo, algo que no hacía antes. A largo plazo, mi objetivo es seguir practicando lo que amo, continuar viviendo del crossfit y contagiar a las personas con esta pasión. —¿Qué le dirías a las mujeres que sienten que el crossfit no está hecho para ellas por miedo a los prejuicios sociales? —Muchas veces, las chicas tienen miedo de intentar algo nuevo. En mi box, el 90% de los alumnos son mujeres y estoy orgullosa de ellas, porque muchas de ellas pensaron alguna vez que no iban a poder hacer algún ejercicio, porque no tenían la fuerza necesaria. El crossfit es inclusivo y cualquiera puede hacerlo. Yo misma me rompí la espalda, pasé por una operación y ahora estoy entrenando sin ningún dolor. Si yo puedo, vos también podés. No importa si te va a costar, lo importante es intentarlo y ver si te gusta.

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