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Parana » AIM Digital
Fecha: 25/03/2025 16:12
Los vecinos del departamento Colón siguen en alerta por la instalación de una planta de combustibles sintéticos en la localidad uruguaya de Paysandú. “No es el momento ni de Argentina ni de Uruguay, porque estamos atorados con las necesidades económicas; este tipo de inversiones aprovechan esas necesidades para imponer ciertas voluntades que generalmente van en contra de los pueblos”, alertó a AIM Carlos Serratti, integrante de la Multisectorial. A partir de la planta podrían generarse una serie de impactos que, para entenderlos, hay que sistematizar el análisis. “Lo primero que se evalúa es cómo se presenta el riesgo, es una refinería de combustibles, no es una planta de hidrógeno verde, porque en esas instalaciones se van a producir, por un lado, hidrógeno a partir de la ruptura de la molécula de agua extraída del río Uruguay para separar hidrógeno de oxígeno por un lado, esto lo hacen con energía renovable, van a utilizar muchísima superficie para poder lograr la cantidad de energía que necesitan. Por otro lado, el dióxido de carbono, una vez que se unen estas dos sustancias mediante un proceso eléctrico, se transforman en metanol a partir del cual se obtienen cuatro combustibles”, explicó Serratti a esta Agencia. En esta situación, el riesgo está “en el tipo de productos que se van a elaborar. El hidrógeno es explosivo, una sustancia muy corrosiva, tiene que tener ciertos cuidados para su producción, almacenamiento y transporte”. En cuanto a las calderas que van a incinerar producción forestal, remarcó Serratti, “no tenemos precisiones sobre lo que va a salir por esas chimeneas; imaginamos que va a haber filtros, pero no tenemos mucha información sobre ese tipo de sustancias que pueden ser arrojadas, producto de la incineración; después quedan las cenizas dentro de las calderas donde se produce el proceso, que tampoco sabemos cuál va a ser el destino”. Sobre el metanol, agregó: “Es una sustancia bastante compleja, explosiva, ignífuga, a 20 grados gasifica, cuando lo hace a temperatura y presión ambiente aumenta unas 400 veces su volumen. Tanto líquido como gasificado tiene una afectación al ambiente y a todos los seres vivos que pueden estar en contacto con él. En una contaminación severa puede llevar a la muerte”. La ciudad de Colón, remarcó Serratti, se encuentra a 3.600 metros de la producción; además, “están hablando de producir 560 mil toneladas por año de metanol, pero pretenden llegar en pocos años más a 700 mil toneladas. Los vientos preponderantes en la zona desde primavera hasta abril son del cuadrante este, toda brisa que sople va a venir del lado de la planta, o sea que cualquier percance que se pueda producir toda esta zona puede ser afectada”. “No hay riesgo cero en las dinámicas de seguridad industrial. Hemos hablado con profesionales, con académicos y nos dijeron siempre está la posibilidad de que algo se rompa, un material falle, algo pueda colapsar; y en los tamaños y los volúmenes de la industria es muy difícil que alguien apriete el botón y se pare todo. Si hay una rotura, una pérdida de metanol, que se puedan esparcir y gasificar, los vientos lo van a traer para la zona de Colón. El concepto de incertidumbre está permanentemente presente y no podemos ignorarlo porque han sucedido hechos de esta naturaleza en distintos lugares del mundo y hay provocado desastres”. Reflexionó Serratti, “¿por qué tiene que estar sujeta la ciudad de Colón a vivir esta contingencia negativa, como potenciales, en un período de 15, 20, 30 años? ¿Y qué va a pasar cuando se empiece a deteriorar el sistema, cuando el valor de los productos que ellos estén generando se empiecen a sacrificar costos en el mantenimiento de las instalaciones?”. Continuó señalando que “también el concepto de incertidumbre se traslada a ¿dónde está la responsabilidad de eso, quién se hace responsable si un caso pudiera sucederse, a quién le reclamamos y mediante qué instrumento?, porque no tenemos una legislación que vincule los procesos atmosféricos, esto va más allá de una contaminación convencional, esto es una situación que hay que analizarla con la transdisciplinariedad, y donde tienen que comenzar a desarrollar nuevos instrumentos para contemplar situaciones especiales. No es el momento ni de Argentina ni de Uruguay, porque estamos atorados con las necesidades económicas; este tipo de inversiones aprovechan esas necesidades para imponer ciertas voluntades que generalmente van en contra de los pueblos”. Ante esta amenaza, “la población está vulnerable, no hay experiencias en este tipo de situaciones, no hay antecedentes como para saber qué hacer, la población está expuesta”. No se trata solo de la vulnerabilidad ambiental o de salud, “sino también la económica, ¿qué va a pasar con el costo del alojamiento en Colón y la demanda turística?, gran porcentaje de la población vive de esto. ¿Qué va a pasar cuando la gente no quiera venir a Colón porque tiene ese problema que son las cuatro chimeneas donde quemas combustible casi permanentemente para deshacerse de aquel combustible que no clasifica para ninguno de los que quieren producir?”. Serratti señaló: “Toda la instalación, más el proceso de producción, conspira contra la presencia de visitantes a esta zona que lo que vienen a buscar es naturaleza. No va a haber una demanda de localizaciones, la actividad tenderá a descender, lo que más rápido se recorta es el precio de alojamiento y no se pueden tener mejores servicios, va a quedar desafectada mano de obra y se va a producir un deterioro de las relaciones económicas dentro de la población”. Además, al analizar la actividad industrial por excelencia de la zona que es la producción de alimentos, indicó: “Muchos se exportan cumpliendo normas internacionales y no hay experiencia de una empresa de estas características produciendo a menos de 10 mil metros de una avícola, o de nueces que van para China. ¿Qué va a pasar con eso?”. “Son más los problemas que tienden a emerger que las soluciones; y si estas conclusiones se van obteniendo de aquello que la empresa puede haber dicho en su momento para hacer sus presentaciones y tener sus habilitaciones en la Municipalidad de Paysandú, aquello que no conocemos nos preocupa mucho más. No hay convenios transfronterizos que regulen los procesos atmosféricos de producción como los de este tipo, sí lo hay con el Estatuto del Río Uruguay que regula las condiciones de uso del agua, elemento jurídico donde uno puede basarse para hacer algún tipo de reclamo siempre y cuando las dos delegaciones se pongan de acuerdo”, concluyó.
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