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  • La salud del papa Francisco, en una cruda revelación de su médico: "Riesgo muy alto"

    Parana » Inventario22

    Fecha: 25/03/2025 12:28

    El papa Francisco fue dado de alta luego de 38 días de internación en el Hospital Gemelli de Roma producto de un cuadro de neumonía bilateral. A pesar de que su salud mejora lentamente, uno de los médicos que lo trató, el doctor Sergio Alfieri, relató lo cerca que estuvo el Sumo Pontífice de morir y explicó que en un momento se tuvo que decidir si "parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto”. Tras momentos de máxima preocupación, el jefe de la Iglesia católica se encuentra ya en la residencia de Santa Marta, donde continuará su recuperación. Antes de su partida, el argentino saludó por primera vez en más de un mes a todo el público presente en las afueras del hospital. Qué dijo el médico que trató al papa Francisco A pesar del optimismo actual entorno a la salud del Papa, Alfieri relató los momentos más duros que se vivieron durante los 38 días de internación en el Hospital Gemeilli. Según el médico, la gravedad del cuadro fue tal que el propio Francisco "sabía que podía morir". “Por primera vez vi lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor. Personas que, según he podido entender durante este periodo de hospitalización, lo quieren sinceramente, como a un padre. Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos”, reveló Alfieri. Según relató el médico, durante el tratamiento tuvieron que "elegir entre parar y dejarlo ir o forzarlo y probar todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo el riesgo muy alto de dañar otros órganos. Y al final tomamos este camino”. El peor momento del argentino fue el pasado 28 de febrero, cuando enfrentó un episodio de broncoespasmo. “Aquella noche fue terrible, él sabía, como nosotros, que quizá no sobreviviera a aquella noche. Vimos al hombre que estaba sufriendo. Pero desde el primer día nos pidió que le dijéramos la verdad sobre sus condiciones”, relató Alfieri. A pesar de la complejidad del panorama, el médico explicó como miembros de la iglesia no dejaron de creer en su recuperación: “todo el mundo oraba por él”. En ese sentido, explicó que "hay una publicación científica según la cual las oraciones dan fuerza a los enfermos, en este caso todo el mundo empezó a orar. Puedo decir que dos veces se perdió la situación y luego ocurrió como un milagro. Por supuesto, era un paciente muy cooperativo. Se sometió a todas las terapias sin quejarse jamás". Sobre el propio Francisco, Alfieri destacó su fuerza de voluntad y estado de ánimo durante toda su internación. "En cuanto empezó a sentirse mejor, pidió dar una vuelta por la sala. Le preguntamos si quería que cerráramos las habitaciones de los pacientes, pero en lugar de eso miró a su alrededor en busca de la mirada de los otros pacientes. Se desplazaba en silla de ruedas, un día salió de la habitación cinco veces, quizá más”. Por último, Alfieri explicó que tras ser internado, el papa tiene "prescripciones que se deben observar, como evitar el contacto con grupos de personas o con niños que puedan ser vehículo de nuevos contagios" aunque reconoció que "él es el papa, no somos nosotros los que podemos dictar el comportamiento". El saludo del papa Francisco a la multitud fuera del Hospital Gemelli El mismo día que recibió el alta médica, Francisco reapareció en público por primera vez en más de un mes. El pontífice, de 88 años, fue llevado en sillas de ruedas al balcón de su habitación, desde donde levantó el pulgar y saludó a la multitud que se encontraba fuera del Hospital Gemelli. “¡Gracias a todos!”, dijo con voz débil ante un micrófono y saludando a cientos de personas reunidas bajo el balcón, antes de abandonar el establecimiento. “Veo a una señora con las flores amarillas, qué bien”, dijo Francisco con la voz muy debilitada por el prolongado uso de oxígeno durante su hospitalización, que le debilitó los músculos de la garganta. El Pontífice dejó el hospital a bordo del pequeño utilitario que usa habitualmente para sus desplazamientos y que lo llevó hasta el Vaticano, donde también se reunió una gran cantidad de gente para ver su reaparición en las pantallas colocadas en la plaza de San Pedro.

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