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  • Se empiezan a conocer los temas a debatir pero de “unicameralidad” no se habla

    » on24

    Fecha: 25/03/2025 09:47

    El Director de Investigaciones Jurídicas de la Fundación Libertad, Garret Edwards, analiza lo que se viene y pone énfasis en un tema que, hasta el momento es tabú. Garret Edwards, es Director de Investigaciones Jurídicas de la Fundación Libertad de Rosario, está de viaje por el exterior actualmente, sin embargo su atención permanece en el quehacer de nuestra ciudad y nuestra provincia, de cara a lo que se viene: la reforma de la Constitución Provincial, las elecciones de los convencionales constituyentes y por sobre todo, los temas que se abordarán en la Asamblea y que regirán las vidas de los santafesinos para las próximas décadas. Hay borradores, intencionalidades, intereses populares y temas de los que no se quiere hablar, por lo tanto la elección de las personas que pondrán su rúbrica en la nueva constitución será crucial, aunque para el ciudadano haya otras prioridades quizás en el día a día. Garret hizo un llamado de atención, a través de su cuenta de X, sobre una acción que podríamos calificar de intocable para los políticos: la “unicameralidad”, que ya no exista la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, sino que se constituya una sola Cámara Legislativa Unicameral, con menos miembros, menos asesores, menos gastos y más eficacia en las resoluciones. Nuestro interlocutor, menciona en X: “veo a varios dándose cuenta ahora de que la Legislatura en Santa Fe debe ser unicameral. Quien suscribe estas líneas ya lo decía allá por abril de 2018, hace 7 años -Precisamente en la revista de ON24-. ¡Bienvenido sea que algunos están empezando a despertar!”. El artículo publicado en 2018 se llama “Tres hombres en busca de una reforma constitucional”, al final de esta nota, lo reproducimos completo. 62 años sin reformas Vamos ahora a aprovechar este contacto con el especialista, para desglosar algunos cuestiones generales sobre lo que se viene en menos de un mes, la elección de los convencionales. Garret indicó que “es una decisión muy importante, que debe superar a la política coyuntural, y se torna indispensable saber detectar a quienes están más preparados para abordar temas de largo plazo, cuál es su posicionamiento ideológico con respecto a aspectos que queremos que queden plasmados por décadas en nuestra Constitución Provincial. Hace 62 años que no se toca la Carta Magna y es ahí donde debemos poner atención, ya que se va a legislar por muchas décadas hacia adelante, es una gran responsabilidad de los Convencionales Constituyentes. Recientemente se votó la ley de necesidad de reforma, por lo tanto una vez que estén definidos los 69 elegidos, se convocará a la Convención Reformadora Constituyente dentro del plazo de un año desde la elección, o sea que hay tiempo hasta el límite máximo del 13 de abril de 2026 para convocar. Hay un plazo de trabajo de la Convención que no puede superar los 60 días y la ciudad establecida para el encuentro será la capital de Santa Fe. La Convención es soberana, esto quiere decir que se dará su propio reglamento donde definirán los temas prioritarios a abordar, dicen que hay unos 50 artículos posibles a reformar, pero en definitiva la Asamblea tiene potestad para meterse con todos los artículos de la Constitución. Habrá algunos más populares como la reelección del gobernador y otros más tabú como la unicameralidad y el control del gasto público que serán difíciles de abordar por los mismos beneficiarios de que las cosas sigan como están”. Los temas generales que están circulando en distintos borradores, y que seguramente se expresarán en la campaña electoral próxima, tienen que ver con la reelección, el equilibrio fiscal, los fueros, derechos digitales y ambientales, autonomías municipales, residencia en la provincia para los candidatos, seguridad, justicia. “Hay mucho voluntarismo programático sobre lo ideal para ellos, pero hay que analizar si ese ideario termina siendo operativo y beneficioso para toda la sociedad. También se habla de ficha limpia, transparencia, eficiencia, cuestiones que no son tangibles para una Constitución que regirá por mucho tiempo nuestros destinos. De todos modos, lo que no está prohibido, está permitido, por lo tanto, si hay convencionales que desean poner sobre el tapete de la discusión, cuestiones que no se pusieron en ninguna lista de temas, se puede hacer. Por eso es crucial entender a quienes vamos a votar para convencionales constituyentes, esto es mucho más un sesgo ideológico con una orientación definida, más que un sesgo político donde se evalúa la gestión de un intendente o del propio gobernador que también se postula como candidato. Por ejemplo, hay muchos jueces y hombres del Derecho que hubieran querido participar pero la ley dice que los legisladores sí pueden pero los jueces no pueden. Entonces, vemos que en los postulantes, hay mucha gente que puede no estar preparada intelectualmente para abordar cambios jurídicos nada menos que en nuestra Constitución Provincial y, sin embargo, se postulan para ello”. Por último, Garret recomienda “volver a los grandes principios que rigieron la grandeza de nuestra región, hay que mirar por lo menos 20 años hacia adelante, proyectar un futuro, votar capacidad jurídica, con conciencia ciudadana porque la Constitución Provincial es el documento jurídico más importante, es la última defensa de nuestros derechos y debe ser pensada para la posteridad”. Entonces, tratando de profundizar algunas de las problemáticas para reformar la Constitución, se habla de la reelección para el gobernador por única vez y evitarla para los otros cargos electivos como los senadores departamentales que tienen reelección indefinida, por ejemplo. Autonomías municipales para tener policía propia, normas propias pero también impuestos propios. Se quiere instaurar el equilibrio fiscal en la Constitución, que no se gaste más de lo que ingresa a las arcas públicas, pero qué pasaría si un gobierno de turno no lo puede lograr. La seguridad es una bandera del gobernador Pullaro, la elección de los jueces en el Consejo de la Magistratura que se hace por decreto desde hace tiempo, debe ser revisada. Pero de la unicameralidad, no se habla, hasta el momento. A continuación, reproducimos el artículo que motivó esta nota, donde Garret Edwards sí habló del tema en 2018 y cita a ex gobernadores que procuraron su reforma y no la pudieron concretar. Tres hombres en busca de una reforma constitucional Estamos en Roma. El año es 1921. Luigi Pirandello, un dramaturgo que en 1934 terminaría recibiendo el Premio Nobel de Literatura, estrenaba una obra de teatro que haría historia: “Seis Personajes en Busca de un Autor”. Haciendo culto del absurdo, jugaba con las relaciones entre autores, sus personajes y la forma en la que se hacía teatro. La reacción del público fue dividida, algunos llegaron a acusarlo de loco. El paso del tiempo le daría su justo lugar, y reconocería en los guiones de Pirandello la astucia en identificar algo que otros aún no habían descubierto. “Cuando nace un personaje, éste adquiere de inmediato su independencia, incluso de su propio autor. Una independencia tal que puede ser imaginado por cualquiera hasta en situaciones que el autor nunca había soñado para él; y es así que adquiere para sí mismo un significado que el autor nunca pensó en darle”, decía uno de los personajes de Pirandello. Tres hombres en busca de una reforma constitucional es en Santa Fe nuestro equivalente actual. Si bien es cierto que la última reforma constitucional en Santa Fe data de 1962, y que la deuda de su actualización ha acompañado a cuanto gobierno ha ocupado la Casa Gris, al menos, desde la reforma más reciente de nuestra Constitución Nacional en 1994, no menos cierto es que el debate por el tema de referencia ha sido una permanente en los tres gobiernos socialistas: Hermes Binner (2007-2011), Antonio Bonfatti (2011 2015) y, ahora, Miguel Lifschitz (2015-2019). Con ahínco, Binner fue contundente cuando intentó, durante su mandato como gobernador, propiciar la reforma de nuestra Carta Magna santafesina. Expresó que él se abstendría de la chance de ser reelecto si se agregaba la posibilidad de ser ungido nuevamente en el cargo que ya ocupaba. Fue más allá, en una demostración de honestidad intelectual y ética profesional intachables, y manifestó que si había jurado por una Constitución desempeñar fielmente su cargo, no podría jamás beneficiarse por las reglas de una Constitución por la cual él no había sido elegido. Por otra parte, los aportes de Bonfatti tampoco se alejaron demasiado de la idea de su antecesor de reformar la Constitución Provincial, aunque los mismos resultaron inútiles y, a la distancia, se vean apagados, tenues y cansinos. El actual Diputado Provincial y Presidente de la Cámara de Diputados de la Legislatura Provincial sigue en la línea trabajada en su tiempo, y ha declarado que “2018 es un año propicio para la reforma constitucional”. Ni antes ni después se refirió Bonfatti de manera expresa a cómo podría llegar a afectar personalmente una cláusula que permitiera la reelección consecutiva. Al día de hoy ya ha cumplido con el período de descanso inmediato obligatorio, quizá le preocupe menos que antes. Más cerca temporalmente, el actual Gobernador de la Provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz, marcó desde el día cero en su puesto que la reforma constitucional era, para él, primordial. En un principio dijo que si su potencial candidatura para una reelección se convertía en obstáculo para modificar y agregar en la Constitución todas las cosas buenas que le hacían falta, se haría al costado y no pondría trabas. Algo que no parece ser tan así en pleno año 2018, cuando el ambiente se va caldeando de camino a las elecciones en 2019. Nadie niega que hace falta actualizar en algún momento futuro nuestra Constitución Provincial en ciertos puntos neurálgicos: reconocimiento de la autonomía municipal, constitucionalización del Consejo de la Magistratura, limitaciones en los mandatos de todos los cargos electivos que hoy no tienen fin, unicameralidad de la Legislatura Provincial, entre otros tantos de mayor, igual o menor jerarquía. Uno no puede no preguntarse si vale realmente la pena hacerlo ahora, con el riesgo de que la Ley Fundamental santafesina pierda su mejor valladar contra los caudillismos vernáculos: la imposibilidad de reelección consecutiva del gobernador. “Si tan sólo pudiéramos ver de antemano todo el daño que podemos causar por el bien que creemos estar haciendo”, se lamentaba otro personaje de Pirandello en la seminal obra de comienzos del siglo XX. Tres hombres en busca de una reforma constitucional que, probablemente creyendo que están buscando el bien, pueden terminar haciéndonos caer en el infierno. Por Garret Edwards Director de Investigaciones Jurídicas de Fundación Libertad

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