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  • «Alargar la vida con fármacos no debería ser un objetivo para la sanidad»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 25/03/2025 05:57

    -Ya está a la venta Cómo llegar joven a viejo, ¿Cómo está siendo la acogida? -La verdad es que estoy muy contento porque se ha posicionado muy bien, hemos llegado a estar en el sexto libro más vendido de Amazon durante casi 48 horas. El primer libro que saqué el año pasado se ha vendido bien, entonces estábamos a las expectativas de este, pero el feedback ha sido muy bueno. -¿Este es una continuación del primer libro? -El enfoque es totalmente distinto y lo divido en dos partes, una para intentar hacerle ver al lector que el paso del tiempo, el envejecimiento, no debe de ser una cosa traumática ni desagradable, sino que debería ser una oportunidad para reconciliarnos con nuestro antepasado.Y por otro lado, intento, siguiendo un rigor científico, pero con un lenguaje divulgativo, ofrecerle al lector información sobre cuáles son los factores psicoemocionales y biológicos que más impactan en nuestro envejecimiento, y qué estrategias podemos implementar para mitigar esos factores, o para retrasar el avance de las manillas de ese reloj biológico, como son las duchas de agua fría, incorporar ciertos alimentos o ciertos suplementos, cómo mejorar la higiene del sueño, cómo hacer para mejorar ese sentimiento de soledad que hay en muchas personas o cómo evitar ciertos tóxicos. -Es un resumen de sus estudios de toda la vida... -Yo llevo más de 20 años liado con este tema de la medicina de estilo de vida y lo que he hecho es un compendio de todos estos hábitos que inciden directamente, un resumen de las cosas más significativas y más fáciles de aplicar, porque luego hay otros tratamientos que conllevan un gasto económico grande y que no están al alcance de la población en general, y esas, evidentemente, las he obviado. Rafael Guzmán. / A. J. González -¿Nos puede develar algunas claves para llegar jóvenes a viejos? -La primera de las claves es vivir acorde a nuestros principios. Si vivimos en un conflicto entre nuestras creencias, nuestra manera de percibir el mundo, la vida, y cómo nos comportamos, eso va a ser algo que, desde un punto de vista emocional, nos va a mermar la calidad de vida y nos va a hacer enfermar y envejecer rápido. El segundo hábito más importante es el sueño, sin duda, no bajar nunca, si somos personas adultas, de las 7-9 horas de sueño, para ello hablo mucho de la higiene del sueño y qué estrategias podemos utilizar. Luego, evidentemente, el sedentarismo 100% es un caballo de batalla con el que tenemos que luchar día a día. Entonces, hay pequeños trucos, pequeñas estrategias, que no necesariamente necesito ir a un gimnasio todos los días para obtener. También el meter en nuestros platos ciertos alimentos que sabemos que tienen rigor científico, las alcaparras, la granada, el aguacate, tenemos los arándanos, las moras, el aceite de oliva virgen extra, la cebolla... Hay una serie de alimentos que sabemos que nos protegen contra el envejecimiento. Hablo de huir de ciertos tóxicos que tenemos normalizados, hablo mucho de la sal y del azúcar, de las proteínas que debemos digerir, o incluso de la repercusión que tiene la soledad en nuestra salud. -En el libro habla de la diferencia entre esperanza de vida y esperanza de salud, ¿cuál es? -La esperanza de vida es un indicador estadístico que nos dice o nos presupone cuál va a ser la edad que va a cumplir esa persona si nace en un código postal y no varía para nada el contexto de ese país, sus circunstancias socioeconómicas o de sanidad, pero es un falso concepto porque no nos está indicando la esperanza de longevidad. Por ejemplo, en España, a principio de siglo, la esperanza de vida estaba por debajo de los 50 años y, sin embargo, nuestros abuelos todos han cumplido más de 70. Entonces es un término que induce mucho a error e influye en nuestra calidad de vida, en nuestra psiquis y nos predispone a abandonar ciertos hábitos. Yo critico un poco en el libro a los sistemas sanitarios actuales porque han conseguido alargar la vida de una población con fármacos y creo que eso no debería ser el objetivo de ningún Ministerio de Sanidad. -Si se conocen todos estos métodos, ¿por qué no se aplican en la sanidad? -Yo no quiero pensar en que ahí detrás hay intereses. Yo creo que en gran medida estamos dejándonos arrastrar por el confort y la comodidad, porque la medicina de estilo de vida es incómoda para las personas que se responsabilizan de su salud. Es más fácil tomarme una pastilla para quitarme un síntoma que responsabilizarme yo de mi salud e implementar cada día cosas que me incomodan. Esa visión de la salud es una medicina reactiva, es decir, reacciono cuando ya tengo el problema, creo que no es una medicina que abogue por una población longeva y sana. -¿Estas claves solo valen en países desarrollados? -Es curioso, porque esos países son más respetuosos con todas las leyes que gobiernan nuestra salud. En las zonas rurales hay más calidad de vida y hay más esperanza de vida que en las zonas industrializadas, de manera involuntaria son más respetuosos con el organismo que nosotros. Suscríbete para seguir leyendo

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