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  • ¿Cuál es el mejor agua del grifo que se bebe en la provincia de Córdoba?

    » Diario Cordoba

    Fecha: 25/03/2025 05:57

    Aunque por definición el agua debe ser insípida, incolora e inodora, y aunque los expertos son reacios a poner calificaciones a lo que, más allá de la química, podría enmarcarse en una cuestión de gustos, es muy habitual la elaboración de ránking de las mejores aguas de España. En el último estudio de la OCU sobre las aguas de grifo, realizado en otoño del 2024, las ciudades con el agua más buena del país resultaron ser Burgos, San Sebastián y Las Palmas. Por contra, entre las aguas analizadas más malas situaron las de Ciudad Real y Palma de Mallorca. El estudio, que no incluyó el agua de Córdoba, se basaba en si el agua del grifo que se consumía en esas ciudades es blanda, poco dura, dura o muy dura, una característica que se mide en grados franceses (10,0 mg de CaCO3 por litro de agua): si tiene menos de 12ºF, entre 12 y 30ºF, entre los 30 y los 40ºF o si tiene más de 40ºF, respectivamente. Cada agua tiene su ADN Los 77 pueblos de la provincia de Córdoba beben de distintos embalses, manantiales y pozos, que tienen cada uno de ellos distintas cualidades, si bien todas estas aguas potables comparten la obligación de cumplir el real decreto 3/2023 por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro. A Gabriel Benítez, jefe de servicio de Emproacsa, la empresa de abastecimiento del agua de la Diputación de Córdoba, le gusta decir que «cada agua tiene su ADN». «No es ni mejor ni peor, tiene unas características u otras. Al final todas, todas tienen que cumplir el mismo real decreto». Desde Emacsa apuntan que la tónica general es que los embalses situados en la margen derecha del río Guadalquivir, presentan en general características mineralógicas muy similares a las de Guadalmellato, es decir, baja-media salinidad y baja-media dureza, al encontrarse ubicados en zonas graníticas de baja solubilidad de materiales, lo que se puede alterar algo cuando se producen bombeos desde el río Guadalquivir en los casos de El Arenoso y La Breña II. Por su parte, los embalses de la margen izquierda del río Guadalquivir, que están localizados en zonas de campiña calcáreas y yesíferas tienen aguas en origen con un mucho mayor contenido salino (por ejemplo, Iznájar). En este sentido, de las aguas que trata Emproacsa, la de Sierra Boyera, que está en el mismo río Guadiato, son «fácilmente tratables»; Martín Gonzalo no tienen apenas elementos exógenos que la compliquen, tienen unas características y una analítica muy buena, y el agua de Iznájar, parte de la cual viene del deshielo es «un agua también muy buena, o sea, ninguna es excesivamente compleja», apunta. El agua de la capital El agua de Córdoba está considerada como una de las de mayor calidad de España aunque es ligeramente dura debido a la presencia de minerales como el calcio y el magnesio, procedentes de los suelos y rocas por los que discurren los ríos que alimentan los embalses de captación, y específicamente por los materiales graníticos que conforman los vasos de los embalses de Guadalmellato y Navallana, explican desde Emacsa. "Tiene un equilibrio mineral adecuado, lo que la hace apta para el consumo humano y beneficiosa para la salud", aseguran. Para garantizar todos los parámetros, el tratamiento que recibe el agua en las plantas potabilizadoras garantiza su seguridad y calidad y se hacen del orden de 50.000 controles rigurosos al cabo del año garantizando tanto ante la Autoridad Sanitaria como ante el propio ciudadano que el agua cumple con los más altos estándares de calidad. Embalse del Guadalmellato, en imagen de este año. / Manuel Murillo "Entre sus elementos diferenciadores podemos decir que el agua de Córdoba se caracteriza por su origen natural, procedente de embalses situados en entornos con baja contaminación ambiental y con un nivel de protección y vigilancia máximos lo que impide el desarrollo en sus inmediaciones de actividades industriales que puedan afectar a la dinámica natural del embalse de Guadalmellato, como fuente habitual de captación; además la actividad agroganadera en la zona es de muy baja intensidad lo que refuerza su protección", indican desde la empresa municipal agua. Por otro lado, la composición mineral ligera del agua de la ciudad unida a un proceso de tratamiento que emplea todos los medios técnicos de última generación disponibles en la Estación de Tratamiento de Aguas Potables de Villa Azul, tales como dosificación de permanganato potásico, dióxido de cloro, ozonización y carbón activo en polvo, entre otros, son garantes de un proceso que discurre sin especiales incidencias. Además, desde Emacsa destacan el uso de cloramina (combinación de cloro y amoniaco) , "lo que se traduce en un agua con un sabor más suave y agradable, prácticamente insípida, que además garantiza más eficazmente su seguridad microbiológica en los puntos finales de la red de distribución". Suscríbete para seguir leyendo

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