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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/03/2025 04:39
Desde 1975 hasta 2025, Argentina alternó entre distintos esquemas, con controles y tipos de cambio múltiples, y en menor medida, con libre flotación de la cotización del dólar (Foto: EFE) En una reciente entrevista, Luis Caputo afirmó que cada vez que Argentina tuvo libre flotación, el resultado fue negativo, y explicó que eso ocurrió porque siempre hubo déficit fiscal. Es decir, para el ministro de Economía, liberar el tipo de cambio con desequilibrio fiscal conduce a emisión monetaria, lo que impulsa la suba del dólar. Sin embargo, si se observan los últimos 50 años de políticas cambiarias, la mayor parte del tiempo predominaron los controles y la flotación “sucia” (con intervención del Banco Central). Desde 1975 hasta 2025, Argentina alternó entre distintos esquemas, con controles y tipos de cambio múltiples, y en menor medida, con libre flotación. 1973 a 1976 : rigieron restricciones cambiarias . Tanto con los ministros José Ber Gelbard como con Alfredo Gómez Morales , políticas que derivaron en el Rodrigazo de 1975, prolongado hasta el 24 de marzo de 1976. 1976 a 1978 : coexistieron cuatro tipos de cambio : libre, exportación, importación y financiero. No hubo tipo de cambio único ni libre. 1979 a febrero de 1981: se aplicó la tablita cambiaria de José Alfredo Martínez de Hoz, un esquema de devaluación prenunciada con tipo de cambio semirrígido. El gobierno se endeudaba, principalmente a través de YPF, y vendía dólares para contener su alza. Al mismo tiempo, colocaba bonos con tasas de interés elevadas para incentivar el carry trade -en ese momento conocido como “bicicleta financiera”-, lo que inducía a los inversores a vender dólares y colocar los pesos en bonos con rendimientos superiores a la devaluación. Un mecanismo similar al actual. Con la tablita cambiaria de Martínez de Hoz se generó una bicicleta financiera al colocar el gobierno bonos con tasas de interés elevadas para incentivar el carry trade La tablita finalizó en febrero de 1981, cuando, antes de asumir la presidencia, Roberto Viola y su ministro de Economía Lorenzo Sigaut pidieron una devaluación del 10%. Se estimaba que con un dólar 30% más alto se alcanzaría el tipo de cambio de equilibrio. Sin embargo, Sigaut devaluó 30%, luego otro 30% y finalizó el año con una devaluación acumulada de 360%. A fines de 1981, Viola fue desplazado y asumió Leopoldo Galtieri. Roberto Alemann se convirtió en ministro de Economía y liberó el mercado de cambios. Pero todo duró poco: en abril de 1982 comenzó la guerra con Inglaterra y el programa de desregulación, privatización y desinflación quedó trunco. El Banco Central no cumplió durante gran parte de su historia con el mandato de preservar el valor de la moneda (Foto: Reuters) Siguió un período de transición hacia las elecciones. Fueron ministros de Economía José María Dagnino Pastore y, en el BCRA, Domingo Cavallo . En ese lapso se profundizaron los controles cambiarios . Jorge Wehbe asumió el Ministerio de Economía hasta los comicios, sin avanzar hacia un mercado libre. Durante todo el gobierno de Raúl Alfonsín no existió libre mercado cambiario. Hubo esquemas múltiples , con intervención del BCRA que, a través de subas de tasas, alimentaba la bicicleta financiera. La más crítica fue la del Plan Primavera, que colapsó el 6 de febrero de 1989, cuando el BCRA anunció que dejaría de vender dólares para contener el tipo de cambio. Se desató una corrida que desembocó en la hiperinflación. Durante la presidencia de Carlos Menem -julio 1989 a diciembre 1999- , con Domingo Cavallo como ministro de Economía (1991-1996), se estableció la Ley de Convertibilidad: 1 peso = 1 dólar . En ese período, el tipo de cambio fue formalmente libre, pero a partir de 1994 surgió el déficit fiscal, financiado con deuda externa, lo que elevó las tasas de interés y presionó sobre el tipo de cambio. Todo terminó en la crisis de 2001-2002. Los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner (2003-2015) no permitieron la flotación libre y pusieron el cepo cambiario en al inicio de la segunda presidencia de CFK. Los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner no permitieron la flotación libre y pusieron el cepo cambiario en al inicio de la segunda presidencia de CF En la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019) volvió el tipo de cambio sin restricciones formales, pero con el esquema de las Lebac como instrumento de regulación monetaria derivó en la crisis de abril de 2018, y el regreso del cepo cambiario en agosto de 2019. Alberto Fernández (2019-2023) mantuvo el cepo durante toda su gestión. En síntesis, resulta inexacto afirmar que cada vez que hubo tipo de cambio libre, el país terminó en crisis. Orígen de la emisión monetaria Las crisis derivaron del intervencionismo estatal en el mercado cambiario, ya sea mediante controles directos, manipulación de tasas de interés o endeudamiento externo para contener el tipo de cambio. Las crisis derivaron del intervencionismo estatal en el mercado cambiario, ya sea mediante controles directos, manipulación de tasas de interés o endeudamiento externo (Foto: EFE) Que hoy no haya déficit fiscal es un tema en discusión, ya que falta contabilizar intereses devengados de Lecap, LEFI, entre otros instrumentos. Eso no garantiza que la salida del cepo y los controles sea ordenada. El BCRA, bajo control de cambios, debe emitir para comprar dólares a los exportadores. Es decir, la emisión monetaria persiste, aunque luego se intente absorber vendiendo esos dólares en el CCL y aplicando el dólar blend para contener la brecha. ¿Tiene costo político liberar el mercado? Probablemente. Pero es el precio de haber sostenido artificialmente el atraso cambiario Sin embargo, se mantienen restricciones al giro de utilidades y dividendos. Ante la incertidumbre sobre la política cambiaria, el carry trade comenzó a desarmarse. Los exportadores postergan ventas y los importadores aceleran operaciones ante una eventual suba del dólar. En definitiva, la emisión no proviene únicamente del déficit fiscal. El BCRA también emite cuando hay cepo, lo que estimula las bicicletas financieras, demora el giro de utilidades, desalienta inversiones, desincentiva exportaciones por el tipo de cambio atrasado y subsidia las importaciones. Se afirma que las devaluaciones no sirven. Coincido. Lo que debe hacerse es liberar el mercado cambiario, única forma de conocer el tipo de cambio real: el que determine el mercado, no un funcionario según su conveniencia. ¿Tiene costo político liberar el mercado? Probablemente. Pero es el precio de haber sostenido artificialmente el atraso cambiario.
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