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» Corrienteshoy
Fecha: 25/03/2025 04:11
Inmigración e impuestos demoran la gran coalición en Alemania A las cinco de la tarde de este lunes se cumplía el plazo para que los 16 equipos de negociación presentasen sus respectivos textos al «grupo de liderazgo», encargado de la última supervisión, pero llegó la hora y los papeles no estaban listos .Los negociadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) alegaban que los socialdemócratas del SPD, sus potenciales socios de gobierno, ignoraron fríamente el resultado de las elecciones (28,6% para la CDU/CSU, 16,4% para el SPD), que debería marcar a su juicio el peso de cada uno de los partidos en el resultado de la negociación.Es por eso que el conservador Friedrich Merz ha pedido que esta vez no llamemos al próximo gobierno alemán «gran coalición», dada la distancia entre el apoyo electoral que ha obtenido cada socio, y ha desatado en Berlín una carrera por bautizar el nuevo engendro. Debido que ambos partidos están abiertos a volver a comprar gas ruso, el copresidente de Los Verdes ha ganado puntos con la sugerencia «coalición Moscú».Noticia Relacionada estandar Si Nacionalistas polacos bloquean la frontera para protestar contra la política migratoria de Alemania Rosalía SánchezLos negociadores, sin embargo, no están para bromas. Los socialdemócratas, según el sentimiento generalizado, están negociando con más habilidad y a la CDU le preocupa la brecha entre lo que prometió en la campaña electoral y lo que podrá incluir en el acuerdo.Ya está acordado el rechazo total de los solicitantes de asilo en las fronteras alemanas, pero el SPD insiste en que se hará «en coordinación con nuestros vecinos europeos». Merz, sin embargo, no descarta el unilateralismo alemán, que está causando gran malestar en las vecinas Austria y Polonia . Sin embargo, el SPD no quiere estar de acuerdo con esto bajo ninguna circunstancia.El negociador conservador, Christoph de Vries, sostiene que un «verdadero cambio de rumbo en el asilo» es una condición indiscutible. Es importante también para la CDU reducir el impuesto de sociedades lo antes posible, situándolo entre el 30% y el 25 %. Esperaba negociar entre esos cinco puntos porcentuales, pero el SPD sólo ha ofrecido recortes de impuestos a partir de 2029, el último año del período legislativo, y sólo una reducción de un punto porcentual, hasta el 29%. Tampoco hay acuerdo todavía sobre la reforma del impuesto sobre la renta. El SPD pone como condición un aumento de la cotización de los altos ingresos a cambio, concretamente aumentar los tipos impositivos máximos del 42 al 47% y del 45 al 49%, además de reintroducir el impuesto sobre el patrimonio y abolir la división conyugal.Conversaciones difícilesEl SPD, por otra parte, reclama un aumento del salario mínimo de los 12,82 euros actuales a 15 euros por hora a partir de 2026. Y quiere garantizar permanentemente un nivel de pensiones de al menos el 48% de los ingresos medios. La CDU insiste en indexar la subida al crecimiento económico, porque la política de pensiones no debe ser «siempre a expensas de la generación joven». Y sigue abierto el artículo 218 del Código Penal, que tipifica el aborto como delito punible con excepciones. A última hora ha entrado una exigencia de reforma del SPD que ha indignado a los negociadores de la CDU.En la visión de conjunto, Merz ha prometido un «cambio de rumbo económico» y necesita poder presentarlo a los votantes. Ya ha tenido que ceder al partido conservador hermano, la CSU bávara, la ampliación de la pensión de maternidad, la desgravación fiscal para el sector de la restauración y la vuelta al gasóleo agrícola subvencionado. También ha anotado exención fiscal para las horas extras y el trabajo continuo libre de impuestos en la edad de jubilación. Sabe que un verdadero cambio exige más reformas fundamentales en la seguridad social y la perspectiva de una verdadera reforma fiscal para que las empresas alemanas puedan enfrentarse a sus competidores en el extranjero.Pero hasta ahora no hay señales de que el SPD quiera aceptarlo. Por el contrario, está exigiendo nuevos subsidios, como una prima de compra para los coches eléctricos, financiada con el fondo de la deuda.El secretario general de la CDU, Carsten Linnemann, reconocía el lunes por la noche que quedan «conversaciones difíciles». Los textos ya cerrados son «alentadores», pero hay todavía «puntos de desacuerdo». Linnemann no quiso comprometerse ya con un calendario fijo, a la espera de pactos que permitan un «cambio de política» en Alemania.Mencionó las áreas de migración, economía y asuntos sociales. En particular el «subsidio ciudadano» para parados de larga duración. El «cambio de política» vendrá determinado por «si tendremos éxito en estos puntos o no», avanzó, mientras Europa sigue esperando a que un nuevo gobierno alemán aporte a la unión el peso necesario en política exterior y de defensa.
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