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  • Marita Sartor, una vida marcada por el exilio y la lucha por la memoria, la verdad y la justicia

    » Corrienteshoy

    Fecha: 24/03/2025 22:24

    Marita Sartor, una vida marcada por el exilio y la lucha por la memoria, la verdad y la justicia En el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) comparte el testimonio de Marita Sartor, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias, quien relata su historia de vida marcada por el exilio durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. Su voz, cargada de emotividad y reflexión, invita a recordar, a no olvidar y a seguir construyendo una sociedad basada en la verdad, la justicia y los derechos humanos. Marita Sartor es ingeniera agrónoma, docente y secretaria de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE. Su actividad diaria se reparte entre el verde del Campus Cabral, las aulas, reuniones con estudiantes y su rol de madre de tres hijas. Aunque a simple vista parezca que se trata de una profe como cualquier otra, su historia de vida tiene una particularidad y la vincula a este día de conmemoración de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Marita nació en Francia en 1981, durante el exilio de sus padres, Jorge y Elsa, quienes tuvieron que abandonar el país junto a sus dos hijas mayores y su abuela, en un contexto de persecución política y clandestinidad. El relato de la docente universitaria es parte de un reel que se comparte este 24 de marzo en las redes sociales de la UNNE, donde se rescatan fragmentos de sus vivencias durante la dictadura, incluso desde antes de nacer. Su madre Elsa, tuvo que maternar en condiciones extremas, dando a luz a sus hijas en la clandestinidad; mientras su padre Jorge, militaba en las Ligas Agrarias. "El miedo era constante. Mis padres salían a trabajar sin saber si volverían. No podían decir quiénes eran realmente", recordó la docente. "El exilio fue un momento de paz para la familia, pero también de mucha tristeza. Allí convivimos con otras personas que habían sufrido torturas, pérdidas y desapariciones. Era un momento de duelar en comunidad", agregó. A pesar de las dificultades, Marita destaca que el exilio también fue un espacio de resistencia y reconstrucción familiar. "Nací rodeada de mucho amor, pero también de mucho dolor. La historia de mis padres me atravesó desde niña y me marcó para siempre", afirmó. Al regresar a la Argentina en 1984, con la recuperación de la democracia, la familia enfrentó nuevos desafíos. "Volvimos con la ilusión de retomar el trabajo truncado por el exilio, pero todavía vivíamos con miedo. No podíamos hablar abiertamente de nuestra historia", contó Marita. Su padre retomó sus estudios de Agronomía en la UNNE, donde se recibió y luego trabajó fuertemente para apoyar a pequeños productores. Hoy, como docente universitaria, Marita vive su profesión desde un lugar profundamente humanizado. "Para mí, la docencia tiene que priorizar el bienestar de los estudiantes, la justicia, la verdad, los derechos humanos y la diversidad", sostiene. Su experiencia de vida, marcada por el respeto a la diversidad y la solidaridad, se refleja en su labor diaria, tanto en las aulas como en su rol en Asuntos Estudiantiles. En el marco de esta conmemoración histórica, la docente valora especialmente la recuperación de la memoria que impulsa la UNNE. "Es la primera vez que puedo hablar en primera persona de mi historia. Esto me llena de orgullo y me parece fundamental para la sociedad, especialmente en fechas como el 24 de marzo", expresa. Además, destaca la importancia de entender que la dictadura no solo afectó a quienes la vivieron directamente, sino que dejó una pérdida colectiva en términos de producción científica, educación y proyectos sociales. En su testimonio, Marita también reflexiona sobre la transmisión de esta memoria a las nuevas generaciones. "A veces siento que los estudiantes no se apropian de esta historia, pero creo que es importante contarles que esto le pasó a alguien con quien conviven diariamente. Que no es algo lejano, sino que puede tocarnos a todos", afirma. Con sus tres hijas, Marita ha transmitido los valores de solidaridad, empatía y justicia que heredó de sus padres. "No reivindico el exilio ni la clandestinidad, pero sí reivindico los valores que mis padres me enseñaron. Ese es mi legado", concluyó. El testimonio de Marita Sartor es un llamado a la reflexión y a la acción. Nos recuerda que la memoria no es solo un ejercicio del pasado, sino una herramienta para construir un futuro más justo y humano. La Universidad Nacional del Nordeste reafirma así su compromiso con la verdad, la justicia y la defensa de los derechos humanos, honrando a quienes, como Marita y su familia, han luchado por un país más libre y solidario. Diario Norte

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