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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/03/2025 10:46
El informe de IDESA señala que el problema del empleo en Argentina no es de cantidad, sino de calidad, con predominio de trabajos precarios En la semana en que el Indec informó que la desocupación alcanzó el 6,4% en el cuarto trimestre de 2024, un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) analizó las causas por las cuales los niveles de desempleo no se disparan, incluso en contextos recesivos. En ese marco, el trabajo abordó cómo la transformación del mercado laboral permite contener los indicadores de desocupación sin que eso implique una mejora en las condiciones de empleo. De acuerdo al informe de IDESA, la contención del desempleo no se debe a una expansión del empleo formal, sino a una creciente informalidad estructural. Según el relevamiento, “la razón para que el desempleo sea bajo, aún en tiempos de crisis, es la fuerte expansión del cuentapropismo”. Esta dinámica permite explicar por qué el desempleo en la Argentina, a pesar de la caída del empleo registrado y la creciente percepción social de falta de trabajo, permanece en niveles inferiores a los dos dígitos. El estudio afirma que “cuando una persona no logra conseguir un empleo en una empresa formal generalmente apela a autoemplearse”. Esta tendencia no es nueva, pero se vio profundizada en los últimos años por el acceso masivo a tecnologías digitales. Según el análisis, “esta modalidad de inserción laboral se ve facilitada por las nuevas tecnologías. Utiliza su auto para transportar personas, su moto o bicicletas para hacer repartos o vender productos por las redes sociales”. La proliferación de este tipo de ocupaciones genera una cobertura estadística parcial: las personas que trabajan a través de plataformas o se autoemplean ingresan en la categoría de ocupados, pero no necesariamente acceden a condiciones dignas de contratación. En ese sentido, IDESA subraya que “la pérdida de empleos de buena calidad (asalariados formales) se compensa con el aumento del cuentapropismo”. A diferencia de lo que sucede en modelos de empleo con mayor formalidad, donde los ciclos económicos tienen efectos más visibles sobre el desempleo, en la Argentina la informalidad actúa como una red de contención. “Las plataformas digitales son una vía rápida de fuente laboral tanto para gente que se queda sin trabajo como para las que quieren entrar desde la inactividad”, indica el informe. Sin embargo, esta expansión no va acompañada de una mejora estructural en el sistema laboral. “Pero si hubiese mejores instituciones laborales muchos podrían conseguir empleos de mejor calidad”, señala IDESA. El informe aclara que hubo avances parciales en materia de reformas. Por ejemplo, menciona que se eliminaron algunas distorsiones como la multiplicación de las indemnizaciones por despido. No obstante, insiste en que “hasta ahora hubo avances parciales eliminando algunas de las distorsiones más severas de la legislación laboral, como la multiplicación de la indemnización por despido”. Las transformaciones necesarias siguen pendientes: “en lo sustancial siguen vigentes las mismas regulaciones obsoletas y las malas prácticas dentro de la justicia laboral”. El estudio también muestra que la percepción de falta de empleo es real, aunque no se manifieste del todo en la tasa de desempleo abierta. “Entre la gente que manifiesta tener falta de empleo, el crecimiento de los ocupados demandantes y disponibles duplica al de los desempleados”, advierte el documento. Por eso, la mirada cuantitativa sobre el desempleo no alcanza para comprender la dimensión del problema. “El problema de empleo en Argentina es más de calidad (empleos precarios y mal remunerados) que de cantidad”, resume el informe. Qué dicen los datos oficiales El miércoles 20 de marzo, el Indec publicó los resultados del mercado de trabajo correspondientes al último trimestre de 2024. Según el informe, la desocupación se ubicó en 6,4%, lo que afectó a 1,45 millones de personas en todo el país. El dato representó un aumento respecto al mismo período de 2023 (5,7%), aunque mostró una mejora frente al tercer trimestre (6,9%). Durante los últimos tres meses del año pasado, la oferta laboral se incrementó en 283.700 personas, mientras que el empleo subió en 372.200. Sin embargo, en el acumulado anual, el número total de personas desempleadas aumentó en 180.100 trabajadores. En ese contexto, la informalidad jugó un papel clave. Mientras el empleo registrado cayó en 234.100 personas, el empleo no registrado creció en 387.300. La participación laboral alcanzó un récord con 22,6 millones de personas, al igual que el total de ocupados, que llegó a 21,2 millones. Pero dentro de ese universo, la población informal superó los 8 millones, mientras que el empleo formal se redujo al nivel más bajo desde el primer trimestre de 2023. Los sectores de mayor dinamismo fueron Comercio y Construcción. El primero explicó el 85% del crecimiento total del empleo formal entre noviembre y diciembre de 2024, y alcanzó su nivel más alto desde el inicio de la serie estadística en 2009. En diciembre, el sector Comercio se expandió de forma destacada, especialmente en los rubros de productos farmacéuticos y cosméticos, consumo masivo e indumentaria. Por su parte, la Construcción creció 1% en diciembre y llegó a su nivel más alto desde mayo. En contraste, la Industria perdió 2.600 empleos ese mes y acumuló dos períodos consecutivos de caída. Otro dato relevante surgió del impacto administrativo en los registros de monotributistas sociales, a partir de los cambios introducidos por el Gobierno en los requisitos para mantener el beneficio. El total de monotributistas sociales cayó de 673.000 a 267.000 trabajadores, lo que implicó una reducción de 60% por el reempadronamiento. Esto provocó una caída intermensual del 3,1% en el total de trabajadores registrados en diciembre, aunque excluyendo ese efecto puntual, el empleo se mantuvo estable. En lo que respecta al empleo privado formal, hubo una leve recuperación desde agosto de 2024. En cinco meses consecutivos, el sistema sumó 22.000 nuevos puestos, con una variación acumulada de 0,4%. Sin embargo, si se excluye al sector Comercio, la expansión fue apenas del 0,1%. La segmentación del mercado laboral se expresó también en la concentración del empleo en grandes empresas. En el rubro farmacéutico y cosmético, por ejemplo, una de cada cinco personas empleadas trabajaba en firmas de más de 200 empleados. El crecimiento del empleo en este sector se mantuvo incluso en períodos de caída generalizada.
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