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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/03/2025 06:31
Los restos de café pueden neutralizar olores en armarios y refrigeradores (Imagen Ilustrativa Infobae) En los hogares de todo el mundo, el café forma parte de la rutina diaria y genera, al mismo tiempo, una considerable cantidad de residuos. Aunque suelen descartarse sin mayor reflexión, los restos de la infusión preparada ofrecen un potencial poco explorado en distintas áreas de la vida cotidiana. Las 7 formas de reutilizar el café molido en el hogar y el jardín 1- Neutralizador de olores Su capacidad para absorber aromas permite emplearlo en armarios, refrigeradores o cubos de basura. Colocado en recipientes abiertos, contribuye a mantener el ambiente libre de olores desagradables. Frotar las manos con café usado tras manipular alimentos como ajo o pescado ayuda a eliminar residuos olorosos adheridos a la piel. 2- Corrección de rayones en madera Los residuos de café pueden emplearse para disimular arañazos en superficies de madera oscura. Se aplican con un bastoncillo y se retiran con un paño seco. Los posos de café actúan como repelente natural contra hormigas y mosquitos (Imagen Ilustrativa Infobae) 3- Repelente natural de insectos Los posos de café funcionan como disuasivo frente a ciertas plagas domésticas, incluidas hormigas, caracoles y mosquitos. Su colocación en puntos de acceso puede contribuir a su control. 4- Fabricación de velas Combinado con parafina líquida, el café molido puede incorporarse en la elaboración de velas artesanales, aportando color, textura y un aroma característico. 5- Mejora del suelo como fertilizante Los residuos de café aportan nutrientes como nitrógeno y fósforo. Incorporados al sustrato, mejoran la estructura del suelo, favoreciendo su drenaje y aireación. 6- Producto para el cuerpo Combinado con agua o aceites vegetales, el café actúa como un exfoliante físico que favorece la remoción de células muertas y estimula la circulación. Aplicado durante el enjuague, el café puede aportar brillo y vitalidad al cabello, especialmente en tonos oscuros. 7- Limpieza de utensilios de cocina La textura del café molido facilita la remoción de restos adheridos en bandejas y sartenes, sin dañar superficies metálicas o esmaltadas. El café molido se usa en la fabricación de velas artesanales con aroma (Imagen Ilustrativa Infobae) El sorprendente uso que encontraron los científicos para el café molido Un estudio reciente publicado en Journal of Cleaner Production sugiere que los residuos de café, una vez procesados mediante pirolización, pueden ser incorporados a mezclas de hormigón, incrementando su resistencia hasta en un 30 por ciento. La investigación plantea un enfoque de economía circular que permitiría reducir la cantidad de residuos orgánicos en vertederos y mejorar las propiedades del hormigón. Los posos de café, también conocidos como spent coffee grounds (SCG), representan una fracción significativa de los desechos orgánicos que terminan en vertederos. Según el equipo de investigadores, su descomposición genera metano, un gas con un potencial de calentamiento global 21 veces superior al del dióxido de carbono. En este contexto, la reutilización de estos residuos se presenta como una estrategia doble: mitigar emisiones contaminantes y optimizar recursos materiales en la construcción. Rajeev Roychand, ingeniero de la Universidad RMIT en Australia, destacó que la gestión de los residuos orgánicos constituye un desafío ambiental urgente debido a su impacto en la emisión de gases de efecto invernadero. Por su parte, el también investigador Jie Li señaló que la reutilización de residuos como el café podría contribuir a conservar materiales clave como la arena, un recurso natural intensamente explotado por la industria de la construcción. Sin embargo, el estudio aclara que los posos de café no pueden añadirse directamente al hormigón, ya que liberan compuestos que debilitan la estructura del material. Para superar esta limitación, los investigadores aplicaron un tratamiento térmico conocido como pirolización. El proceso consiste en calentar los residuos a temperaturas superiores a los 350°C en ausencia de oxígeno, lo que genera un biocarbón poroso y rico en carbono. Este biocarbón es capaz de integrarse a la matriz del cemento sin comprometer la integridad del material, estableciendo enlaces que mejoran su rendimiento estructural.
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