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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/03/2025 04:37
La pandemia: los cambios en su vida y los efectos en la industria de la moda Ágatha Ruiz de la Prada es una de las diseñadoras y artistas más influyentes de España, creció rodeada de arte y creatividad. Esta mujer nació en Madrid, con raíces en Barcelona, su infancia estuvo marcada por la fusión de dos mundos contrastantes. “En Madrid vivía en la casa más moderna de todas, con arte contemporáneo por todas partes. Era un piso impresionante para la época. En Barcelona, en cambio, me movía en un escenario totalmente distinto: una casa que podría haber salido de ‘Downton Abbey’, con empleados que habían trabajado allí por décadas. Fue una infancia mágica, con un contraste que moldeó mi personalidad”, cuenta en diálogo con la sección La Escalada de Infobae. Su padre, un destacado arquitecto y coleccionista de arte contemporáneo, influyó profundamente en su visión del mundo. “Desde pequeña visitaba galerías, museos y estudios de artistas. Conocí a los grandes creadores de la época, y eso me marcó de por vida. Sin embargo, mi hermano, que tiene solo nueve meses menos que yo, encontraba todo esto aburridísimo. A mí, en cambio, me fascinaba”, recuerda la española. Desde temprana edad, demostró un talento natural para el dibujo. “Me encantaba dibujar y, además, heredé de mi familia catalana un espíritu emprendedor. Vendía papas fritas en el colegio y, en otra época, pulseras. Siempre me gustó la idea de vender”, recuerda con una sonrisa. Ruiz de la Prada desarrolló una carrera multifacética, abarcando diseño de moda, mobiliario, y más recientemente, productos de consumo.(Candela Teicheira) El trabajo como pasaporte a la felicidad A pesar de crecer en un entorno privilegiado, Ágatha nunca asoció el trabajo con el dinero. “En mi familia materna, nadie trabajaba, mientras que mi padre era extremadamente creativo y trabajador. Estaba obsesionado con la perfección y el orden. Para él, todo debía mantenerse impecable, lo que requería un esfuerzo constante. Ver esa dicotomía me hizo comprender que trabajar es esencial para la felicidad. Mi madre, por otro lado, tenía problemas de depresión, y eso me llevó a valorar el trabajo como el mejor antidepresivo del mundo. Si te gusta tu trabajo, tienes una vida plena; si no, el día a día puede ser una carga.”, admite la mujer. Con esa filosofía, Ruiz de la Prada desarrolló una carrera multifacética, abarcando diseño de moda, mobiliario, y más recientemente, productos de consumo. “No creo que el trabajo tenga que estar siempre ligado al dinero. He hecho proyectos sin ánimo de lucro que me han costado mucho esfuerzo, mientras que otras veces he ganado dinero con cosas que no me supusieron ningún esfuerzo”, afirma. Inmune a las críticas Cuando se le pregunta cómo enfrentó las críticas a lo largo de su carrera, su respuesta es tajante: “Cuando sos artista, lo más importante es la confianza en ti mismo. Yo he sido completamente impermeable a las críticas. Nunca les he dado importancia porque, al final, mi mayor juez soy yo misma. Si hubiera hecho caso a quienes me decían que estaba loca por diseñar ciertos trajes en los años 80, nunca hubiera llegado hasta aquí. Esos mismos trajes ahora están en museos y son admirados por jóvenes de todo el mundo. Miley Cyrus, por ejemplo, ha usado mis diseños y, 30 años después, la gente los comprende y los valora. Si me hubiera dejado llevar por las críticas, me habría limitado a hacer trajes de chaqueta oscuros, lo cual no va conmigo”, sostiene Ágatha. "Yo he sido completamente impermeable a las críticas. Nunca les he dado importancia porque, al final, mi mayor juez soy yo misma", Afirma Ágatha (Candela Teicheira) La democratización de la moda Con una trayectoria que abarca desde el diseño de alta costura hasta proyectos más accesibles, su visión sobre la democratización de la moda es clara: “Nunca he creído mucho en ese concepto, pero he visto cómo se ha dado en mi generación. Agradezco a quienes han comprado mis trajes porque siempre he sentido que ellos me hacían un favor a mí, más que yo a ellos”. En la actualidad, su creatividad no se detiene en la moda. “Este mes pasado presenté una colección de chocolates y diseñé envases para sal y pimienta. También hice carritos de compra que paseamos hasta por Nueva York con una Miss Universo. He diseñado muebles, una lata de caviar y un bote de aceite de oliva que ya ha ganado seis premios internacionales, incluso en Los Ángeles. Y la semana que viene presentaré un producto ecológico de limpieza. Siempre digo que no sé cocinar, pero me encanta limpiar. Me gusta que todo esté impecable, y por eso me entusiasma lanzar esta línea de productos ecológicos, accesibles y de calidad”. “Prefiero encontrarme con alguien limpiando su cocina con mi detergente que cobrar 30.000 euros por un abrigo. No me sentiría cómoda vendiendo algo tan exclusivo”, explica Ruiz de la Prada. "Siempre digo que no sé cocinar, pero me encanta limpiar", afirma Ruiz de la Prada (Candela Teicheira) Inspiración y legado para las nuevas generaciones Para los jóvenes que sueñan con una carrera en la moda o el arte, su consejo es claro: “No se dejen influenciar por las críticas ni por la idea de que el éxito viene rápido. Sean fieles a sí mismos, trabajen con pasión y disfruten del proceso. La clave no es solo llegar a la meta, sino amar cada paso del camino”. Con una carrera llena de innovación y una filosofía que prioriza la creatividad sobre la aprobación externa, Ágatha sigue siendo un referente en el mundo del diseño y el arte. Su legado perdura y sigue inspirando a nuevas generaciones de creadores.
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