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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/03/2025 02:35
El festival no solo se trató de conciertos, sino también de una experiencia completa, con arte, moda y bienestar (Prensa Lollapalooza) Lollapalooza Argentina 2025 celebró su décimo aniversario como uno de los encuentros culturales más impactantes, esperados y convocantes de los últimos años. Durante tres jornadas consecutivas, el Hipódromo de San Isidro se convirtió en el epicentro de la música, el arte y las experiencias multisensoriales que definieron esta edición histórica. Miles de personas vibraron con una propuesta inigualable que combinó talento, innovación y tradición. La diversidad del line-up traspasó fronteras, desde las leyendas internacionales que marcaron generaciones hasta las revelaciones emergentes que están transformando la escena musical. Shawn Mendes, Justin Timberlake, Olvia Rodrigo, Alanis Morissette y Tool, por nombrar algunas figuras, encabezaron un cartel que, además de contar con artistas nacionales de renombre, logró conectar generaciones con un mosaico de estilos que reflejó la riqueza del panorama sonoro actual. Además de la música, el festival amplificó su identidad a través del arte, la moda y la gastronomía. Obras monumentales, instalaciones interactivas y espacios temáticos elevaron la experiencia de los asistentes, en una fusión de diseño y tecnología. Asimismo, la inclusión de alternativas orientadas al bienestar y a la sostenibilidad reafirmó el compromiso del festival con crear un entorno más accesible y responsable. Lollapalooza 2025 incluyó una propuesta artística de gran escala que transformó el Hipódromo de San Isidro (Jaime Olivos) Pero no todo se trató de los escenarios. En un marco donde cada detalle estuvo dirigido a construir recuerdos únicos, el público fue también protagonista de este evento. Desde los outfits que desfilaron por el predio hasta los momentos compartidos con artistas que rompieron la barrera entre el escenario y el público, Lollapalooza Argentina se consolidó una vez más como mucho más que un festival, sino como un espacio de encuentro cultural diverso e inolvidable. 1. Looks en Lollapalooza 2025: la moda como expresión individual y colectiva El Hipódromo de San Isidro se convirtió una vez más en un ícono de la moda festivalera durante la décima edición de Lollapalooza Argentina. Los asistentes no solo disfrutaron de la música, sino que también transformaron el predio en una pasarela a cielo abierto. Abanicos coloridos, brillos faciales y atuendos cuidadosamente diseñados marcaron el pulso visual de un público que no dejó nada al azar. Los colores vibrantes fueron protagonistas, con tonos rosados, flúor, amarillos y verdes claros dominando camperas, pantalones y accesorios. Esta paleta, conocida como “optimismo visual”, reflejó el clima cálido del fin del verano y el espíritu festivo que define al festival. También se destacó la lencería al descubierto como una tendencia integrada a la estética festivalera, dejando de ser una declaración rebelde para ocupar un lugar habitual. La moda en Lollapalooza 2025 fue un reflejo de la creatividad y libertad del público, con combinaciones únicas de prendas intervenidas a mano, accesorios icónicos y looks inspirados en el glamour rockero, el streetwear y la estética contemporánea Entre los accesorios, sombreros, pañuelos y pilusos fueron esenciales, combinados estratégicamente con outfits nocturnos más osados que incluyeron tops, botas y las populares “manguitas” independientes en tonos fuertes como rojo y negro. El clásico estilo rockero también retornó, con jeans rotos personalizados y bermudas recortadas artesanalmente, mientras que las minifaldas engomadas agregaron un toque de textura y contraste. El glam rock tuvo presencia en detalles como brillos, metalizados y figuras geométricas en camisas y pantalones, evocando desde estéticas setentistas hasta interpretaciones más contemporáneas. El streetwear fue otra de las elecciones destacadas, con tejidos anchos, zapatillas urbanas y códigos que conectaron lo urbano con lo juvenil. Además, el glitter y el maquillaje artístico acompañaron la narrativa visual con creatividad, elevando el estilo de muchos asistentes a nivel artístico. Entre nostalgia y nuevas propuestas, los looks ofrecieron una auténtica declaración de libertad creativa. Ya fuese con prendas intervenidas a mano, accesorios icónicos o combinaciones cuidadosamente curadas, cada atuendo se convirtió en un manifiesto visual único, en diálogo constante con la propuesta artística y musical del festival. 2. Arte y diseño expandieron la experiencia más allá de lo musical Lollapalooza 2025 no solo fue música, sino también arte. Obras como "Rubí" de Cynthia Cohen y "Dream Palace" de R&R Studios transformaron el espacio del festival El décimo aniversario del festival llevó al arte visual a un nuevo nivel. Obras de gran escala como “Rubí”, de Cynthia Cohen, transformaron el espacio del Hipódromo con un diseño que exploró conceptos sobre consumos contemporáneos y felicidad. Mientras tanto, “Dream Palace”, del dúo R&R Studios, ofreció un entorno donde arquitectura y emocionalidad convergieron en una experiencia inmersiva y brillante. Las icónicas Casitas, tradicionalmente dedicadas a la música electrónica, estuvieron a cargo de jóvenes artistas seleccionados en arteBA. Ignacio Olivier, Alfredo Dufour y Pablo Peisino impregnaron estos espacios con intervenciones que fusionaron la estética pop, el diseño industrial y la nostalgia por objetos cotidianos. Estas intervenciones proporcionaron al público un contraste enriquecedor entre el arte emergente y las instalaciones de mayor escala. Cynthia Cohen llamó la atención con su diadema coronada por cerezas y merengue la cual, más allá de su extravagancia, abordó reflexiones en torno a la cultura del consumo y el lujo. Por su parte, R&R Studios trasladó a los visitantes a un espacio de encuentro emocional, combinando estructuras que parecían sacadas de un circo, una glorieta y un palacio. "Dream Palace" en Lollapalooza Las propuestas artísticas no solo brindaron un contraste visual al dinamismo sonoro, sino que alentaron nuevas formas de conexión entre los presentes. La interacción constante con estas instalaciones amplió la narrativa de Lolla como una experiencia más allá de la música, sumando un valor cultural trascendente. 3. Momentos inolvidables en los escenarios: música y emociones compartidas El décimo aniversario de Lollapalooza Argentina reunió a las mayores figuras de la música internacional y nacional, ofreciendo instantes memorables que quedarán en la historia del festival. Shawn Mendes, Justin Timberlake, Alanis Morissette y Olivia Rodrigo encabezaron algunos de los shows más destacados, cada uno acompañado de una propuesta única que conectó con el público de formas distintas. El regreso de Shawn Mendes al país fue uno de los momentos más emotivos del festival. El canadiense no solo presentó un repertorio cargado de emoción con éxitos como “Mercy” y “In My Blood”, sino que sorprendió al interpretar en español el clásico “Gracias a la vida”, un homenaje a la música latinoamericana que hizo vibrar al Hipódromo de San Isidro. El gesto, acompañado de su energía y cercanía con el público, convirtió su presentación en una de las más comentadas del evento. Alanis Morissette fue una de las artistas aclamadas en la primera jornada Por su parte, Justin Timberlake debutó en Argentina con un show inolvidable que cautivó a miles de fanáticos. El “Príncipe del Pop” desplegó todo su carisma con sus éxitos más icónicos como “Mirrors” y “Can’t Stop the Feeling”. El cantante interactuó constantemente con la audiencia, incluso firmando un fan art desde el escenario, y recibió gestos de cariño que incluyeron el clásico “ole, ole” del público argentino. Alanis Morissette, en tanto, regresó triunfalmente al país luego de 15 años. Su voz intacta y su conexión con los fanáticos brindaron una noche cargada de nostalgia y emoción. Grandes éxitos como “Ironic” y “Hand in My Pocket” fueron coreados por generaciones de espectadores que se unieron para celebrar la vigencia de su música. El toque emotivo de Alanis, junto con su mensaje de apoyo a las mujeres, dejaron una huella especial en esta edición. Shawn Mendes cantó "Gracias a la vida" en Lollapalooza Argentina 2025 Olivia Rodrigo brilló como una de las protagonistas de la última jornada, posicionándose como una de las artistas pop más relevantes de la nueva generación. Con un setlist que incluyó canciones de repercusión global, además de las ya posicionadas, la joven artista logró conectar con una audiencia masiva, especialmente con las nuevas generaciones. Su capacidad de transmitir emociones en cada interpretación confirmó su lugar como una de las grandes revelaciones del festival. Tool marcó otro hito con su esperado debut en Argentina. Siguiendo su característico estilo de rock progresivo, la banda combinó precisión musical con un potente show visual de rayos láser y efectos que impactaron al público. La energía de la banda encabezada por Maynard James Keenan proporcionó uno de los espectáculos más intensos y aclamados de esta edición. Justin Timberlake brilló el viernes en el festival También el domingo, trío australiano de música electrónica RÜFÜS DU SOL fue uno de los principales atractivos de la jornada. La banda, formada por Jon George, James Hunt y Tyrone Lindqvist, ganó reconocimiento internacional gracias a su particular mezcla de dance y sensibilidad instrumental. El grupo volvió a Argentina tras su última visita en 2022, y sus fanáticos esperaron con ansias su regreso al Lollapalooza 2025, después de haber dejado huella con presentaciones memorables en América Latina. En tanto, Tan Biónica, la emblemática banda argentina liderada por Chano Charpentier, se subió al escenario en la tercera jornada con la energía que la caracteriza y las letras que marcaron a toda una generación. Con siete álbumes en su discografía, la banda revivió la pasión de su público y destacó la influencia de la banda en la música argentina. 4. Bienestar y gastronomía como parte de la experiencia multisensorial La gastronomía fue otro de los atractivos de Lollapalooza 2025 Lollapalooza 2025 destacó por su amplio abanico de ofertas gastronómicas y de bienestar. LollaFood elevó las expectativas del público al presentar opciones inclusivas aptas para personas celíacas, veganas y vegetarianas. Los asistentes encontraron desde clásicos de la comida rápida hasta platos internacionales y menús saludables, como los de Veggie Green Burger, entre los favoritos del público. El espacio Lolla Dine, un restaurante con una vista privilegiada, fue ideal para quienes buscaban una experiencia culinaria exclusiva. La combinación de gastronomía gourmet con la atmósfera del festival agregó un ingrediente más a las jornadas de celebración. A estas propuestas se sumaron áreas diseñadas para mejorar el bienestar de los asistentes. Lockers, puntos de hidratación y zonas de descanso ofrecieron comodidad en el extenso predio, mientras Kidzapalooza, con actividades especiales, continuó siendo un espacio seguro y divertido para las familias con niños. Hubo opciones inclusivas para celíacos, veganos y vegetarianos Por primera vez, se integró “El Túnel”, un entorno dedicado enteramente a la música electrónica. Este sector subterráneo combinó diseño industrial, beats hipnóticos y juegos de luces, brindando una experiencia que mezcló inmersión sensorial y entretenimiento. El compromiso con la sostenibilidad también tuvo gran protagonismo. La iniciativa Espíritu Verde incentivó a los asistentes a reciclar y reflexionar sobre el impacto ambiental del festival, reforzando el papel del evento como un espacio cultural responsable. Con estas novedades, Lollapalooza potenció su carácter multisensorial, llenando la experiencia de opciones que se alinearon con las diferentes expectativas y estilos de vida del público. Lollapalooza más que un festival de música es parte de una experiencia 5. Lollapalooza 2025: un puente entre generaciones Lo que comenzó hace más de 30 años en Phoenix, Arizona, como la despedida de Perry Farrell se convirtió en un fenómeno de alcance global que trascendió fronteras y hoy es un espacio intergeneracional que conecta a músicos consagrados y emergentes con un público diverso que abarca desde niños hasta adultos mayores. En su décima edición en Argentina, el festival confirmó una vez más su capacidad para unir generaciones, reafirmándose como un evento de convivencia y encuentros culturales únicos. La programación incluyó nombres icónicos como Justin Timberlake y Alanis Morissette, artistas que marcaron las décadas de los 90 y 2000, y lograron atraer a un público adulto que compartió recuerdos y emociones con los más jóvenes. En contraste, figuras actuales como Olivia Rodrigo, con canciones que resuenan en la Generación Z, demostraron que Lollapalooza también es una plataforma para conectar a nuevos públicos con artistas contemporáneos que representan su generación. “La música se convierte así en un lenguaje común que facilita el diálogo entre generaciones", afirmó a infobae el sociólogo y psicólogo Martín Wainstein, profesor consulto e investigador de psicología social de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Así, desde cumbia hasta cuarteto clásico, el festival demostró que su grilla no solo apela al gusto de los más jóvenes, sino también a generaciones mayores que encontraron sus propios espacios dentro del evento. Desde adolescentes con brillos y glitter que acompañaron su estilo hasta adultos que optaron por looks cómodos y nostálgicos, el festival se convirtió en un marco donde las diferencias generacionales se diluyeron. En los espacios comunes y frente a los escenarios, las familias compartieron momentos que mezclaron legado musical con descubrimientos contemporáneos. Como destacó el sociólogo Martín Wainstein en una nota con Infobae, eventos como Lollapalooza actúan como un ritual que genera identidad entre generaciones conectando gustos y estilos. Las generaciones mayores introducen a los más jóvenes a bandas icónicas mientras descubren nuevas propuestas que enriquecen su experiencia y su vínculo cultural. Lollapalooza convoca a público de todas las edades 6. Nuevas generaciones brillaron y marcaron su lugar en el festival El festival también fue el escenario perfecto para las nuevas figuras. Benson Boone, surgido de TikTok, deslumbró en su debut en el país. Su presentación en el último día impresionó que lo consolidaron como una de las voces más prometedoras de su generación. En paralelo, The Marías fusionaron sonidos en inglés y castellano que conectaron fácilmente con la juventud. Desde canciones ya posicionadas hasta sus propias y nuevas composiciones, la banda dejó su sello en el escenario con una propuesta versátil y cautivadora. Presentación de The Marías en la segunda jornada No menos destacado fue el show de Teddy Swims. Junto a invitados como Tiago PZK, el estadounidense combinó emotividad y talentos locales en una presentación aplaudida de principio a fin. Su entrega al público, reforzada con gestos como ondear una bandera argentina, permitió un sentido de cercanía que pocos logran en el escenario. Ana Mena, en su debut, homenajeó a Airbag con su versión de “Cae el Sol”, ganándose la ovación del público local. Este gesto cultural fortaleció su conexión con los asistentes y resaltó el dinamismo del evento para integrar estilos globales y locales. *Fotos: Jaime Olivos, Gustavo Gavotti y Prensa Lollapalooza
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