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» Elterritorio
Fecha: 23/03/2025 15:31
La típica celebración japonesa se despliega con magia que entusiasma a cada vez más fanáticos de toda la provincia. domingo 23 de marzo de 2025 | 7:00hs. Equinoccios y solsticios son puntos de inflexión, marcas que determinan un tiempo y que ancestralmente se definen en distintos rituales. La llegada del otoño siempre fue significativa, especialmente en lugares fríos, como precalentamiento necesario para el invierno. De allí que se relacione con acciones asociadas a la cosecha, rituales de gratitud, abastecimiento y buenos augurios. Para la cultura japonesa, por ejemplo, históricamente fue un momento para agradecer por la cosecha de arroz. Así nació el Aki (otoño) Matsuri (festival) que se replica hoy en distintas partes del mundo y busca conectar con las raíces y dar a conocer su cultura hacia fuera. Con una fuerte comunidad japonesa, Jardín América es el foco del Aki Matsuri misionero. Allí, atrayendo a curiosos y entusiastas -ya fans- de toda la provincia, el festival tendrá su cuarta edición el sábado 29. Aunque dentro del calendario de la cultura nipona hay distintas celebraciones destacadas como la también popular Bon Odori, en Jardín, la idea de poder aprovechar el clima otoñal misionero fue uno de los motivos por los que pusieron más empeño en socializar esta celebración. Sushi, yakitori, gyosas y mucho más. "No hay una fecha más importante que otra, pero creemos que influyó el clima y el hecho de que es un momento en el que todos están retomando actividades, después del verano y las vacaciones", comenzó explicando Raúl Kamada, desde la comisión organizadora. Con una curaduría minuciosa de la Asociación Japonesa de Jardín América, que lo organiza, el festival tiene una fuerte grilla de espectáculos que unen generaciones y acercan culturas. Desde Asunción, Buenos Aires y otros llegan artistas especializados en danzas, música y talentos enlazados al mundo japonés. Además, la gastronomía está íntegramente a cargo de la asociación local, que también abre su predio para recibir a todos. De la misma manera, la feria que se despliega, tiene stands enfocados en distintos aspectos, pero todos relacionados a Japón. Distintos grupos de percusión con taikos engalanarán la jornada. "El motivo de organizar esta fiesta es poder mostrar al público argentino lo que es nuestra cultura y tradiciones, pero también dejar algo para las generaciones futuras. Lamentablemente, ya quedan pocos inmigrantes japoneses vivos, entonces la única manera de transmitir todo esto es a través de eventos culturales como este. Mostrar cómo es nuestra comida, cómo nos vestimos, cómo son nuestras artes", detalló Kamada. En ese sentido, el festival también propone destacar valores, arraigados en la cultura japonesa, que inspiran. "Hay muchas cosas que deberían ser normales pero que se fueron perdiendo y que la cultura asiática nos recuerda como el respeto a los mayores, por lo valioso de su experiencia y la constancia", marcó el también vicepresidente de la asociación. En tiempos de ansiolíticos por doquier y redes sociales vorazmente vertiginosas, la paciencia japonesa es un oasis al que todos quieren ingresar. Honrar los procesos y no ambicionar la instantaneidad es un legado de otoño que deja el Aki Matsuri. Entendiendo no sólo la aptitud del espacio, sino también la suficiencia de la propuesta gastronómica, hay cupo limitado y por eso se venden entradas anticipadas. El festival será el sábado 29 en el predio de la Asociación Japonesa de Jardín América con un programa que se extenderá de 19 a 00 para toda la familia. Entre las atracciones de este año, el Aki Matsuri contará con más de 30 artistas en escena. "Una de las novedades es la banda Ashibi, de Florencio Varela, que fusiona instrumentos tradicionales japoneses con batería, bajo y guitarra eléctrica. Es algo muy original que no se vio en Misiones todavía", anticipó Kamada. También dentro de lo destacado habrá distintos grupos de percusión japonesa en taikos, cada uno con su estilo, la cantante Karen Yonashiro, reconocida por abrir la obra de teatro de Alfredo Casero, danzas tradicionales y mucho más. El festival crece año a año y más allá de imponerse como cita obligada para quienes ya lo conocen, va tejiendo redes y potenciándose a sí mismo. Es que el el otoño se descubre en Jardín como una fiesta para todos los sentidos. Aromas de yakitoris, dorayakis, sonidos de taikos, graciles danzas con abanicos, la perseverancia del animé y renovar la capacidad de asombro, invitan a esta coalición cultural. Como puente que hermana, el Aki Matsuri no sólo celebra el otoño sino que postula una oportunidad de agradecer, compartir y dejarse empapar por nuevos algoritmos.
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