25/03/2025 07:38
25/03/2025 07:38
25/03/2025 07:37
25/03/2025 07:36
25/03/2025 07:36
25/03/2025 07:36
25/03/2025 07:36
25/03/2025 07:36
25/03/2025 07:36
25/03/2025 07:36
» Diario Cordoba
Fecha: 23/03/2025 09:27
Ahora que hablar de agua no nos da sed y parece que empezamos a dejar atrás la sequía, nos hemos preguntado de dónde proviene el agua que beben los cordobeses en una provincia atravesada de este a oeste por el gran rey de Andalucía, que estos días viene cargado. El Guadalquivir y algunos de sus principales afluentes de la margen derecha, como el Guadiato, que nace en La Coronada, o el Martín Gonzalo, que nace en Cardeña, y de la margen izquierda, como el Genil, que nace en Sierra Nevada, son las principales fuentes de abastecimiento de Córdoba, además de los arroyos, manantiales y pozos, y del río Guadiana, una singularidad que hace que la mayor parte de Los Pedroches pertenezca a la cuenca del Guadiana, aunque siempre se haya abastecido de la cuenca del Guadalquivir. Cosas de los ríos. En Córdoba hay numerosos embalses como el Arenoso, Bembézar, Guadalmellato, Guadanuño, Iznájar, La Breña, Martín Gonzalo, Puente Nuevo, Retortillo, San Rafael de Navallana, Sierra Boyera, Vadomojón o Yeguas. No todos son aptos para el abastecimiento de agua potable, hay embalses de regulación general que sirven solo para controlar las cuencas o evitar avenidas, para regadío u otros usos recreativos. En el de Iznájar, por ejemplo, solo el 2% del agua es para abastecimiento humano, el resto es para el campo. Algunos embalses están interconectados, como los que abastecen a la capital, y en otros casos lo que se reclama es esa interconexión: por ejemplo, entre Sierra Boyera, La Colada y Puente Nuevo, o entre Martín Gonzalo y el Arenoso. Los embalses, además, son sistemas vivos y reducen su capacidad por efecto de la erosión y la acumulación de tierra y lodos (el del Cordobilla, por ejemplo, llegó a colmatarse). La capital La capital cordobesa se abastece directamente de dos embalses: San Rafael de Navallana y Guadalmellato. Este último está a caballo entre Obejo y Adamuz, en la cuna del río Guadalmellato (formado con las aguas de los ríos Guadalbarbo, Cuzna y Varas), y ocupa una superficie de 774 hectáreas (ha). Es empleado casi de forma exclusiva para el abastecimiento de agua potable a la capital, que trata y transporta Emacsa, y tiene capacidad para 145 hectómetros cúbicos (hm³). Aunque empezó a operar en 1930, su historia se remonta al siglo XIX. A poca distancia está San Rafael de Navallana, que se inauguró en 1989 y ocupa una superficie de 988 hectáreas con una capacidad de 157 hectómetros cúbicos. Este embalse es empleado con fines de abastecimiento y regadío, aunque también acoge actividades de tipo recreativo. En este temporal ha desembalsado agua por primera vez desde el año 2013. La liga de Emproacsa Emproacsa o Aguas de Córdoba (su marca comercial) abastece a unas 370.000 personas en la provincia y lo hace, como explica Gabriel Benítez, jefe de servicio de la empresa dependiente de la Diputación de Córdoba, a partir del tratamiento de las aguas y de tres sistemas de abastecimiento y distribución: uno situado en el norte (a partir de Sierra Boyera y Puente Nuevo), otro en la zona oriental (Martín Gonzalo) y un tercero situado en el sur (embalse de Iznájar y manantiales de La Hoz y Fuente Alhama). Empezando por el sistema más al sur de la provincia hay que hablar del embalse de Iznájar, el más grande de Andalucía que está situado en las estribaciones de las provincias de Córdoba, Granada y Málaga, al lado de Iznájar y cerca de Rute. Se terminó en 1969, con inauguración de Francisco Franco incluida, tiene una superficie de 2.522 ha. y una capacidad de 981 hm³. Se construyó para defender Puente Genil y Écija de las riadas del río Genil y por la incapacidad de almacenamiento que había demostrado el embalse del Cordobilla. El pueblo de El Remolino, donde vivían 2.000 personas desapareció bajo sus aguas, pero emerge en Iznájar en periodos de sequía. Vista panorámica del pantano de Iznájar. / Junta de Andalucía De este embalse y de los manantiales de La Hoz y Fuente Alhama se abastecen prácticamente todos los municipios de la Subbética y la Campiña (32 en total), y algunos municipios de Málaga. Aguilar de la Frontera, Almodóvar del Río, Baena (aunque esta localidad tiene un abastecimiento mixto: coge parte de Iznájar y lo que le hace falta de Fuente Alhama), Benamejí (que también tiene captaciones propias), Castro del Río, Doña Mencía, Encinas Reales, Espejo, Fernán Núñez, Fuente Carreteros, Fuente Palmera, Guadalcázar, Iznájar, La Carlota (también con un abastecimiento mixto), La Guijarrosa, La Rambla, La Victoria, Lucena, Luque, Montalbán, Montemayor, Montilla, Monturque, Moriles, Nueva Carteya, Ochavillo del Río, Palenciana, Posadas, Puente Genil, Rute (exclusivamente del manantial de La Hoz), San Sebastián de los Ballesteros, Santaella y Zuheros. El segundo sistema tiene en su epicentro al embalse de Martín Gonzalo, entre los municipios de Montoro y Cardeña, que provee a la zona oriental de la provincia: Adamuz, Algallarín, Bujalance, Cañete de las Torres, El Carpio, Montoro, Pedro Abad, Villa del Río y Villafranca. Con una superficie de 282 ha, tiene un volumen total de 20,4 hm³. Sus aguas se destinan al abastecimiento y como caudal ecológico. Empezó a construirse en 1983 y a usarse en 1989. Del embalse de Puente Nuevo beben los municipios de Villaharta, Villaviciosa y el pequeño núcleo de El Vacar. La construcción de este embalse, que se encuentra ubicado en Espiel y tiene una capacidad de 282 hm³, está asociada cómo no a la central térmica de carbón, cerrada en 2020 y en aún hoy en proceso de desmantelamiento. Para la construcción de Puente Nuevo, a mediados de los años 50, se aprovechó el curso del río Guadiato, pero las obras no se concluyeron hasta 1973. Además de abastecer de agua los municipios señalados, genera electricidad y permite la práctica de deportes náuticos y la pesca. Mapa del agua de Córdoba. / CÓRDOBA Emproacsa abastece además a Obejo, que no consigue su agua de este pantano, sino de captaciones subterráneas que también gestiona la empresa de la Diputación. Además, hay que sumar a este listado el municipio de Valenzuela, que bebe desde el embalse del Quiebrajano, situado en la provincia de Jaén. La crisis de abastecimiento en el norte de la provincia y la falta de conexiones con La Colada (ahora ya de nuevo sin uso) ha hecho tristemente famoso el pequeño embalse de Sierra Boyera, construido sobre el río Guadiato, entre 1969 y 1974 y con apenas 39,4 hectómetros cúbicos de capacidad. De él se abastecen 24 localidades: Alcaracejos, Añora, Belalcázar, Belmez, Cardeña, Dos Torres, El Guijo, El Viso, Espiel, Fuente La Lancha, Fuente Obejuna, Hinojosa del Duque, La Granjuela, Los Blázquez, Pedroche, Peñarroya-Pueblonuevo, Pozoblanco, Santa Eufemia, Torrecampo, Valsequillo, Villanueva de Córdoba, Villanueva del Duque, Villanueva del Rey y Villaralto. República independiente La república independiente del agua en la provincia la integran las localidades que consiguen sus aguas de manantiales y pozos de sus propios municipios y que incluso llevan a cabo su tratamiento de potabilización. Es el caso de Cabra, que tiene un sistema propio de abastecimiento porque «cuenta con unos manantiales estupendos y no necesitan tomar agua de ningún embalse», comenta Gabriel Benítez, jefe de servicio de Aguas de Córdoba. En la misma situación está Priego de Córdoba, cuya empresa Aguas de Priego extrae el agua del manantial de la Fuente del Rey y el año pasado abrió un pozo en la Cañada del Pradillo. El Ayuntamiento de Palma del Río, que también gestiona directamente su servicio de agua, se abastece del embalse del Retortillo y tiene su propia estación de tratamiento de agua potable, depósitos y red de distribución. Este embalse está situado en el cauce del río Retortillo, entre Hornachuelos y la Puebla de los Infantes (Sevilla), en el parque natural Sierra Norte de Sevilla. Cerca del Retortillo se encuentra el embalse del Bembézar, entre Espiel y Hornachuelos, que recoge sus aguas del río del mismo nombre y de sus principales afluentes y arroyos, y comenzó sus actividades en 1952. Sus 342,1 hm³ son utilizados para el abastecimiento de agua potable de poblaciones como Hornachuelos, que también se autogestiona; la generación de electricidad y el regadío. Además, se abastecen de sus propias aguas Almedinilla (que la extrae principalmente de la fuente Ribera), Carcabuey (que la obtiene de fuentes naturales y del manantial de Las Palomas), Conquista y Fuente Tójar (que la extrae del manantial de Zagrilla y pozos como La Rentilla o Tintoreros). Tratamiento El agua, tal y como está en los embalses no es apta para el consumo humano, hay que modificarla en las plantas de tratamiento que hay ubicadas junto a cada uno de estos embalses. En ellos, a través de procesos físico-químicos, se elimina lo que no se quiere del agua quedándose con lo que la hace apta para el consumo humano con arreglo al Real Decreto 3 del 2023. Luego esa agua hay que transportarla a cada uno de los municipios de la red a través de kilómetros de tubería. En la provincia hay unos 1.100 kilómetros de tubería (621,668 km de carreteras provinciales) que transportan el agua a los depósitos de regulación (abastecimiento en alta), y de esos depósitos parte a los depósitos municipales, desde donde llega ya a los grifos de las casas. Cada agua tiene su ADN El agua de cada uno de los embalses tiene unas características específicas, ninguna agua es igual a otra. «Me gusta decir que cada agua tiene su ADN», comenta Gabriel Benítez, técnico de Emproacsa. «No es ni mejor ni peor, tiene unas características u otras. Al final todas, todas tienen que cumplir el mismo real decreto: si una tiene, más hierro hay que quitarle hierro, o manganeso, pero al final todas tienen que ser aptas». Así de las que trata Emproacsa, la de Sierra Boyera, que está en el mismo río Guadiato, es «fácilmente tratable»; Martín Gonzalo no tiene apenas elementos exógenos que la compliquen, tiene unas características y una analítica muy buena, y el agua de Iznájar, parte de la cual viene del deshielo es «un agua también muy buena, o sea, ninguna es excesivamente compleja», apunta. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original