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» El Ciudadano
Fecha: 23/03/2025 09:20
Daniel Zecca Claudia Fleitas milita en las organizaciones barriales desde la antesala de la crisis de 2001, cuando se acercó a un incipiente espacio comunitario para ver cómo sobrevivir frente al desempleo de su marido y el nacimiento de su primer hijo. «No paré nunca más», le dijo a El Ciudadano la primera candidata de una lista de Unidos de cara a las Paso de concejales que tiene el sello del trabajo territorial y de base. En 2019 se sumó a la propuesta electoral del actual intendente y hoy es subsecretario de Desarrollo Humano del municipio. Frente a la imposibilidad de integrar la lista de unidad entre el pullarismo y el javkinismo, Fleitas decidió encabeza lista propia y competirá dentro de Unidos en las elecciones del 13 de abril. «A los integrantes de nuestra lista nadie le tiene venir a contar qué se siente al tomar un cole, que es esperar un turno del dispensario, los problemas de los baches o los basurales», resume a manera de rasgo distintivo. —¿Cómo fueron tus inicios en la política? —Nazco a la política entre 1998 y 1999, en pleno neoliberalismo. Mi primer hijo nació en 1998, y en ese momento mi pareja estaba desocupada. Fue entonces cuando me acerqué a un espacio comunitario en mi barrio, y desde ahí nunca más paré de involucrarme en la política. —¿En qué barrio creciste y cómo fue tu desarrollo político? —Mi barrio es Molina Blanco, en la zona sur de Rosario, cerca del límite con Villa Gobernador Gálvez. Empecé como delegada, luego participé de Barrios de Pie, pero me alejé por diferencias políticas y partidarias. Ahora nuevamente estoy en Somos, que incluye a Barrios de Pie, como Libertador San Martín, algunos espacios de la CCC y compañeros del PJ que hemos conocido. Trabajamos en proyectos territoriales, como copas de leche, asistencia alimentaria, pero también en talleres de oficios, con el Nueva Oportunidad. También tenemos una herramienta transformadora, hermosa, que es la comparsa juvenil llamada Los Herederos, que ganó el Carnaval de Rosario y Gualeguay, Entre Ríos. —¿Todos de tu barrio? —Zona sur, con alguna amplitud, porque aparecen pibes del 7 de Septiembre, Mangrullo, La Cerámica… Es interesante el despliegue territorial que tiene esta herramienta. —¿Cómo fue tu participación en la política local? —En 2019, Pablo Javkin ganó la intendencia de Rosario. Yo ya tenía una organización con desarrollo territorial desde 1998-1999, y en 2010 formalizamos Libertador San Martín. Ahora, con Somos, trabajamos junto a Barrios de Pie, Barrios Originarios y otras expresiones territoriales del peronismo, algunos sindicatos y algunas vecinales. Y hoy nos encontramos siendo parte de la Intendencia. Soy subsecretaria de Desarrollo Humano, y creemos que nuestra mirada territorial y cercana al vecino es fundamental para la gestión. Creemos que no había mucho lugar en la lista oficial, porque entendemos el proceso de unificación entre el pullarismo y el javkinismo. La verdad es que están haciendo obras, la cuestión de la seguridad está bastante controlada en algunos aspectos. Y nosotros creemos que tenemos una parte que no está siendo contemplada, que tiene que ver más con el desarrollo territorial y las propuestas barriales, una mirada distinta, de más de codo a codo con el vecino. —¿Cómo es tu trabajo diario en la gestión y cómo se relaciona con tu militancia en las organizaciones sociales? —Es intenso y arduo, como la militancia territorial, pero con un nivel de compromiso que permite buscar soluciones concretas a los problemas de los vecinos. Aspiramos a tener más poder legislativo para lograr más participación ciudadana y que las propuestas de las organizaciones sean guía para las políticas públicas. Creemos que la gestión debe ser cercana y que los vecinos deben ser parte activa en la construcción de su barrio. —¿Por qué hay que votar la lista que vos encabezás? —A los integrantes de nuestra lista nadie le tiene venir a contar qué se siente al tomar un cole, a esperar un turno del dispensario, los problemas de los baches, los basurales… Nosotros creemos que la gestión viene bien, pero lo que está faltando es la participación ciudadana, la participación de los vecinos, para que puedan soñar su propio barrio, su propio distrito, si falta un club, si falta un centro cultural, y eso, más allá de las buenas intenciones políticas, eso se tiene que sentir, se tiene que percibir, y nosotros somos una propuesta que no sale de una Universidad, no somos carilindos de la tele, sino personas de codo a codo. No estamos improvisados, nuestros nombres no están impuestos, están seleccionados con los mejores compañeros y los mejores perfiles, y hemos demostrado que tenemos capacidad de gestión y que podemos legislar para los problemas cotidianos de la gente. —¿Cuáles son los problemas más urgentes que enfrentan los barrios y cómo podrías abordarlos como concejal? —Los problemas más urgentes incluyen la urbanización, la salud y el transporte. En salud tenemos un despliegue único en el país, pero hay cosas pendientes. Por ejemplo, nosotros proponemos un boleto sanitario para personas con tratamientos prolongados, ya que el costo del transporte en Rosario es uno de los más altos del país. También queremos fortalecer el Presupuesto Participativo, no solo para obras de infraestructura, sino para proyectos integrales y participativos. Nosotros creemos en el orden, pero a través del diálogo, no a través de la imposición sino a través de la participación ciudadana, individual y colectivamente. —¿Qué ves más allá de las obras de infraestructura? —Los clubes y espacios culturales son fundamentales para los jóvenes. Proponemos apadrinar clubes de baby fútbol y fomentar la cultura y el deporte como herramientas de inclusión. La comparsa Los Herederos es un ejemplo de cómo el arte y la cultura pueden transformar vidas. Por dónde nacimos, creemos que es posible generar espacios de participación y responsabilidad comunitaria con los jóvenes. No es la escuela, tampoco el trabajo, y sí tiene que ver con algo donde los pibes se sientan parte, donde haya pertenencia. Hay que generar puentes. El Estado solo no puede, las organizaciones tampoco, y creo que hay que generar algún mecanismo de compromiso social, de devolución social, por parte de los profesionales de los profesionales de la Universidad. Hay que involucrar a todos a la hora de pensar una sociedad que está tan rota, tan en modo odio, y también hay medios de comunicación y el propio presidente, que están equivocados, porque desde ese lugar no vamos a llegar a nada, y menos con aquellos que lo necesitan. Los que necesiten un abrazo, un empuje, un acompañamiento desde el Estado, no la están pasando bien. —¿Podrías contarme alguna experiencia concreta de la comparsa y su impacto en los jóvenes? —Tenemos un joven, Cándido Maidana, que empezó en la comparsa a los 13 años. Hoy tiene 26. En ese momento, estaba en malos pasos, pero a través de la comparsa encontró una novia, formó una familia y construyó su casa en el asentamiento La Palomita. Hoy, sus hijos también participan en la comparsa. Esta experiencia muestra cómo el arte y la comunidad pueden cambiar vidas. Ese puede ser un gran ejemplo. —¿Qué opinas del discurso actual del presidente que promueve el individualismo y descarta la idea de justicia social? —Me siento lastimada como militante. Creo que la política se ha alejado demasiado de la gente, y eso ha permitido que surjan discursos de odio. Debemos volver a la escucha, al diálogo y a la construcción colectiva. La justicia social no es una aberración; es una necesidad para construir una sociedad más justa. Nos debemos el intento de hablar con el vecino y demostrarle que juntos podemos llegar a solucionar algunos problemas.
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