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» El litoral Corrientes
Fecha: 23/03/2025 07:42
En nuestro país, los plazos prolongados de los juicios sucesorios representan un problema estructural que, en el contexto de alta inflación, genera un impacto significativo en el valor real de los bienes heredados. Esta situación no solo afecta a los herederos en términos de pérdida de poder adquisitivo, sino que también acentúa desigualdades según el momento en que cada beneficiario accede a los activos. Cuando uno piensa en una sucesión, generalmente se piensa en el tiempo que demandará llegar al final del juicio y en definitiva a poder disponer del bien heredado y los costos que “el juicio, honorarios de los profesionales, incluido” significarán. Pero no siempre se es consciente de la pérdida del valor de lo heredado cuando se demora más de lo justificado la adjudicación del bien y la posibilidad de disponer libremente de él. - La inflación y la pérdida de valor del patrimonio hereditario La inflación es un fenómeno que deteriora el valor real del dinero y de los bienes con el paso del tiempo. En el caso de los juicios sucesorios, este proceso se traduce en una pérdida progresiva del valor patrimonial heredado. Cuando un proceso sucesorio se dilata en el tiempo, el poder adquisitivo de los activos que componen la herencia se reduce drásticamente. Por ejemplo, un inmueble heredado que al inicio del proceso tenía un valor de mercado alto puede perder valor real frente a la inflación si su venta o adjudicación demora varios años. El problema se agrava con los bienes líquidos heredados, como cuentas bancarias o depósitos en pesos, que pierden su capacidad de compra en un país con tasas de inflación anuales de dos dígitos actualmente, pero entre el 2023 y 2024 se superó con creces los 3 dígitos. Si la distribución de estos fondos no se realiza rápidamente, los herederos pueden recibir sumas que, en términos reales, son significativamente menores a las que tenían cuando se inició el trámite sucesorio. Además, en muchos casos, los fondos permanecen en cuentas judiciales o cuentas bancarias a nombre del causante sin generar intereses que compensen la inflación. Esto significa que, mientras el juicio sucesorio avanza, el dinero se desvaloriza constantemente, afectando el poder adquisitivo del capital heredado. La situación es aún más grave si existen restricciones bancarias o demoras en la liberación de los fondos, lo que impide a los herederos realizar inversiones que protejan el valor de su parte de la herencia. Otro punto crítico es la conversión de divisas en los casos donde el causante tenía depósitos en dólares. En algunas instancias, los bancos pueden aplicar normativas cambiarias que dificultan la disponibilidad de esos fondos en la moneda original, obligando a su conversión a pesos a valores oficiales, lo que genera una pérdida patrimonial considerable. Esto agrava el problema en un contexto donde la cotización del dólar paralelo suele ser mayor al tipo de cambio oficial. Ante este escenario, los herederos deben evaluar estrategias para minimizar la pérdida de valor del dinero heredado. En algunos casos, puede ser conveniente solicitar medidas judiciales que permitan la inmediata disposición de los fondos y su colocación en instrumentos financieros ajustados por inflación, evitando que el deterioro monetario afecte la sucesión. Tiempos judiciales prolongados y su impacto en los herederos Uno de los principales obstáculos que enfrentan los herederos en Argentina es la lentitud de los procesos judiciales. Si bien el procedimiento sucesorio es de jurisdicción voluntaria y, en teoría, no debería extenderse más de unos pocos meses, la realidad indica que muchas sucesiones pueden tardar años en resolverse debido a diversos factores, entre ellos: Burocracia judicial: La sobrecarga de los juzgados, sumada a la falta de digitalización completa en muchos distritos, ralentiza la tramitación de expedientes sucesorios. En la justicia provincial, un escrito simple, puede tardar alrededor de 3 meses en ser procesado y proveído por el Juzgado. Conflictos entre herederos: Disputas por la administración de los bienes, falta de acuerdo en la partición o impugnaciones pueden extender el tiempo del proceso. Dificultades en la inscripción de bienes: La inscripción de inmuebles en los registros de la propiedad, la actualización de datos en bancos y entidades financieras, y la regularización fiscal de los bienes heredados son trámites que pueden dilatar la disponibilidad de los activos. Desigualdades entre herederos según el momento de acceso a la herencia Otro aspecto preocupante de los plazos extendidos de la sucesión es que generan desigualdades entre los herederos según el momento en que logran acceder a los bienes. En muchos casos, mientras algunos herederos pueden disponer de activos de inmediato, otros deben esperar meses o años para recibir su parte, encontrándose con un patrimonio depreciado en términos reales. Un ejemplo claro se da en la partición de bienes inmuebles. Si un heredero recibe un inmueble que se valoriza con el tiempo y otro recibe una suma de dinero, este último puede verse perjudicado por la inflación si el juicio sucesorio se extiende. Lo mismo ocurre con empresas familiares, donde la demora en la resolución puede afectar la operatividad del negocio y perjudicar a los herederos que dependen de su rentabilidad. Alternativas para minimizar el impacto de la inflación en la sucesión Si bien el contexto inflacionario es una variable que escapa al control de los herederos, existen estrategias para mitigar su impacto en el haber sucesorio: Planificación sucesoria anticipada: La realización de testamentos, donaciones en vida o fideicomisos sucesorios permite reducir la exposición a los tiempos judiciales y evitar la pérdida de valor de los bienes. Estrategias de inversión de los bienes líquidos: En caso de cuentas bancarias o sumas de dinero en efectivo, los herederos pueden solicitar medidas judiciales para la colocación de los fondos en instrumentos financieros que acompañen la inflación. Mediación y acuerdos extrajudiciales entre herederos: Un acuerdo entre los herederos para agilizar la sucesión, evitando litigios innecesarios, puede acelerar la disposición de los bienes y reducir el impacto inflacionario. Uso de herramientas digitales en la tramitación sucesoria: En Corrientes, el sistema digital de gestión judicial, podría ser mejor a los fines de hacer más eficiente la tramitación de las causas, pero poco sirve un sistema digital si los escritos quedan en bandeja por meses antes de ser procesados y resueltos. Conclusión El impacto de la inflación en el haber sucesorio es una problemática cada vez más relevante en Argentina, donde los tiempos judiciales prolongados agravan la pérdida de valor del patrimonio heredado. Para los herederos, esto puede significar no solo una reducción del valor de su herencia, sino también desigualdades según el momento en que accedan a los activos. Ante este escenario, la planificación sucesoria cobra un papel central en la protección del patrimonio familiar. Asesorarse con profesionales especializados y anticipar decisiones puede marcar la diferencia entre una transmisión patrimonial eficiente y una pérdida considerable del legado familiar debido a la inflación y la burocracia judicial. Es fundamental que los herederos comprendan los riesgos y tomen medidas preventivas para preservar el valor de su herencia en un contexto económico incierto.
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