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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 23/03/2025 05:22
El 7 de marzo pasado, el Municipio recibió el informe sobre la verificación estructural del Mirador del Río, un escrito de más de 50 páginas en el cual se indica todos los estudios que se realizaron para verificar la seguridad o no de toda la estructura. Y los resultados no fueron para nada favorables: según la conclusión final “se puede afirmar que la estructura, tanto de madera como de hormigón, de la obra denominada Mirador del Río no cumple con las normas de cálculo y construcción vigente en la República Argentina. Por lo tanto, con base en los antecedentes relevados en campo y en los modelos matemáticos realizados conforme a la normativa mencionada, se recomienda no habilitar la estructura para uso público”. Según el informe de verificación estructural, “las fundaciones deben ser diseñadas para proveer adecuado soporte a las cargas actuantes considerando las características resistentes del suelo, sin superar asentamientos excesivos y proveyendo adecuada seguridad contra el levantamiento. El diseño de las fundaciones debe contemplar una adecuada protección de la madera o productos derivados de la madera contra el ataque de hongos e insectos. Se deben prever drenajes que eviten la acumulación de agua y se debe evitar la presencia de elementos que faciliten el ataque biológico”. Y el análisis final dictaminó que nada de esto se terminó cumpliendo. Los motivos para llegar a la recomendación de no acceso al público que hicieron los ingenieros civiles al Municipio se sustentan, en primer lugar, por lo inadecuado del terreno para construir una estructura de siete plantas como actualmente existe en el Camino de la Península. Según los estudios, los primeros 4,5 metros de superficie están compuestos por una estructura barrosa al límite de un compuesto líquido. En otras palabras, literalmente es un pantano. Recién entre los 8,5 y los 12 metros es que el terreno comienza a ser estable, por lo que la torre tendría que estar construida sobre pilotes que lleguen hasta esa profundidad. “En cuanto al perfil del subsuelo, existe como antecedente un sondeo que se hizo a unos 100 metros de distancia de la implantación de la obra. Este sondeo ejecutado hasta una profundidad de 8 metros recomendaba fundación indirecta mediante pilotes”, destacaron en el informe. Existe un estrato entre 1,5 y 5 metros de profundidad muy blando, por lo tanto, susceptible a asentamientos que pueden ser incompatibles con el tipo de obra ejecutada. Las muestras analizadas de este estrato denotan unas humedades muy próximas al límite líquido, punto en el cual por definición el suelo se comporta como un líquido. La zona de obra, que es una zona costera es propensa a inundaciones, lo cual agrava las condiciones a las que eventualmente estará sometido el sub suelo”, subrayaron. Ya sea por ignorancia o impericia, los constructores de la torre no usaron pilotes sino que utilizaron un sistema de fundación que es inadecuado ya que erigieron toda la estructura en una losa con platea, la cual pusieron arriba de todo ese barro. Todo esto hace que la estructura, en condiciones de total estabilidad, sin viento y sin carga encima, presente una constante inclinación por encima de lo tolerable. Todo esto hace la torre pierda rápidamente la verticalidad, y es por eso que se pusieron unos anclajes para poner tensores –al igual que con las antenas–, pero estos tensores están dentro del mismo barro y no están sujetos a la suficiente profundidad como para estar en suelo firme. Están todos dentro del mismo sistema pantanoso, por lo tanto no tienen la respuesta que deben tener. En otras palabras, inclusive en estado de reposo, sin viento y sin personas arriba, existe una inclinación desmesurada en la estructura: “Se hicieron relevamientos de verticalidad de la estructura el día 18 de febrero de 2025, los cuales indican que hacia la dirección de la entrada al mirador o sentido norte, existe un tras plomo de 14,5 centímetros (…) y esta deformación debería ser de 6 centímetros. Esto significa un 241% encima del límite, incluso teniendo en cuenta que, al momento de esta medida, la torre no estaba cargada ni sufría vientos y se encontraba en estado de reposo”. “Según la verificación, se ve un exceso en la tensión admisible a compresión en un 241%, lo que resulta en un potencial efecto de pandeo. Esto se puede notar a simple vista en la estructura, como la columna tiene una deformación en un estado de reposo”, menciona el informe sobre las columnas simples que se encuentran al ingresar al mirador y agrega que “otro punto a destacar de manera negativo es el apoyo con el cual materializaron estas dos columnas. Apoyando directamente sobre un perfil metálico, y sin cubrir toda la superficie, aumentando la tensión de contacto en el ancho de este perfil de 42 milímetros, apoyo insuficiente tanto por concentración de tensiones como de estabilidad del miembro comprimido. En lo que respecta a las columnas de sección compuesta (la que sustentan la estructura de manera interna) se extrajeron muestras de las clavijas y estas no alcanzaban a penetrar en la tercera tabla, cuando la norma exige que se penetre en un 75% de la última tabla del conjunto. En otras palabras, los tornillos que mantienen unida toda la torre no son lo suficientemente largos para mantener segura la estructura y, además, no están a la distancia indicada entre uno y otro. “Por estos motivos, las ocho columnas centrales no pueden considerarse como de sección compuesta, sino como una superposición de columnas de miembros simples constituidos por piezas individuales de madera aserrada, es decir que falta de cumplimiento que la norme exige para las columnas en las secciones centrales posean la capacidad portante por tabla individual y no la de la columna compuesta”, denunció el informe. “La vinculación de estas 8 columnas centrales, denominadas compuestas, se realiza mediante un apoyo metálico, el cual se une mediante cuatro clavijas a la columna y cuatro tirafondos a un dado de hormigón. El apoyo que brinda este soporte a la base de la columna es insuficiente, ya que no le brinda apoyo a la totalidad de la columna, aumentando las tensiones de apoyo”, explicaron sobre otra de las inconsistencias de la estructura y agregaron que esto último “no le permite anclaje a todas las tablas. Incluso, las clavijas utilizadas ingresan entre las uniones de las tablas y no en el centro del alma”. “También se observa en algunos casos que los anclajes de este apoyo metálico al dado de hormigón se encuentran en los bordes y con el hormigón fisurado, mientras que en otros casos hay desniveles y tirafondos parcialmente salidos. En la práctica, estos anclajes debieran haberse dejado previstos en el hormigón, y ejecutar una nivelación fina con grouter cementicio, de igual manera a como se ejecuta una placa de anclaje para estructura metálica”, resaltaron. “Por lo que, en definitiva, las columnas principales están ancladas de manera deficiente e incluso su soporte base no posee ningún tipo de anclaje a las fundaciones, más que la adherencia entre hormigones. Existiendo también la posibilidad de agrietamiento del hormigón, ya que no existe ninguna armadura para controlar esto y peor aún, la posibilidad de una rotura frágil por inexistencia de armadura, situación totalmente desaconsejable para un elemento tan crítico en una estructura”, remarcó el informe de verificación estructural. “Por lo expuesto anteriormente se puede concluir que la solución de fundación adoptada para la obra, la cual es una obra en altura, si bien es capaz de soportar las cargas gravitacionales y accidentales de corto plazo, no garantiza un buen desempeño a largo plazo. Como mínimo implica monitorear periódicamente los asentamientos y el desempeño de tensores. Eventualmente habría que intensificar los monitoreos ante la ocurrencia de anegamientos o cualquier evento accidental, lo cual no es muy práctico. Dadas estas condiciones se ratifica lo planteado en los antecedentes a nivel ante proyecto que esta obra se debe fundar por medio de fundación indirecta mediante pilotes excavados que trabajen con resistencia de punta en los mantos competentes de acuerdo a los parámetros que se fijan para tal fin. Al ser una obra ya ejecutada podría reforzarse mediante pilotes o bien con la técnica de micropilotes con inyecciones cementicias para mejorar las condiciones del estrato compresible”, concluyeron los ingenieros civiles. En conclusión, todo lo que se pudo hacer mal a la hora de construir una torre de siete plantas se cumplió al pie de la letra. Desde un terreno inestable, materiales inadecuados, una inclinación desmesurada y ménsulas no correspondientes, el acceso al público al interior de la estructura conforma un acto de irresponsabilidad absoluto. Y lo cierto también es que desmantelar el Mirador del Río también implica una inversión millonaria, por lo cual seguirá en pie en el Camino de la Península, pero difícilmente alguna vez vuelva a estar habilitada para que vecinos y turistas accedan y puedan apreciar el paisaje desde lo más alto. .
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