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» El Ciudadano
Fecha: 23/03/2025 05:03
Daniel Zecca El concejal Agapito Blanco conduce el Comité de Acción Política del PRO y, si bien no integra la lista de precandidatos de la coalición Unidos, fue parte de la negociación de cara a las Paso. De origen PDP, se define como liberal, aunque cree que el actual presidente, Javier Milei, «está prostituyendo las ideas liberales al desentenderse de la obra pública y no invertir en áreas clave, como educación». El dirigente, también muy cercano a Miguel Tessandori, cree que Unidos «ha demostrado ser más eficiente que el gobierno nacional en términos de gestión» y que el votante rosarino nunca «se comió la curva porteña» y por lo tanto el 13 de abril va a privilegiar a los candidatos del oficialismo por sobre los referentes de LLA. «Formo parte del PRO y estoy integrado el conglomerado de partidos que conforman Unidos. Los principales partidos habían acordado armar una lista de unidad, y en esa lista, el lugar que nos tocaba era para una mujer. En este caso, Flavia Padín representa a nuestro espacio político, junto con Anita Martínez. Los espacios que consideramos propios son el tercero y el quinto de esa lista de unidad. Aunque no me toca a mí ser candidato en esta ocasión, respeto los acuerdos políticos y me enfoco en colaborar con el espacio al que pertenezco», le dijo a El Ciudadano el edil, en el inicio de la charla, a modo de cuadro de situación. —Tu mandato termina el 10 de diciembre de este año. ¿Cuáles son tus principales preocupaciones de acá a fin de año? —Mi principal preocupación es colaborar con el espacio político al que pertenezco, que tiene un acuerdo con otros partidos como Unidos. Desde mi lugar, busco contribuir a que este espacio político tenga un buen desempeño, enfocándonos en los ejes de trabajo acordados, que son principalmente la infraestructura y la seguridad en Rosario. En términos de seguridad, hemos logrado avances significativos. Rosario pasó de ser la ciudad más violenta de Argentina a estar en la mitad de la tabla en cuanto a índices delictivos. Esto se debe a una decisión política del gobernador y a un acuerdo con el intendente, lo que permitió una inversión importante en patrulleros, equipamiento y mejores sueldos para las fuerzas de seguridad. Aunque aún falta mucho, el cambio es notable. En cuanto a infraestructura, la provincia está realizando una inversión histórica en Rosario, algo que no se veía desde la época de Miguel Lifschitz. Estamos hablando de 300 obras de distinto volumen, lo que demuestra un acuerdo entre el municipio y la provincia. Si este mismo acuerdo se pudiera trasladar al gobierno nacional, Rosario podría vivir un momento bisagra en su historia en términos de obra pública y el beneficio que eso trae a diferentes sectores sociales. —¿Cómo afecta la falta de apoyo del gobierno nacional en infraestructura a estos avances? —La falta de apoyo del gobierno nacional complica mucho las cosas. En seguridad, el aporte de fuerzas federales fue importante, pero el verdadero cambio vino con la inversión multimillonaria provincial en patrulleros, equipamiento y sueldos. Sin embargo, en infraestructura, el gobierno nacional ha paralizado obras clave para la ciudad y la región. Nación tenía un compromiso con el Monumento a la Bandera y no se avanza con las obras, como el Acueducto Gran Rosario, la cascada del Saladillo, la planta de agua potabilizadora de Baigorria, que también se interrumpió, y las viviendas que habían sido iniciadas por Nación. La provincia ha tenido que hacerse cargo de estas obras, lo que demuestra una falta de compromiso por parte del gobierno nacional. Creo que sería razonable que el gobierno nacional apoyara a las provincias que están demostrando eficiencia en su administración, como Santa Fe. En lugar de eso, hay un cierto cinismo en declamar eficiencia mientras se desentienden de las provincias que realmente están haciendo las cosas bien. No es lo mismo Santa Fe que Formosa. Para alguien como yo, que adhiere a las ideas del liberalismo, creo que podría ser mucho más exitoso el gobierno nacional si hiciera acuerdos con aquellas provincias que demuestran eficiencia. —Como hombre de ideas liberales, ¿cómo ves la sostenibilidad de un gobierno nacional que se desentiende de la obra pública? —Separo las ideas liberales de quienes las interpretan. Separo el camino del caminante. El liberalismo bien entendido busca que el Estado provea las condiciones necesarias para que el comercio liberal y la industria se desarrollen, lo que incluye infraestructura, energía barata, seguridad y educación, para que se pueda competir con el de afuera. Sin embargo, temo que la actual administración nacional esté prostituyendo las ideas liberales al desentenderse de la obra pública y no invertir en áreas clave como la educación. Si el gobierno nacional dijera «no voy a hacer obra pública porque quiero que los colegios sean excelentes», lo entendería. Pero no veo una apuesta firme por la educación ni por la infraestructura. Esto es un problema, porque sin educación e infraestructura, no podemos competir en el mercado internacional ni generar riqueza. Yo entiendo que el presidente le puede hablar a la tribuna, pero por otro lado no demuestra otra cosa en la práctica. Soy liberal, coincido en el camino liberal, temo que esta puesta en escena se lleve puesto el camino. —¿Cómo imaginás el escenario electoral en Rosario, especialmente con la competencia entre Unidos y las propuestas más alineadas con el gobierno nacional? —En Rosario, el electorado siempre ha sido más independiente de las tendencias nacionales. Aquí, la gente valora la gestión local y la eficiencia. Unidos, que integra a varios espacios políticos, ha demostrado ser más eficiente que el gobierno nacional en términos de gestión. Creo que el rosarino va a valorar eso, independientemente de las tendencias nacionales. En Rosario, siempre ha habido un escenario de tres fuerzas: el peronismo, la izquierda y el Frente Progresista (ahora Unidos). Hoy, ese escenario se repite con la Libertad Avanza, Unidos y el peronismo. Unidos tiene la ventaja de haber demostrado una gestión eficiente y unida, lo que creo que el electorado va a valorar. El rosarino nunca se comió la curva porteña. La estrategia política de Unidos es ni más ni menos que mostrar los hechos.
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