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» Elterritorio
Fecha: 23/03/2025 04:24
"Nos arrancaron un pedacito de nuestras vidas, nos arrancaron la sonrisa. Por eso pedimos no nos dejen solos", pidió Margarita Martínez, mamá del misionero linchado por un grupo de personas en la localidad de Olivera, provincia de Buenos Aires. sábado 22 de marzo de 2025 | 19:00hs. Sosa era albañil y trabajaba en Buenos Aires, donde ocurrió el crimen. //Foto: Facebook. Hoy se cumple un mes del asesinato de Jeremías Sosa (31), el misionero, oriundo de Jardín América, cuya vida le fue arrebatada en un acto de violencia extrema en la localidad de Olivera, partido de Luján, provincia de Buenos Aires. El atroz crimen sigue generando un dolor profundo en su familia, que busca respuestas y además, lucha por justicia, mientras la mayoría de los acusados continúan prófugos. Jeremías fue asesinado en la noche del 22 de febrero en plena calle. Según testimonios de vecinos y la propia investigación policial/judicial, fue atacado sin piedad por un grupo de personas, que luego justificó su accionar diciendo que lo habían confundido con un delincuente. Un mes después, su familia no solo llora su ausencia, sino que también exige respuestas urgentes de las autoridades. La mamá de Jeremías, Margarita Martínez, expresó su sentimiento en un desgarrador posteo que hizo en Facebook: "Hoy es un mes, que unos inhumanos me quitaron a mi hijo, duele hasta escribir, mi alma está deshecha, mi corazón en mil pedacitos, no entiendo, no comprendo, como pudo pasar algo así en un pueblo donde me gustaba estar, un pueblo tranquilo de gente buena trabajadora". Con estas palabras, la madre del misionero denunció la crueldad de un crimen que, según su relato, fue perpetrado por "unos cuantos animales de carroña". Margarita continuó su mensaje diciendo: "Nos arrancaron un pedacito de nuestras vidas, nos arrancaron la sonrisa. Por eso pedimos no nos dejen solos, no olvidemos a los asesinos. Que de la justicia de Dios no podrán escapar, pero de esta justicia terrenal tampoco podrán escapar, Dios hará justicia". Por su parte, Paola Martínez, hermana de Jeremías, también recurrió a las redes sociales para expresar el sufrimiento que vive la familia. "Hace un mes que le sacaron el derecho a vivir a mi hermano, hace un mes que no podemos hacer duelo, que no podemos llorarlo con resignación sabiendo que la muerte es parte de esta vida". La hermana de Jeremías sigue preguntándose, con una angustia palpable: "¿Con qué derecho le arrebataron la vida? ¿Por qué sus asesinos siguen libres? ¿Por qué tanta corrupción? ¿Por qué esta justicia no es justa?". "Solo pedimos Justicia para poder darle el descanso eterno. No lo vamos a volver a ver en esta vida, pero podemos estar tranquilos de que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para hacer justicia", concluyó, dejando claro que, aunque el dolor sea inmenso, no cesarán en su lucha. El homicidio de Sosa expuso la peor cara de la violencia, y ahora también la frustración de una familia que siente que la justicia no está siendo lo suficientemente rápida ni efectiva. Los responsables del asesinato siguen prófugos, lo que aumenta la incertidumbre y el dolor en familiares y allegados que exigen que los implicados sean detenidos y llevados ante la justicia. Cambios en la carátula y sospechosos El crimen del misionero ocurrió entre las 22 y 22:30 horas. Según la Fiscalía 10 de Luján, Sosa caminaba por la vía pública (aparentemente preso de un ataque de pánico) cuando un grupo de personas lo abordó y comenzó a golpearlo brutalmente, acusándolo de ser un ladrón. Los agresores lo maniataron y continuaron la golpiza, incluso ante la mirada de numerosos vecinos. La autopsia confirmó que la causa de su muerte fue un shock neurogénico producto de un traumatismo grave de cráneo. En el marco de la investigación, la carátula del caso fue modificada. Inicialmente, el hecho fue caratulado como "homicidio en riña", luego cambió a "homicidio en agresión" y, finalmente, se recalificó como "homicidio agravado por alevosía". Este último delito, según el Código Penal, conlleva una pena de prisión perpetua para los responsables. Según medios bonaerenses, de todos los acusados, tres fueron detenidos: Lucas Samuel González Bonomo, de 23 años; Alex Iñiguez, de 25 años; y Gustavo Rocha, de 49 años, aunque otras seis están siendo investigadas por su posible participación en el linchamiento, varias de ellas vinculadas a una misma familia. En los allanamientos realizados en la localidad se secuestraron elementos clave para la investigación y se identificaron a más sospechosos, aunque desde la Fiscalía prefirieron no brindar más detalles al respecto, informan medios de la ciudad de Luján.
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