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» Notife
Fecha: 22/03/2025 14:53
Muy estudiado, muy de laboratorio, el partido recién encontró picos de interés en el final de una primera etapa en la que se atacaron poco, pese a que Uruguay tuvo una mayor posesión de la pelota, cosa rara en una selección como la de Argentina que, generalmente, hace una fuerte tenencia del balón. ¿Por qué pasó eso?, porque Argentina se paró con una actitud netamente contragolpeadora, situación a la que le costó mucho que se adapten jugadores como Giuliano Simeone o Thiago Almada, los que iban por afuera, porque se concentraron mucho en darles una mano a un complicado Molina (sobre todo en la primera media hora) y a Tagliafico, que debió lidiar con la subida constante de Nández. Un primer tiempo para el olvido No hubo situaciones de real peligro hasta pasada la media hora, lo cual reflejó con claridad la muy escasa profundidad de los dos. Fue un remate de De Arrascaeta a media altura que obligó a un gran esfuerzo de Dibu Martínez. Pero enseguida llegaron dos de Argentina, con Simeone de protagonista y como para emparejar las cosas en un primer tiempo poco atractivo. La idea de Scaloni, en lo táctico, fue línea de cuatro en defensa, un volante central bien posicional (Paredes), dos volantes internos a los costados y más adelantados (Alexis Mac Allister y Enzo Fernández), con Simeone y Almada abiertos por afuera y Julián Alvarez jugando a veces en soledad arriba. El gran problema de Argentina es que se recuperaba la pelota en su propio terreno y de ahí en adelante quedaba un largo trecho por recorrer, lo cual obligaba a largos traslados o, en su defecto, alguna aparición por sorpresa que no se daba. Se mejoró recién en la parte final. O mejor dicho, Argentina se acordó de que también se podía atacar en ese último suspiro de un primer tiempo que se consumió en una mayor tenencia –aunque poco eficaz- de Uruguay, algunos centros que no complicaron demasiado a la defensa visitante y ese par de jugadas en el final como para despertar de la modorra. La segunda parte: otro partido Había que salirse del libreto en algún momento y Argentina lo hizo en el arranque del segundo tiempo. El responsable fue Enzo Fernández, luego la pelota fue abierta a la izquierda y Thiago Almada no dudó: dominio y remate violento que el bueno de Rochet sacó por encima del travesaño al córner. Bielsa había puesto a De la Cruz, el ex River, sobre el cierre del primer tiempo por un lesionado De Arrascaeta, en tanto que agotó una segunda ventana cuando iban 12 del segundo, esta vez con Brian Rodríguez ingresando por un Pellistri que había sido absorbido por el buen trabajo de Tagliafico durante todo el tiempo que estuvo en cancha. Ya por entonces, el partido era más atractivo que ese soporífero primer tiempo con muy pocas emociones y calidad futbolística. Thiago Almada se mostraba mucho más participativo, encontrando espacios que no tenía en el primer tiempo y aportando más movilidad. Tuvo una muy clara luego de una pelota profunda que le llegó a sus pies, quiso dejar en el camino a Rochet y el arquero uruguayo le sacó la pelota. Antes, el mismo Rochet le tapó una media vuelta a Simeone. Argentina se hacía más peligroso, sin abandonar el libreto aunque agregándole más tenencia, el adelantamiento en el campo de juego y pelotas más profundas que obligaron a una mayor atención de los defensores y, especialmente, el arquero uruguayo. Esa levantada individual de Thiago Almada, del que se contagiaron varios, tuvo su premio a los 22 minutos. Movió bien la pelota Argentina, recibió Julián Alvarez por izquierda, le abrió espacios a Almada, éste recibió el pase del delantero en la puerta del área, con tiempo suficiente para meter un chanfle perfecto que se coló en el ángulo superior izquierdo de un Rochet que voló “para los fotógrafos”, sin chances de parar semejante remate. "Thiago Almada" Porque definió con la punta de su tremenda pija para la ventaja parcial de Argentina por 1-0 ante Uruguay por las eliminatorias sudamericanas. Le pegó con la chota re parada, qué pedazo de gol que hizo el argentino hijo de re mil puta. pic.twitter.com/k2aopyxUt7 — Tendencias en Deportes (@TendenciaDepor) March 22, 2025 Allí fue el momento en el que Scaloni movió el banco. Entró Nicolás González y salió Giuliano Simeone, que había tenido chances claras en los dos tiempos, pero sin precisión para definirlas. En lugar de pararse por izquierda –su puesto natural-, Nicolás González ocupó el lugar de su reemplazado, dejando que Thiago Almada siga haciendo de las suyas y desequilibrando por la banda izquierda. A diez minutos del final, Scaloni volvió a mover el banco argentino: entró Ezequiel Palacios y salió Mac Allister. Ya Argentina, por ese entonces, no sólo tenía controlado defensivamente el partido, sino que además jugaba con la desesperación uruguaya a su favor. Puede interesarte Ese fue el corolario del “partido largo” que hizo Argentina, regalando pelota y terreno en el primer tiempo para que se venga Uruguay, agazapado en una actitud contragolpeadora que no salió como se esperaba en la parte inicial y mejorando mucho su producción en el segundo tiempo, al influjo de Thiago Almada (la figura) y adelantándose al menos 20 metros en el campo de juego. Ya en el final, Scaloni quiso asegurar el resultado con el ingreso de Balerdi por Paredes, armando línea de cinco en el fondo. Y también optó por sacar a la figura del partido –Thiago Almada-, por Angel Correa, que entró a la cancha haciendo gala de la mítica y poderosa camiseta número 10. La clasificación El camino de la practicidad lo llevó a Argentina a quedarse con la victoria y la virtual clasificación para el Mundial 2026, todavía con cinco fechas por jugarse. Restaba una última incidencia, tan inoportuna como difícil de explicar, cuando Nicolás González cometió una falta en un costado de la cancha y recibió la tarjeta roja del árbitro. La victoria se justificó en ese lapso favorable, el del segundo tiempo, manteniendo en todo momento el orden defensivo (no hubo puntos débiles salvo la primera media hora de complicaciones de Molina), una enorme actuación de Thiago Almada para marcar “un gol de otro partido” que nos llevó a sacarle 15 puntos al séptimo, con 15 puntos en juego. El Mundial ya nos tiene adentro, por más que todavía falte un pequeño empujoncito.
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