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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/03/2025 10:39
El escritor Guillermo Saccomanno, Premio Alfaguara de Novela 2015 por su libro 'Arderá el viento'. A Guillermo Saccomanno (Buenos Aires, 1948) no le gustan las etiquetas, piensa que son ‘reduccionistas’ y es algo que pone en práctica en sus novelas. En ellas encontramos una mezcla de géneros que nos llevan desde el ‘noir’ al realismo mágico, pasando por un contundente sustrato político y social a la hora de hablar de la violencia, el poder, la corrupción y el horror cotidiano. Su última novela, Arderá el viento, contiene todos esos elementos y gracias a ella ha conseguido el Premio Alfaguara de novela 2025. En ella nos adentramos en un espacio a medio camino entre lo real y lo inventado, en una villa costera argentina a la que fueron a refugiarse un buen puñado de nazis mezclándose con los lugareños y generando un extraño microcosmos en el que las clases sociales se encuentran muy bien diferenciadas y donde solo unos pocos mueven los hilos de acuerdo a sus intereses. En ese contexto, una extraña pareja que llegó tras la guerra se instaló en esas tierras para construir un hotel. Al parecer él era duque y ella, Moni, una mujer capaz de conseguir lo que quisiera gracias a sus dotes de seducción, algo que la llevará a tejer una red de influencias a su alrededor que le beneficiarán según sus intereses. En ese pueblo encontraremos caciques sedientos de dinero, policías que se venden al mejor postor, muertes que no se pueden justificar, ricos decadentes, hippies, niñas que saben leer el futuro y niños asesinos. Un panorama poco esperanzador dentro de una narración que nos arrastra con el poder de una prosa precisa y absorbente. “La realidad imita a la ficción” -Pregunta: Hábleme de cómo surge esta novela. -Respuesta: Quería hacer algo corto, que se centrara en unos pocos personajes, aunque a su alrededor hubiera muchos más. Y quería que el pueblo fuera también protagonista. Yo vivo en una villa costera y me sirvió para inspirarme para construir este lugar inventado que, de alguna manera, me servía como una especie de microcosmos para representar algunos de los males de nuestra sociedad. Pero no hay que confundir la realidad con la ficción. Yo creo que la realidad imita a la ficción, el problema es que la ficción hoy en día imita a la televisión y rápidamente se hace una miniserie. -P: Ahora se ha hecho una serie de Cien años de soledad, ¿la verá? -R: Si te soy sincero, prefiero no verla. No creo que se pueda captar en imágenes la narrativa de García Márquez. 'Arderá el viento', de Guillermo Saccomanno. (Premio Alfaguara de Novela 2025) -P: ¿Hasta qué punto es importante que la villa de la novela fuera en el pasado un refugio de nazis? -R: Eso forma parte de la mitología de ese espacio, como una leyenda. Todo el mundo sabe que Argentina se convirtió en un refugio de alemanes próximos al régimen, pero solo es algo que está ahí, tampoco sirve para subrayar nada, al igual que después ese territorio se convirtió en un enclave contracultural repleto de hippies. “La corrupción está en todas partes” -P: Lo que sí resulta fundamental en la novela es la presencia de la corrupción. -R: La corrupción está en todas partes. Allí, aquí, en todas partes. Es inevitable. Es, te diría, casi inexorable. En ese sentido, mi novela se puede decir que opera como una metáfora del mundo corrupto en el que vivimos. -P: ¿Cree que todo aquel que adquiere un mínimo de poder impone su voluntad a los demás? -R: Estamos en manos de esquizofrénicos, de psicópatas. No hay clasificación psicológica para abarcar y comprender a todos estos canallas que nos gobiernan. Todos somos supervivientes de Donald Trump, de Elon Musk, de Putin. Piensa que estamos a un tris de que alguien, algún idiota de estos, toque el botón y estalle la Tercera Guerra Mundial. El mundo está al borde el abismo. -P: En ese aspecto, en la novela no se salva nadie de esa corrupción sistémica. -R: No hay inocentes, no creo en la inocencia. Hasta cierto punto podría pensar en la infancia como territorio idílico. Pero lo idílico no es real. El llanto de un bebé puede ser un aliento de esperanza, pero también de condena, porque está destinado a la desgracia humana. Guillermo Saccomanno ha presentado en Madrid su novela 'Arderá el viento'. (Alfaguara) -P: ¿Es usted pesimista? -R: Nunca fui optimista. Además, yo creo que el optimismo no tiene buena prensa en la literatura. -P: ¿Ese pueblo que describe es un reflejo de nuestro mundo? -R: En los lugares pequeños todo el mundo se conoce, todo el mundo opina sobre los demás. Se inventan historias del vecino y el vecino del otro vecino. Eso sucede en todas partes, es propio de la naturaleza humana. -P: Y es algo que con las redes sociales se magnifica más. El corrillo del pueblo se extiende al mundo entero. -R: No sé nada de internet porque no tengo redes. Yo creo que es lo mejor para un escritor, estar aislado de todo. Yo prefiero no entrar en ese corrillo. El terreno de la escritura es el silencio, el pensamiento, la reflexión. Por algo me fui a vivir lejos, aislado, porque es difícil encontrar en nuestra sociedad algo de paz. Trump desmantela el legado de Biden con una ola de decretos que inauguran su mandato. -P: Otro de los aspectos que caracterizan Arderá el viento es la lucha de clases, ¿cree en ella? -R: Creo que estamos atravesando un momento en el que se ha producido un lavado de la conciencia de clase. Y yo creo en la lucha de los pobres contra los ricos y en la necesidad de una sociedad más justa, con un reparto equitativo de la riqueza de este planeta. -P: Al menos en su novela los tiranos son castigados... -R: Digamos que porque está el Dios escritor y, aunque yo no sea Dios, creí que debía desparramar un poco de justicia por aquí y por allá. Lo que no quiere decir que no estemos bailando en la cubierta del Titanic.
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