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Parana » Entreriosya
Fecha: 21/03/2025 23:55
Sonarse los dedos es una costumbre que muchas personas realizan casi de forma automática. Algunos lo hacen por alivio, otros por nerviosismo o simplemente por hábito. El característico sonido de crujido se produce al ejercer presión sobre las articulaciones, generando una sensación de relajación momentánea. Sin embargo, este gesto puede traer consigo ciertos riesgos si se repite con demasiada frecuencia. Las articulaciones están rodeadas por una cápsula con líquido sinovial que las lubrica y evita el desgaste de los huesos. Dentro de este líquido hay gases disueltos que, al empujar las articulaciones más allá de su rango normal, forman burbujas que estallan, produciendo el sonido característico. Aunque la creencia popular sostiene que esto podría derivar en artritis, diversos estudios han demostrado que no existe una relación directa entre el crujido de los dedos y el desarrollo de esta enfermedad. No obstante, los especialistas advierten que hacer sonar los dedos repetidamente podría afectar la estabilidad de la articulación. Al movilizarla más allá de su límite natural, los ligamentos y tendones pueden debilitarse con el tiempo, lo que aumenta el riesgo de esguinces o desgaste prematuro. Además, algunas personas pueden desarrollar una necesidad creciente de repetir el gesto, lo que refuerza el hábito y puede generar una mayor laxitud articular. Por lo general, crujir los dedos no debería causar dolor ni molestias. Si al hacerlo se experimenta hinchazón, rigidez o pérdida de fuerza, es recomendable evitar el hábito y consultar con un especialista. En personas con articulaciones ya muy flexibles, la práctica frecuente podría incrementar la inestabilidad y dificultar la movilidad a largo plazo. Si bien sonarse los dedos es una acción inofensiva para la mayoría, hacerlo en exceso podría tener efectos negativos en la salud articular. La recomendación de los fisioterapeutas es evitar la práctica continua y prestar atención a cualquier señal de alerta en las manos. Si se convierte en un hábito compulsivo o empieza a generar incomodidad, lo mejor es reducir su frecuencia para prevenir posibles complicaciones en el futuro.
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