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» Diario Cordoba
Fecha: 21/03/2025 20:12
Cuando Donald Trump dice «America First», lo que de verdad está diciendo es «ustedes verán lo que hacen con su vida». Su proteccionismo, su desprecio por las alianzas tradicionales y su desdén por el multilateralismo han sacudido el tablero global. Pero, en lugar de llorar como un niño a quien papá le dice que ya no lo quiere, Europa y España pueden aprovechar este caos como una oportunidad de oro. Es el momento de reforzar nuestra autonomía y liderazgo internacional. Trump ha jugado con la OTAN como si fuera un club al que se entra y sale a conveniencia. Su exigencia de que Europa pague más por su defensa puede parecer amenaza, pero de hecho es una invitación a que la UE fortalezca su músculo geopolítico. ¿Por qué seguir esperando la aprobación de Washington cuando podemos desarrollar una política de defensa común más cohesionada e independiente? Europa tiene la oportunidad de ser en un actor estratégico por derecho propio. En el comercio internacional, el vacío que dejarán las guerras arancelarias de Trump es otra puerta que se abre. Europa puede llenar ese espacio ampliando sus acuerdos con Hispanoamérica, África y Asia, consolidándose como el abanderado del libre comercio en un mundo donde EE. UU. se repliega. Y si Trump decide ignorar la ONU, la OMS o la OMC, Europa también podrá asumir y ejercer el liderazgo en el control del cambio climático, la inteligencia artificial y los derechos humanos. Experiencia nos sobra en esos temas. La política migratoria restrictiva de Trump también nos da ventajas. Mientras EE. UU. levanta muros, Europa puede posicionarse como el destino ideal para el talento tecnológico, científico y empresarial que busca estabilidad y oportunidades. A esto se suma el abandono de Trump de los acuerdos climáticos como el de París. Si EE. UU. quiere quedarse en la era del petróleo, Europa puede consolidarse como potencia global en energías renovables. Y ahí España tiene mucho que decir. España tiene una carta ganadora en sus lazos con Hispanoamérica. Si Trump torpedea las relaciones tradicionales de EE. UU. con la región, España puede aprovechar su cercanía cultural y económica para fortalecer el comercio y canalizar inversiones hacia Europa. La incertidumbre sobre la economía y la política migratoria estadounidense también convierten a España en un destino atractivo para inversores que buscan estabilidad dentro de la UE. Sectores como la tecnología y el turismo de lujo pueden salir especialmente beneficiados. Además, con la OTAN en el aire, España tiene la oportunidad de reforzar su papel en la defensa europea, consolidándose como un pilar clave en la seguridad del continente. En cuanto a la energía, España tiene todo para atraer inversión y convertirse en referente de la transición ecológica en Europa. Y si hablamos de turismo, otro sector crucial para nuestra economía, las políticas restrictivas de EE. UU. pueden jugar a nuestro favor. Muchos turistas asiáticos y latinoamericanos que antes veían a EE. UU. como destino estrella podrían preferir la seguridad y la diversidad cultural de España. En definitiva, Trump nos ha confrontado con un tremendo reto, pero también nos ha servido una oportunidad en bandeja. Para Europa, es la ocasión de sacudirse la dependencia de EE. UU. y consolidarse como líder en comercio, multilateralismo y sostenibilidad. Para España, es el momento de reforzar su papel en Hispanoamérica, atraer talento e inversión, y convertirse en referencia en defensa, energía y turismo. Si Trump nos golpea con su «America First», nosotros deberíamos responder con un «Europa Primero» inteligente, pragmático y ambicioso. Ante este desorden mundial provocado por otro megalómano, debemos andar listos y aprovechar la oportunidad. Es la hora de Europa.
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