22/03/2025 19:08
22/03/2025 19:08
22/03/2025 19:07
22/03/2025 19:07
22/03/2025 19:07
22/03/2025 19:06
22/03/2025 19:06
22/03/2025 19:06
22/03/2025 19:06
22/03/2025 19:05
» Elterritorio
Fecha: 21/03/2025 19:53
Martina Mattos, de apenas un mes de vida, podrá regresar a su hogar tras ser atendida en un centro de alta complejidad en Buenos Aires. La intervención del Instituto de Previsión Social de Misiones fue determinante para resolver un cuadro grave de salud. viernes 21 de marzo de 2025 | 16:42hs. Con un mes de vida y tras haber superado una hipertensión pulmonar persistente, Martina Mattos vuelve a su casa en Misiones. La beba, que al poco tiempo de nacer presentó complicaciones severas, logró acceder a un tratamiento especializado gracias a un traslado sanitario gestionado por el Instituto de Previsión Social (IPS). Hoy, ya fuera de peligro, podrá celebrar el cumpleaños de su hermana mayor junto a toda su familia. Precisamente, Martina nació a término, con 37 semanas de gestación y un peso adecuado de tres kilos. Sin embargo, inmediatamente después del nacimiento presentó un cuadro de dificultad respiratoria que llevó al diagnóstico de hipertensión pulmonar, una afección grave en recién nacidos. “Es un cuadro que en la mayoría de los casos se resuelve en 48 o 72 horas. Pero en esta oportunidad, no solo no se resolvía, sino que iba empeorando”, explicó Lisandro Benmaor, presidente del IPS. Ante la evolución desfavorable, se inició tratamiento con asistencia respiratoria mecánica (ARM) y se sumaron drogas inotrópicas, medicamentos fuertes que ayudan al corazón a latir con mayor fuerza y a mantener una presión arterial sistémica adecuada. Pese a estas intervenciones, la situación se agravaba. “La beba se seguía descompensando hemodinámicamente, estaba cada vez peor”, detalló. Frente a ese cuadro, Benmaor y el equipo de neonatólogos decidieron hacer una interconsulta con el jefe de neonatología del Hospital Italiano, el doctor Mariani, una referencia nacional en este tipo de patologías. Aunque se aplicaron las recomendaciones recibidas, la beba no mostraba mejorías significativas. El riesgo de vida era muy alto. “Fue entonces cuando decidimos hacer una derivación que no tiene antecedentes en la provincia: un traslado en avión sanitario con óxido nítrico. Este gas se utiliza como tratamiento farmacológico para disminuir la presión pulmonar y mejorar el cuadro respiratorio. Por suerte pudimos concretarlo, aunque fue un traslado de altísimo riesgo”, remarcó el titular del IPS. La derivación permitió que Martina ingresara a un centro de alta complejidad en Buenos Aires, donde permaneció internada casi un mes. Allí recibió atención especializada y tratamientos avanzados, que le permitieron recuperarse progresivamente hasta quedar completamente fuera de riesgo. “Para nosotros, como obra social, es un orgullo haber estado a la altura de las circunstancias. Estos cuadros tienen una alta tasa de mortalidad y los tratamientos son muy costosos. Son las llamadas enfermedades catastróficas, y requieren decisiones rápidas, equipos preparados y recursos importantes. Pero el esfuerzo valió la pena: hoy Martina está totalmente descomplejizada y curada”, destacó Benmaor. El funcionario agregó que, si bien la hipertensión pulmonar es una patología que se observa con cierta frecuencia en neonatología, en la mayoría de los casos evoluciona de manera favorable. Sin embargo, advirtió que no todos los pacientes responden igual y que, como ocurrió con Martina, algunos requieren intervenciones complejas y de alta tecnología para superar el cuadro. Hoy, Martina regresa a casa con sus padres y podrá celebrar junto a sus dos hermanas, una de ellas que está cumpliendo años. “El mejor regalo de cumpleaños para su hermana fue que su hermanita sobreviviera. Y eso nos emociona profundamente. Este tipo de historias nos llenan de orgullo y muestran lo que somos capaces de hacer cuando trabajamos en equipo y ponemos el foco en salvar vidas”, concluyó. La carta de agradecimiento de Constanza Logegarai, mamá de la Martina Para Martina: Una historia de lucha, amor y gratitud: Llegaste el 20 de febrero, un poquito antes de lo previsto, con 37 semanas de gestación. Decidiste conocernos antes de tiempo, y con tu llegada nos encontramos con una realidad que no esperábamos: una hipertensión pulmonar severa que puso tu vida en riesgo desde el primer instante. Desde ese momento, comenzó la batalla más dura de nuestras vidas. A pesar del oxígeno y los esfuerzos médicos, tu cuerpito no lograba estabilizarse. Cada día en terapia intensiva nos enfrentábamos a nuevos valores alterados: presión, temperatura, glucosa… todo era un desafío constante. Nos hicimos expertos en monitores, en términos médicos que jamás habíamos imaginado. Fueron cinco días desgarradores, donde solo nos sostenía la esperanza y la fe en un milagro. Y ese milagro llegó en forma de un ángel llamado Lisandro. Él, junto con el equipo de neonatólogas de Posadas, hizo posible lo que parecía inalcanzable: que puedas volar en un avión sanitario hacia el Hospital Italiano, donde recibirías el tratamiento con óxido nítrico, el vasodilatador que podía salvarte. El mismo día del vuelo, unas horas antes, tu estado se volvió tan crítico que tuvieron que reanimarte manualmente. Estábamos ahí, con papá, sosteniéndote con nuestra voz y nuestro amor, pidiéndote que te quedaras. Y lo hiciste. A pesar del miedo, del dolor y la incertidumbre, nos aferramos a la esperanza, subimos a ese avión y llegamos a Buenos Aires, donde un equipo de profesionales te esperaba con todo lo necesario para luchar por tu vida. Fueron 28 días de internación, con los mejores cuidados médicos, mecánicos y, sobre todo, con un amor inmenso rodeándote. Y saliste adelante. El 18 de marzo, escuchamos las palabras que tanto soñábamos: Su hija está curada, ya no hay hipertensión pumonar. Hoy, Martina, esta es parte de tu historia. La historia de una guerrera que quiso quedarse en este mundo para ser amada como tanto habíamos deseado. Y también es la historia de todos los que hicieron posible tu recuperación: de las médicas de Posadas que te sostuvieron en los momentos más críticos, de los médicos y enfermeros del Hospital Italiano que con su dedicación te sacaron adelante, de Dios, que escuchó cada oración. Y, especialmente, es la historia de cómo la obra social nos permitió acceder a todo esto, con Lisandro a la cabeza, asegurando que tuvieras cada recurso necesario para sobrevivir. A veces, los ángeles aparecen en la Tierra y te cambian la vida para siempre. Vos sos la prueba de que los milagros existen. Y hoy, con esta carta, queremos agradecer y también concientizar sobre la importancia de contar con un sistema de salud que brinde respuestas en los momentos más difíciles. Porque gracias a esa ayuda, hoy podemos abrazarte y celebrar tu vida.
Ver noticia original