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Fecha: 20/03/2025 13:01
El sistema jubilatorio argentino enfrenta un cambio de magnitud histórica. El próximo 23 de marzo vencerá la moratoria previsional que permitía a personas en edad de retiro acceder a una jubilación aún sin contar con los 30 años de aportes obligatorios. El Gobierno confirmó que no renovará el régimen ni implementará una alternativa, lo que dejará a unas 200.000 personas por año sin posibilidad de jubilarse, el 70% de ellas mujeres. La decisión se tomó en el marco de las facultades extraordinarias que el Ejecutivo posee en materia previsional hasta diciembre de 2025. Según analistas, este cambio representa una reforma previsional de facto, sin debate legislativo. Especialistas advierten que el Gobierno podría avanzar con más modificaciones estructurales a través de decretos, lo que podría restringir aún más el acceso a beneficios jubilatorios. Los datos del informe sobre Densidad de Aportes al Sistema Previsional, elaborado por ANSES, revelan un panorama crítico. Entre los varones que cumplen 64 años en 2024, solo el 42% cuenta con los aportes necesarios para jubilarse. La situación es aún más grave entre las mujeres que cumplen 59: apenas el 17% podrá acceder a una jubilación contributiva. La mayoría quedará sin cobertura previsional o dependerá de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que equivale al 80% del haber mínimo y conlleva restricciones socioeconómicas y patrimoniales. Desde su implementación en 2003, la moratoria previsional permitió la incorporación masiva de adultos mayores al sistema. Entre 2003 y 2010, la cantidad de jubilaciones y pensiones en el país creció de 3,2 millones a 5,6 millones. Su eliminación supone un retroceso en la cobertura previsional y una fractura en la tradición argentina de garantizar un haber jubilatorio a más del 90% de los adultos mayores. La alternativa para quienes no logren completar los aportes será la PUAM, un beneficio creado en 2016 durante la gestión de Mauricio Macri. Sin embargo, su acceso está condicionado a estrictos límites patrimoniales y de ingresos. Para acceder, los solicitantes no deben superar ingresos brutos anuales de $3,5 millones ni poseer bienes que excedan ese valor en 1,5 veces. Además, la PUAM no otorga derecho a pensión: si el beneficiario fallece, el pago se extingue, lo que deja a sus familiares sin cobertura. "Tuve que presentar un certificado de pobreza", relata Víctor, de 72 años, quien a pesar de haber trabajado desde los 12 años no logró los 30 años de aportes y actualmente percibe una PUAM. "Me las arreglo como puedo vendiendo en la calle, pero vivir con esto es un milagro", lamenta. Con la moratoria llegando a su fin, el acceso a la jubilación quedará restringido a quienes cuenten con aportes completos, reconfigurando el sistema previsional argentino y dejando a miles de personas con un futuro incierto. Notas Relacionadas
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