Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • A cinco años del primer día de la cuarentena en la Argentina: cómo se vivió el “quedate en casa”

    » Elterritorio

    Fecha: 20/03/2025 12:22

    El 20 de marzo de 2020, los argentinos despertaron ante un escenario inédito: calles vacías, controles policiales y una incertidumbre que marcaría a toda una generación jueves 20 de marzo de 2025 | 10:17hs. Operativos por parte de las fuerzas de seguridad en contexto de pandemia Las calles estaban desiertas el viernes 20 de marzo de 2020. El primer día de la pandemia amaneció con postales jamás vistas de la Argentina. Lugares que eran hormigueros, como la Avenida 9 de julio, o destinos vacacionales que en marzo todavía recibían turistas, como Mar del Plata, estaban vacíos, como si no quedaran rastros de humanidad. El silencio era ensordecedor, si no fuera por el canto de las aves, que pasaron a ocupar el primer plano. Hasta ese momento, el oído estaba acostumbrado al ruido de los motores, de la gente al pasar, al sonido de las rueditas de mochilas arrastrándose camino a la escuela. Pero todos esos sonidos cotidianos se esfumaron. Los argentinos despertamos con una sensación de asombro y, al mismo tiempo, con una profunda incertidumbre tras el anuncio del entonces presidente Alberto Fernández. La normalidad estaba interrumpida y el aislamiento marcaría a cada argentino de por vida, como un sello de fuego. Hoy se cumplen cinco años del inicio de la cuarentena, uno de los principales capítulos de la historia reciente. Por cierto, oscuros. Las palabras de Fernández fueron claras la noche anterior. Concisas para que a todos los habitantes del país no les quedara ninguna duda. En cadena nacional y por Decreto de Necesidad y Urgencia declaró el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio a partir de las 00.00 del 20 de marzo del 2020, al que debían “someterse” todos los argentinos. “Esto quiere decir que, a partir de ese momento, nadie puede moverse de su residencia, todos tienen que quedarse en sus casas. Es hora de que comprendamos que estamos cuidando de la salud de los argentinos”, explicó con una mirada grave, en el centro de la escena, rodeado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales y el santafesino Omar Perotti. Las razones para declarar esta cuarentena que sorprendía a los argentinos que tuvimos que ir a mirar los libros de historia para saber cuándo había sido la última, se prolongaba originalmente hasta el 31 de marzo. Una de las palabras de ese discurso que quedaron grabadas en la memoria colectiva, mientras circulaban imágenes de hospitales colapsados en Italia, fue que el gobierno argentino había tomado “el toro por las astas desde el comienzo”. Y agregó: “nos hemos abocado a dar respuestas rápidas, aprovechando que Dios nos dio una oportunidad, que es darnos tiempo, para poder prevenir el avance del virus”. No así con los países llamados “críticos”, con los que había sido despiadado. En la Argentina había 128 casos confirmados hasta esa fecha, de los cuales 3 habían fallecido. Nadie imaginaba que, con el tiempo, el Covid-19 se cobraría 130 mil vidas en el país. Ni todo lo que vendría después. La incertidumbre y el miedo dominaban la escena. Fernández enumeró todas las medidas que se habían tomado y por lo pronto no eran suficientes para desacelerar la velocidad de los contagios para los que el sistema sanitario no estaba preparado. Entre ellas, la suspensión de clases, la cuarentena obligatoria de 14 días para los viajeros que llegaban de zonas de riesgo, el teletrabajo, asuetos administrativos, licencias laborales para mayores de 60 años, la cancelación de eventos masivos y cierre de fronteras. Sin embargo, advirtió, “seguimos teniendo problemas de gente, que no entiende que no se puede circular por las calles, en estas condiciones”. Por ello, el gobierno nacional decidió endurecer las restricciones y movilizar fuerzas de seguridad para controlar el cumplimiento del aislamiento. El presidente explicó que no había que salir de los hogares, excepto para lo indispensable “para seguir viviendo la vida habitual”, una nueva normalidad que se traducía en hacer compras en los negocios de cercanía, almacenes, supermercados, ferreterías, farmacias, y no mucho más. Sacar la basura o llevar al perro de paseo para hacer sus necesidades, una excusa que servía para salir un poco más a la calle que el resto.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por