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  • Prófugo por abuso de su hija e hijastra, se vio acorralado por las pruebas y se quitó la vida

    » Elterritorio

    Fecha: 20/03/2025 06:05

    Cirilo Antonio Keffer tenía pedido de captura por abuso de su hija de 5 y su hijastra de 15 años. En la madrugada de ayer su padre lo encontró muerto en la cama y un revólver al lado. La autopsia confirmó el suicidio miércoles 19 de marzo de 2025 | 20:30hs. Prófugo desde diciembre pasado por abuso sexual en perjuicio de su hija de 5 y su hijastra de 15 años, en la madrugada de ayer Cirilo Antonio Keffer (32) decidió quitarse la vida acorralado por los testimonios y pruebas en su contra. El padre de la víctima alertó a la Policía, ya que alrededor de las 5.30 escuchó un estruendo proveniente de la casa lindera a la suya, en Paraje Piray Miní de Pozo Azul. El hombre encontró a su hijo tendido en la cama con una herida en el pecho y un revólver al lado. Más allá de los indicios de suicidio, el juzgado interviniente ordenó la realización de una autopsia en la morgue judicial de Posadas. La pericia confirmó que Keffer se quitó la vida, tras lo cual esta tarde el cadáver fue entregado a la familia. Sobre el citado pesaba un pedido de captura por hechos de abuso sexual en perjuicio de su hija y su hijastra. Desde entonces Keffer se encontraba prófugo de la justicia. En primera instancia todo hacía suponer que había escapado a Brasil, aunque terminó suicidándose en la misma casa donde violó a sus hijas. Previo a ella, las menores y su madre habían abandonado la casa con apoyo de la Policía. Desde entonces residen en otro lugar de la provincia. Escalada de violencia Sobre los hechos, tal como publicó este medio en diciembre, T. D. -la madre de las víctimas- detalló que convivió ocho años con Keffer, lapso en que cual tuvieron dos nenas que actualmente tienen 5 y un año y medio. Su hija de 15 es fruto de una relación anterior. Aseguró que el hombre siempre fue violento con ella, por lo cual lo denunció y estuvo detenido cuando vivían en Santa Rita. “El mismo día que nació la beba lo liberaron por una de las denuncias que le hice, porque me pegó estando embarazada”, precisó. Por ese mismo comportamiento agresivo, el citado y su padre fueron detenidos por amenazas con arma de fuego en perjuicio de vecinos y hasta familiares. Fue así que la situación en Santa Rita se hizo insostenible y decidieron mudarse a Piray Miní, en Pozo Azul, donde compraron una chacra y se dedicaban a la plantación de tabaco. A pesar de la violencia, la mujer pensaba que el hombre cambiaría de actitud y apostó a la continuidad de la pareja. Pero la situación se volvió cada vez más truculenta y el 28 de octubre una docente de la hija mayor de T. D. radicó una denuncia por abuso ante la comisaría de la Mujer de Bernardo de Irigoyen. La jovencita se animó y le contó lo que le hacía su padrastro. “Cuando vino la Policía a buscarle dijeron que era para ir de testigo por un robo, pero llegó a la comisaría y lo detuvieron. Estuvo un solo día detenido y varios días después me enteré por qué. De lo contrario no lo hubiera recibido más”, aseguró. Pedido de auxilio a escondidas Con relación a la segunda denuncia contra Keffer, la mujer detalló que el 6 de diciembre ella se quedó durmiendo en su habitación con la beba y su hija mayor, y el padre se acostó en la habitación de las nenas con la pequeña de 5, en la parte superior de la casa. “En un momento mi nena bajó y me dijo que se iba a cambiar. Le busqué ropa y cuando le cambié le ropa interior noté que tenía una mancha rara; entonces le pregunté que era eso y me respondió que su papá le había hecho eso, y que jugaba juegos que no le gustaban. Ese momento fue terrible y lo enfrenté, pero me decía que estaba loca”, indicó. Mencionó que quiso llevar al médico a la nena, pero el hombre se negó y comenzó con amenazas. Lo que siguió fue una secuencia de terror, ya que llovía torrencialmente, se cortó la electricidad y la mujer no podía comunicarme con su familia. Recién a alrededor de las 9 de la mañana del 7 de diciembre volvió la electricidad y su hija más grande logró enviar a escondidas un mensaje de auxilio a una tía. “Se volvió a cortar la luz y así nos quedamos hasta las ocho y media de la noche, cuando escuchamos un auto. Mi marido abrió una ventana y por las luces vio que llegaba la Policía. Así nomás saltó por una ventana y se perdió en el monte”, relató.

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