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  • Princesita Bermúdez: «Soy campeona del mundo pero me mantiene mi pareja»

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 20/03/2025 02:59

    Evelin Bermúdez, reciente defensora del título mundial minimosca, describe la dura realidad del boxeo y del deporte en general. Hace largo rato que dejó de ser la hermana de la Bonita Bermúdez, quien fuera durante años campeona mundial de boxeo. Evelin Bermúdez, la Princesita, tiene nombre propio y prestigio. Es una de las grandes boxeadoras argentinas y reciente defensora, por tercera vez, de los títulos mundiales minimosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB). La boxeadora rosarina venció por puntos a la japonesa Tenkai Tsunami, de 40 años, con una extensa y destacada carrera, en un combate que tuvo lugar en San Lorenzo. El brillo de las victorias y los cinturones del mundo contrastan con otra realidad que afecta a la Princesita, esa que tiene poca o nada de trascendencia. “Hoy no vivimos del boxeo”, dice tajante la campeona. Evelin, como tantas boxeadoras, acostumbra a utilizar el “nosotros” para referirse a ella. Entiende que el boxeo es una actividad colectiva, que incluye a todos quienes la rodean, aunque sea ella la que se sube al ring, ese sitio donde obtuvo hasta ahora 21 triunfos (7 por nocaut), un empate y una derrota, cuando perdió los títulos que luego recupero y hoy ostenta, frente a la costarricense Yokasta Valle, en California. Una nueva defensa de las coronas mundiales, frente a la japonesa Tsunami (32 victorias, con 14 nocauts, y 19 caídas), no cambia de manera sustancial su presente económico. La ayuda del novio y la familia “Vivo con mi novio, que es mecánico, y tiene la posibilidad de ayudarme. También mi familia”, cuenta la boxeadora de 26 años, quien no desconoce que el boxeo femenino siempre tuvo sus complicaciones. Pero entiende que, a nivel nacional, la situación es más compleja. “Hoy no se le presta atención al deportista, lamentablemente”, señala Evelin, mientras aprovecha estos días “para recuperar el cuerpo y relajarse un poco”, luego del combate contra Tsunami. Ya comenzará entrenar, expectante de que aparezca la chance de unificar títulos del mundo, bajo las órdenes de su padre y entrenador, Tito Bermúdez. Nada casual quien la prepara. La familia Bermúdez está unida al boxeo. Porque allí están también los hermanos de Evelin, Gustavo, ex campeón latino, y Daniela la Bonita, ex campeona mundial. Quienes fueron referentes de la Princesita y la decidieron calzarse los guantes. “Empecé a los 7 años. Mi papá tenía un gimnasio atrás de casa. El primero que empezó fue Gustavo y después le siguió Daniela. Los miraba siempre a ellos. Comencé a entrenar solo por hobby. Tenía condiciones y a mi papá le gustaba. Hice exhibiciones y luego peleas. Lo tomé un poco más en serio y me di cuenta que esto era lo que quería hacer. Veía a Daniela, sus triunfos, los títulos, y eso me gustaba”, cuenta. «Es un deporte muy duro» —¿Qué te atrae del boxeo? — Es un deporte muy duro. Es muy difícil llegar. Cuesta mucho. A nosotros nos sigue costando. Hay muy poco apoyo en el país. Nosotros no tenemos ayuda. Tratamos de sostenernos entre nosotros, entre la familia. No solo me cuesta a mí sino a todos. Hoy está más difícil mantenerse para un profesional. Lo bueno del boxeo es que nos cambió todo. Nunca tuvimos nada, venimos de muy abajo y por el boxeo conocimos muchos lugares, de Argentina y de otros países. Eso es hermoso. Quizás si no me hubiera metido en el boxeo hubiese sido imposible conocer todo eso. También te enseña muchas cosas, conocés mucha gente y vivís experiencias que nunca hubieses imaginado. Viajé a México, California, Canadá. Estar en esos lugares fue muy importante para mí. — ¿Te dedicás exclusivamente al boxeo? — Sí. Vivo con mi novio, que es mecánico, y tiene la posibilidad de ayudarme. Otros deportistas no lo pueden hacer y tienen que trabajar y boxear. Todavía no tengo hijos, porque si no sería más complicado. Daniela entrena y trabaja, siendo concejala (de Villa Gobernador Gálvez). Hoy no vivimos del boxeo. A las mujeres les pagan muy poco. No se reconoce tanto como el boxeo masculino. Me mantiene mi pareja. También mi familia. Es muy difícil vivir del boxeo y por eso muchos boxeadores se están retirando. Entrenar a otros es algo que por ahora no pienso. No es fácil ser entrenador. Hay que tener mucha paciencia. Por eso lo admiro a mi papá. Yo no tengo esa paciencia. A veces es complicado trabajar con los boxeadores, que vayan todos los días a entrenar y tengan además una disciplina. —¿Cómo te definís como boxeadora profesional? — Soy tranquila. La manera de pelear siempre depende de la rival que tengo. Cuando salís afuera del país, hay que ir un poco más para adelante, porque tenés que noquear para ganar. Me pasó en la única pelea que perdí, que me la robaron (en California, contra Yokasta Valle). — Por la trayectoria que tiene Tenkai Tsunami, ¿fue tu pelea más importante? — Todas son importantes. Esta lo fue porque ella venía rankeada número uno, fue campeona mundial (en dos categorías). Ganarle a ella fue lindo. «Nunca dejás de aprender» — En este último combate que disputaste, ¿qué balance hacés de tu actuación? — Fue una linda pelea, pero siempre hay cosas para mejorar. Nunca dejás de aprender. Mi papá siempre me dice que podés ser campeona del mundo, la mejor de todas, pero nunca voy a dejar de aprender. Todo lo que entrenamos en el gimnasio no lo podemos hacer arriba del ring. No sale todo, a veces la mitad de lo que entrenaste. Nunca hay que conformarse. — ¿Esta victoria te puede dar la posibilidad de una pelea para unificar títulos, con la mexicana Lourdes Juárez (campeona CMB) o la canadiense Sara Bailey (AMB)? — Sí, ya se está hablando de eso. Ojalá llegue ese momento. Mi promotora, Georgina Rivero, está trabajando en eso y pronto vamos a tener noticias. Calculo que se hará. Espero también que sea afuera del país, porque la plata es otra. No mucha, pero ayuda un poco más. Hoy en Argentina está más complicado todo. No peleaba hace once meses. Estuve bastante tiempo parada. Se me cayeron muchas peleas. Se fue estirando el tiempo y estuve mucho tiempo parada. Ojalá que esta vez la pelea salga más rápido, porque sino estar tanto parada te juega en contra, te quita ritmo de competencia. — Decías que siempre fue complicado para el boxeo femenino el tema del dinero, pero que ahora la situación se encuentra todavía peor. — Está más difícil. Cuando Daniela era campeona del mundo, la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) le daba una beca, todos los meses. Era una buena plata. Era para la boxeadora y también para el entrenador. Si hubiese estaría ahora, sería lindo y nos serviría. Todas las campeonas del mundo tenían la beca y eso ayudaba un poco. Hoy no se le presta atención al deportista. Lamentablemente es así. No solamente en el boxeo. Pasa en muchos deportes. El retiro, «lo pensás» — Aún sos joven, ¿pero te ponés un límite a tu carrera? — Lo pensás. El boxeo no es un juego. Es duro y tenés que pensarlo. Pero mientras estás bien físicamente, no hay problemas en seguir. Hay una edad en la que te encontrás con boxeadoras más jóvenes y te cuesta. Según mi manera de ver, no pelearía hasta los 40 años. Sería una locura. — Con el paso de los años, ¿los golpes se sienten más? — Bueno, yo soy joven todavía (sonríe). Gracias a Dios nunca sufrí un nocaut y por suerte, nunca tuve una cortadura. Pero creo que sí, con el tiempo se van sintiendo los golpes. — El Día de la Mujer publicaste en tu Instagram: “Para ti, mujer valiente que superás cualquier obstaculo”. ¿Estás hablando también de vos, de las dificultades y de no rendirse? —Sí. A veces es difícil, cuesta. Te dan ganas de decir “No puedo más”. Pero siempre hay que seguir. La trayectoria de la Princesita Bermúdez Evelin Bermúdez obtuvo la 21ª victoria, a partir de la defensa exitosa del título frente a la japonesa Tenkai Tsunami. Una trayectoria que empezó en 2016 y que la llevó a coronarse campeona del mundo FIB y OMB en 2018, perdiendo los títulos en 2022 y recuperándolos en 2023. En su décima pelea, conquistó el título sudamericano supermosca frente a Vanesa Taborda, en septiembre de 2018. Este mismo año, en el mes de diciembre, alcanzó la corona del mundo minimosca FIB frente a la mexicana María Guadalupe Batista, en fallo dividido, en Villa Gobernador Gálvez. Defendió el título de la FIB en seis ocasiones, y en una oportunidad el de la OMB. Perdió ambos, en una fallo discutido, contra la costarricense Yokasta Valle. La pelea se realizó en California, en noviembre del 2022. En marzo de 2023 recuperó ambos cinturones del mundo, con una victoria sobre la mexicana Tania Enriquez, por puntos, en el primero de sus dos combates que disputó en el mítico Luna Park. Luego los retuvo tres veces, frente a la local Kim Clavel, en Canadá, en fallo dividido, la mexicana Jéssica Basulto, por nocaut técnico, en el Luna y ahora frente a la japonesa Tsunami en San Lorenzo. Fuente: Diario La Capital

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