20/03/2025 16:31
20/03/2025 16:31
20/03/2025 16:31
20/03/2025 16:30
20/03/2025 16:30
20/03/2025 16:30
20/03/2025 16:30
20/03/2025 16:30
20/03/2025 16:30
20/03/2025 16:30
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/03/2025 02:36
El argentino "Karloff", oriundo de La Plata, cuenta cómo es vivir en Surinam Emanuel Escobar tiene 35 años, es oriundo de La Plata y se crio de una manera nómade. Sus padres, fotógrafos de circo, recorrían el continente sudamericano por trabajo y tanto él como sus dos hermanos crecieron entre payasos, malabaristas, acróbatas, magos y equilibristas. A medida que fueron pasando los años, el mundo circense se convirtió en su estilo de vida y fue donde consiguió su primer trabajo: empezó cortando tickets hasta convertirse en un verdadero artista de circo. Hoy todos lo conocen como “Karloff” y, al igual que sus padres, atraviesa el mundo con las distintas compañías que lo contratan. Eso lo llevó a vivir durante un mes en Surinam, el único país de América del Sur donde no se habla español ni portugués. “Muy poco saben que ese país existe, cuando le conté a mi familia ninguno tenía idea dónde quedaba”, admitió. Surinam también es dueño de otras particularidades: es el país más pequeño de la región y el más aislado del continente americano. Y a pesar de estar geográficamente bajo la órbita de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), su equipo juega en la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF). ¿Los motivos? Esta afiliación se debe a factores históricos y culturales, así como al poco nivel competitivo de su selección si se la compara con Brasil o Argentina. Karloff estuvo instalado en Surinam durante un mes. Él es artista y lo contrató una compañía internacional de circo para salir de gira por Sudamérica Este país, que tiene salida al Océano Atlántico, limita con Guyana, Guayana Francesa y Brasil. Tiene una superficie de 160.000 km2 y posee alrededor de 600.000 habitantes, cuya mayoría habla en neerlandés. Llegar hasta allí no es fácil, ya que se encuentra inmerso en el Amazonia, rodeado de selvas tropicales y atravesado por la cuenca del río Amazonas. “Hay pocas maneras de visitar este país, ya que tiene muy pocas carreteras y mucha, mucha selva. En mi caso, llegué en avión y el único aeropuerto internacional que tiene Surinam es el aeropuerto internacional Johan Adolph Pengelley, que se encuentra en la localidad de San Denis, a 50 kilómetros al sur de la ciudad de Paramaribo, la capital”, precisó Karloff. El artista circense llegó a Surinam en enero de 2024 luego de un extenso viaje de tres días desde Argentina. Para ingresar al país, tramitó una visa en línea y se aplicó la vacuna contra la fiebre amarilla, un requisito indispensable. Su itinerario incluyó escalas en Brasil, pasó por Sao Paulo, Brasilia y Belém, antes de arribar a Paramaribo, la capital surinamesa. “Un vuelo directo podría demorar aproximadamente siete horas, pero no hay ninguno; y por vía terrestre solo se puede ingresar por los países vecinos de Guyana o de Guayana Francesa”, explicó. Y agregó: “Para los viajeros procedentes de Venezuela, la ruta es aún más complicada. Algunos deben volar primero a Miami, luego a Trinidad y Tobago, y desde allí conectar con Costa Rica o Panamá antes de llegar a Surinam. La falta de conexiones hace que el trayecto pueda extenderse varios días más y resulte costoso”. Karloff junto a su novia paseando por la capital de Surinam, Paramaribo Karloff también especificó que el cruce de la frontera tampoco se puede hacer por carretera: “Se hace en barco, ya que hasta el día de hoy no hay ningún puente que atraviese los ríos fronterizos y por Brasil no se puede, ya que hay una gran y densa selva que tapa la frontera”. A pesar de que casi toda la población vive cerca del sector costero, Surinam tiene muy pocas playas. “Así que si tu idea es venir a veranear acá al mar, eso seguramente no lo vas a poder hacer; y menos si venís a la capital”, remarcó. Explicó que la capital, Paramaribo, está ubicada junto al río Surinam, y aunque el océano está muy cerca, no hay caminos ni carreteras que conecten con la costa, ya que una franja de selva separa la ciudad del mar. El artista comentó que el agua en la costa es marrón, similar a la del Río de la Plata, lo que lo sorprendió. Según teorías que investigó luego de su visita, “este fenómeno se debe a que el río Amazonas descarga una gran cantidad de sedimentos, los cuales son arrastrados hacia el norte y afectan el color del agua en la región”. Surinam es un destino exótico dentro de Sudamérica que combina selvas, ciudades vibrantes y una mezcla de culturas. Su idioma no es español ni portugués, y la única forma de llegar desde Argentina es haciendo escala en Brasil (AFP) Durante su estancia, Karloff no encontró ninguna playa apta para el turismo y mencionó que, aunque existen excursiones en lancha, el contacto con el océano es limitado. “Algunos tours ofrecían la posibilidad de navegar por el río para ver delfines rosados, pero no pude realizar esa actividad porque era demasiado costosa”, recordó. En su experiencia, la vida en Surinam está más orientada al río que al mar, lo que diferencia al país de otras naciones sudamericanas con costa atlántica. En lo que respecta a actividades turísticas, contó es bastante limitado y no hay mucho para hacer. “Lo interesante es zambullirse en su cultura, desde la vida cotidiana hasta la diversidad étnica y lingüística”, remarcó. En su relato reflejó cómo esta pequeña nación sudamericana tiene una identidad única, marcada por la mezcla de influencias europeas, asiáticas, africanas e indígenas. “Es un país con una gran mezcla de etnias y culturas. A pesar de haber sido una colonia holandesa, su población también está compuesta por descendientes de hindúes, Javaneses (de Indonesia), africanos e indígenas nativos de la región”, precisó. Otra de las particularidades que le llamó la atención a Karloff es que el neerlandés no es la lengua predominante en las calles: “La mayoría de las personas habla sranan tongo, un criollo que mezcla palabras de inglés, neerlandés, portugués y otros idiomas africanos”. Según su experiencia, muchas personas no comprendían inglés, lo que dificultó la comunicación. Desde sus raíces indígenas y períodos coloniales hasta su diversidad étnica actual, Surinam ofrece una perspectiva fascinante sobre cómo diferentes culturas pueden coexistir y enriquecerse mutuamente (Mark Ahsmann) Karloff también notó que en Surinam hay una gran brecha económica. Observó que la sociedad parece dividida entre personas muy ricas y personas muy pobres, con poca presencia de una clase media. “Había mansiones enormes, más grandes que las que vi en Argentina, y al mismo tiempo gente viviendo en situaciones precarias”, comentó. En términos de infraestructura, notó que las casas y hoteles en su mayoría eran de madera y estaban en mal estado, debido a la falta de mantenimiento y el clima húmedo. En su caso, el hotel que le asignó la empresa circense estaba tan deteriorado que optó por poner un poco más de dinero y alquilar un departamento. “Un hotel de los más baratos cuesta aproximadamente USD 20 la noche y un departamento aproximadamente USD 35 más expensas por día”, detalló. Sobre la forma de moverse por la capital, mencionó que el transporte público es accesible, y que no hay aplicaciones de movilidad. En su lugar, los habitantes utilizan aplicaciones locales de taxis: “Es la única manera de conocer de antemano cuánto te va a salir el viaje. De la otra manera, ellos calculan por kilómetro y te cobran lo que quieren”. Los colectivos o minibús son los transportes públicos más baratos. “El problema es que no tienen carteles muy definidos hacia dónde va cada uno y para un extranjero la barrera del idioma es medio difícil. Podés subir y terminar en cualquier lado”, alertó Karloff. Karloff documentó la odisea de viajar en transporte público: los colectivos son muy chicos y repletos de gente. Ponen asientos en el pasillo y los pasajeros debe levantarse cada vez que alguien quiere bajar “Los colectivos son chiquitos y se viaje bastante apretado. Incluso, ponen sillitas en el pasillo, por lo que al momento de bajar se complica un poco y tenés que andar levantando a la gente”, se sorprendió. Otra curiosidad es que en Surinam las farmacias venden casi todo bajo receta, por lo que se dificulta conseguir un medicamento ante un dolor de cabeza o una indigestión. “En el único lugar que hacen excepciones son en las farmacias brasileñas, pero son difíciles de encontrar, así que hay que tratar de no enfermarse”, señaló. Por eso, dijo que hay que prestarle mucha atención a la comida, que tiene una gran influencia asiática e india. “Los sabores son intensos: utilizan muchas especias y condimentos, lo que hace que los platos sean muy sabrosos, pero en algunos casos muy picantes”, describió. El arroz es el alimento base. Está presente en casi todos los platos y se combina con carne, pescado o vegetales. “Es una cocina pesada para los estómagos no acostumbrados”, alertó Karloff al recordar que sufrió problemas digestivos debido al uso de especias y condimentos fuertes. Karloff asegura que el país es bastante seguro y que hay poca presencia policial. "Solo se ven militares custodiando los edificios gubernamentales", señaló Como en Surinam hay muy pocas opciones de ocio, la llegada del circo hizo que se convirtiera en el evento más importante de la comunidad. “No hay otros circos en el país, y el único que conocen es el Circo Suárez, que fue la compañía que me contrató y ya había realizado otras giras años anteriores”, detalló. Según Karloff, la gente no usaba la palabra “circo”, sino que simplemente lo llamaban “Suárez”, lo que demuestra la fuerte identificación del público con ese espectáculo. “Nos presentábamos todos los días a sala llena. Fue un éxito total”, recordó al hacer hincapié en que en la capital solo hay un cine y un casino. Gracias a su trabajo, Karloff también pudo conocer Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile, Perú, México, Guyana, España, Italia, Bélgica y Japón. Hoy, su presente lo encuentra en la provincia de Santa Fe, donde está debutando con su faceta de productor. Junto a su pareja fundaron Alas Producciones y están de gira con el espectáculo infantil Cuentos Mágicos, que es su gran apuesta, más allá de que reconoce que “volver al circo siempre está latente”.
Ver noticia original