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  • Evangelio de hoy 19 de marzo, 2025 – SinLimitesGalvez

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    Fecha: 19/03/2025 23:40

    Evangelio de hoy – Pildorasdefe.net Miércoles, 19 de marzo, 2025 Lecturas completas: Clic aquí y reflexiona Maria, Comparte el Evangelio a través de los botones de compartir y que el amor de Dios llegue a más personas. Dios te pague Facebook Twitter Telegram Whatsapp Oración de preparación Señor, hoy, me recuerdas la fidelidad y obediencia de San José, a quien confiaste el inmenso don de custodiar a tu Hijo y a la Virgen María, y a quien celebramos hoy. Él no dudó en seguir tu llamado, aunque no comprendiera completamente tus planes. Así quiero vivir yo, con una fe firme que no se tambalea ante la incertidumbre, confiando en que todo lo que viene de Ti es para bien. Amén. (Qriswell Quero, Pildorasdefe.net) Maria, disfruta de un tiempo de paz en la mañana con la Oración del Día, para ponerte en la Presencia de Dios. Haz clic en el siguiente botón: Clic aquí para Orar Celebración de hoy San José Custodio, Esposo de María: Patrono de la Iglesia San José Custodio es Modelo de Padre y Esposo, es el santo Patrono de la Iglesia universal, Padres, Carpinteros, Trabajadores, Abogados y del Buen morir Coronilla a la Misericordia Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Miércoles y Consagración Nos encomendamos a la protección y cuidado paternal de San José, protector de toda la Iglesia. Oramos por tus intenciones Lecturas del día Maria, hoy, se nos introduce en el relato del nacimiento de Jesús, centrándose en el papel de José, un hombre justo, enfrentado a una situación extraordinaria, y elegido por Dios para una misión trascendental. Presta atención a las lecturas de hoy. 2 Samuel 7,4-5a.12-14a.16. El Señor habló a Natán y le dijo: «Ve a decirle a mi servidor, David, que así habla el Señor: Cuando hayas llegado al término de tus días y vayas a descansar con tus padres, yo elevaré después de ti a uno de tus descendientes, a uno que saldrá de tus entrañas, y afianzaré su realeza. Él edificará una casa para mi Nombre, y yo afianzaré para siempre su trono real. Seré un padre para él, y él será para mí un hijo. Si comete una falta, lo corregiré con varas y golpes, como lo hacen los hombres. Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y tu trono será estable para siempre». Salmo 89(88): El hijo de David vivirá para siempre. (R) Las promesas del Señor cantaré eternamente, por todas las generaciones mi boca proclamará tu fidelidad, porque tú has dicho: «Mi bondad es eterna»; en el cielo has confirmado tu fidelidad. /R. He hecho un pacto con mi elegido, se lo he jurado a David, mi siervo: Para siempre confirmaré tu posteridad y estableceré tu trono por todas las generaciones. /R. Él dirá de mí: «Tú eres mi padre, mi Dios, la Roca, mi salvador». Para siempre mantendré mi bondad para con él, mi alianza con él permanece firme. /R. Romanos 4,13.16-18.22. Hermanos y hermanas: la promesa de recibir el mundo en herencia, hecha a Abraham y a su posteridad, no le fue concedida en virtud de la Ley, sino por la justicia que procede de la fe. Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común, como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones. Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen. Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: «así será tu descendencia». Por eso, la fe le fue tenida en cuenta para su justificación. Mateo 1,16.18-21.24a. En aquel tiempo, Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados». Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado. Palabra del Señor.

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