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» Diario Cordoba
Fecha: 19/03/2025 08:40
La situación de alerta que vive Córdoba, especialmente en las zonas cercanas al aeropuerto y Alcolea, ha despertado en muchos cordobeses el fantasma de las inundaciones pasadas. Entre todas ellas, la que más quedó grabada en la memoria de los cordobeses fue la que tuvo lugar entre el 23 y el 25 de febrero de 2010. Por suerte, la situación actual poco tiene que ver con la de hace quince años. No obstante, un factor común permanece: el miedo ante una crecida exponencial del Guadalquivir. Situación del río Hace quince años, el Guadalquivir alcanzó a su paso por Villafranca un caudal máximo de 2.400 metros cúbicos por segundo, frente a los 903,95 que se registraron ayer a las 6.00 horas. Esto supone un 62,3% menos en la actualidad, aunque casi ocho veces por encima de la media, situada en los 150. En cuanto a la situación de los pantanos, al igual que en 2010, los desembalses están generalizados. En aquella ocasión, los pantanos se encontraban al 77% de su capacidad, y todos, salvo los de Iznájar y La Breña, estaban soltando agua. Actualmente, el nivel de los embalses está en el 54,46% y son cuatro los embalses que no están liberando agua. A. J. González Desalojos Sin embargo, el dato más significativo es el número de personas desalojadas en ambas fechas. En 2010, más de 800 familias tuvieron que abandonar sus viviendas en la zona del aeropuerto, Majaneque, Las Cigüeñas, Alcolea, Encinarejo, El Cañuelo, La Forja y Quemadillas. Si bien la zona afectada es similar en esta ocasión —el entorno del aeropuerto y Alcolea—, el número de familias desalojadas ha sido considerablemente menor: once en total, diez en el aeropuerto y una en Alcolea. 15 años de unas inundaciones históricas en Córdoba / CÓRDOBA Las calles La Barca y La Tórtola, de la parcelación de Guadalvalle, fueron las primeras en verse afectadas por la crecida del río, que luego se extendió a Ribera Baja, Guadalvalle y Altea. En algunos puntos, el agua superó el metro setenta de altura y cubrió prácticamente en su totalidad algunas viviendas. Esto obligó a los vecinos a abandonar sus casas a gran velocidad tras pasar una noche «de infarto», tal y como relataba uno de ellos ante la rápida crecida del río. «Me he quedado sin nada, salí con lo puesto y con mis dos niños en brazos», comentaba otra vecina. La velocidad que tomó el agua obligó a los bomberos a evacuar a algunas personas y especialmente animales, en lanchas en un panorama prácticamente apocalíptico. Decenas de afectados tuvieron que pasar la noche en el polideportivo de Las Margaritas, donde se habilitaron camas y un comedor. Desalojados en 2010, en el polideportivo de Las Margaritas. / CÓRDOBA En esta ocasión, algunas familias abandonaron sus domicilios en la tarde del lunes, mientras que once de ellas fueron obligadas a salir a primera hora de ayer. Únicamente una familia ha necesitado un alojamiento gestionado por el Consistorio. Suscríbete para seguir leyendo
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