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  • Néstor Soto declaró en el juicio por el caso Catalina Gutiérrez y dio detalles del crimen

    Parana » Ahora

    Fecha: 19/03/2025 00:50

    Néstor Aguilar Soto, el acusado de matar a su amiga Catalina Gutiérrez en la ciudad de Córdoba, declaró en el juicio por jurados populares y afirmó: “No soy un femicida”. Soto, quien se encuentra imputado por el delito de homicidio agravado por criminis causa y violencia de género (femicidio), prestó testimonio en la sexta audiencia del debate oral y consideró: “Mi vida era perfecta y ahora estoy en una cárcel. Soy un homicida, pero quiero defenderme y no soy un femicida”. El rionegrino, quien se presentó en la Cámara en lo Correccional y Criminal de 11° Nominación de Córdoba, consignó que “su arrepentimiento lo acompañó desde el principio” y que cuando llegaron los policías confesó el femicidio y preguntó por el padre de la víctima. “No aguanté más, exploté llorando y dije ‘me arruiné la vida señor, me arruiné la vida’ y empecé a hablar del papá de Catalina y del hecho. Lo primero que le dije a la Policía fue ‘¿dónde está Marcelo?’ para que me mate, para que me tire al piso”, reveló. El 17 de julio de 2024, Néstor, Catalina y otros amigos organizaron una salida al bowling. De acuerdo al relato de Soto, no tenía muchas charlas con su amiga y reconoció que comenzó a tardar para encontrarse con la estudiante de Arquitectura, por lo que ella se enojó. “Estaba tensa y fría. Le dije que me iba a cambiar la ropa y me dijo ‘dale culiado, encima de que no me invitás tengo que esperar'”, recordó el oriundo de San Carlos de Bariloche, a la vez que agregó: “Le respondí mal y le dije que se vaya. Ahí ella se enojó y me dijo ‘Nesti, no podés ser tan pelotudo’ y me pegó una cachetada”. Con respecto al femicidio, el ex compañero de la Universidad Nacional de Córdoba de la damnificada lo describió como el “hecho”. Antes de matarla, sostuvo que “reaccionó con un golpe y le pidió perdón”, a lo que Catalina le recriminó: “Pelotudo, me pegaste re fuerte”. En este sentido, resaltó que “los dos estaban en el piso y empezaron a pelear”. “Me apretó la nuez y se me apagó la tele”, se justificó sobre su reacción, y mostró la llave que le hizo a Catalina con su defensora, Ángela Burgos Niño, a modo de ejemplo: “Le agarro las manos, se las zafo y hago la maniobra del mataleón. Me cayó la ficha. Cuando la suelto lo primero que hago es escucharla si estaba viva y ví que no”. Al referirse maniobra que mencionó como “mataleón”, dijo que Catalina se la “enseñó”, una declaración que fue objetada por el fiscal. “No me dieron los huevos para suicidarme”, admitió. “No quería manejar más. Me quería matar. Agarro el alcohol, tiro en el piso y me tiro a mí. Prendo un fósforo y se empieza a prender despacito”, sentenció. El fiscal Marcelo Sicardi modificó la carátula del caso ya suprimió el agravante de “alevosía” y agregó la figura penal de “criminis causa” a raíz de que considera que el sindicado mató a Gutiérrez para ocultar los golpes. Los chats entre Catalina y Néstor Por su parte, el detective de Homicidios, repasó las conversaciones que mantuvieron el confeso femicida y la joven el día del asesinato. Ambos empezaron a hablar alrededor de las 18 para terminar de arreglar la reunión en el bowling. Tras dos horas, Soto le pidió un cargador y confirmaron la juntada a las 21 de ese miércoles. Catalina señaló que concurriría a las 21:30, a lo que el asesino le dijo: “De una pana, perfecto”. Soto se pidió un auto en una aplicación de viajes y se dirigió a la casa de la calle Podestá al 3110 a las 20:56. “¿Estás para las 21:30?”, lo interrogó Gutiérrez a las 21:18 a las 21:20 le envió “PING” (un mensaje para que el celular suene). Después, Catalina le mandó un último audio en el que le aseguró a su amigo que dejaría el auto en el Patio Olmos. La víctima arribó con el Renault Clio hasta la vivienda, Néstor se acercó hasta ella donde cruzaron unas palabras y luego ingresaron corriendo. El detective Palizzi expuso otros mensajes que el femicida le envió a Ulises Balián y Agustina Elías para crear una coartada, mientras la chica estaba muerta o inconsciente a su lado. Lo que más llamó la atención fueron los textos que le envió a la propia Catalina: “¿Qué onda, gila?” y “No hacemos un pingo”. Sin embargo, luego la llamó y le cortó. A las 22:18 le escribió: “Che, ¿qué onda Cata? Era para avisarte que ya estoy en casa. No sé qué onda vos. Les dije a los chicos que se cancelaba. No venías más, ya ni me muestro enojado”. Por su parte, en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas, Carlos Hairabedián, el abogado querellante, indicó que este miércoles se realizará la lectura de los alegatos de cierre: “Las partes tienen una hora y media”. Además, ratificó que la familia busca que Soto sea sentenciado a la pena de prisión perpetua y remarcó que los chats “carecen de toda relevancia probatoria”. Fuente: Noticias Argentinas

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