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Parana » Uno
Fecha: 18/03/2025 10:40
Jazmín Bertti cumplió su sueño de llegar al club de Núñez, tras superar pruebas y desafíos personales. "La emoción y el orgullo son enormes", aseguró su mamá. Jazmín Bertti es una futbolista que, a sus 12 años, ha logrado un hito importante en su carrera deportiva al firmar un contrato con River Plate, uno de los clubes más grandes y prestigiosos de la Argentina. Nacida en Concepción del Uruguay (Entre Ríos), la joven ha destacado desde temprana edad por su habilidad y pasión por el fútbol. Desde muy pequeña, Bertti mostró un amor profundo por el fútbol, una pasión que le fue inculcada en su familia y rápidamente la llevó a ser reconocida en el ámbito local. En Concepción del Uruguay, el fútbol femenino no tiene tanto foco como en las grandes ciudades. Pero no dejó que eso la detuviera. Se unió al Club Deportivo y Cultural Don Bosco y rápidamente llamó la atención por su destreza en el campo. Jazmín Bertti, del semillero de Don Bosco a River Plate Embed Su habilidad con el balón, visión de juego y capacidad para definir jugadas la hicieron sobresalir en su categoría. A medida que fue avanzando en su carrera, participó en varios torneos regionales, donde siempre dejó una huella importante, logrando destacar por su capacidad para mantenerse firme bajo presión. Está claro que la uruguayense tiene el futuro en sus pies. Su historia es un testimonio de lo que se puede lograr con pasión y trabajo duro. La mamá expresó su orgullo y emoción por el logro de la joven uruguayense En diálogo con UNO, Romina Lencina, su mamá, compartió los momentos más destacados de su aventura, su evolución como futbolista y los valores que han guiado a la deportista en su lucha por alcanzar su sueño. —¿Cómo le surge la posibilidad de llegar a River Plate? —Jazmín comenzó a jugar al fútbol poco antes de cumplir 6 años, cuando acompañaba a sus hermanos al Club Social y Deportivo Don Bosco (Concepción del Uruguay). Allí empezó a pedir jugar, aunque al principio nos parecía raro y no estábamos muy convencidos. Sin embargo, su insistencia nos ganó. Comenzó a jugar en equipos mixtos, siendo una de las pocas chicas en su categoría, junto a Berenice Carreón. Desde los 8 o 9 años, decía que quería jugar en River Plate y que algún día lo iba a lograr. Fue así que empezó a seguir la página de fútbol femenino del club y un día vio que se realizaban pruebas en el estadio Monumental para su categoría. Se anotó, emocionada por la posibilidad de ingresar al club de sus sueños, sin importar el resultado. En agosto de 2023, con 10 años, pasó los filtros y fue seleccionada para la categoría Sub 12. A partir de ahí, todo cambió. Tuvimos que organizar todo de nuevo, ya que es la más chica de cuatro hermanos y surgieron nuevos desafíos. Al vivir en el interior, le permitían viajar una semana al mes, aunque a veces se quedaba 15 días o más. Así, pudo seguir entrenando y continuar con sus estudios. El cambio más grande llegó cuando fue seleccionada para la categoría Sub 14, lo que significaba mudarse a Buenos Aires para entrenar todos los días. —¿Ya estaban residiendo en Buenos Aires o debieron mudarse para que siga desarrollando su carrera profesional? —Nos informaron que, al pasar a la nueva categoría, la exigencia sería mayor, con entrenamientos diarios, lo que también implicaba estudiar en Buenos Aires. Por lo tanto, la mudanza era inevitable. El desafío se hizo más grande, ya que debíamos reorganizar la familia. Así que, a mediados de enero, nos mudamos para que pudiera comenzar la pretemporada. Luego se unieron dos de sus hermanos. Pero el papá y el hermano menor se quedaron en Concepción del Uruguay. —Más allá de tener solamente 12 años, ¿ella es consciente de todo lo que está viviendo? —Siempre fue consciente de lo que deseaba y del objetivo que quería alcanzar. A pesar de su corta edad, tenía claro lo que quería y se mantuvo firme en sus convicciones. Siempre digo que ella supo, antes que nosotros, el camino que iba a seguir y nos fue enseñando que no se detendría hasta lograr su meta. —¿Fue un camino difícil? —Como mamá, siempre impulsé a mis hijos a luchar por sus sueños. Les decía que, si lo que elegían los hacía felices, no dudaran en seguir adelante. Los obstáculos siempre aparecen. Pero lo importante es tomarse un tiempo, reflexionar, recobrar fuerzas y continuar. Los deportes de alto rendimiento son muy exigentes, no solamente en lo físico, sino también en la parte anímica y psíquica. Es fundamental tener paciencia, saber que un día puedes estar en la cancha y al siguiente, en el banco. También, que pueden llegar las lesiones. Lo más importante es tener en claro todo esto y aceptarlo para poder seguir adelante. —Como madre, ¿qué te genera ver a tu hija cumplir sus sueños? —La emoción y el orgullo son enormes, tanto por los logros de ella como por los de sus hermanos. Siento que todas las enseñanzas están dando sus frutos y que estamos en el camino correcto.
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