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» Diario Cordoba
Fecha: 18/03/2025 06:53
La dirección nacional del PP llevaba semanas en contacto con la Generalitat valenciana y estaba al tanto de las conversaciones para sacar adelante los Presupuestos de 2025. Ya el día que Carlos Mazón hizo su primera intervención en Madrid tras la dana, el 24 de febrero, en su núcleo duro trasladaron que el acuerdo con Vox estaba muy cerca y esperaban confirmarlo en poco tiempo. Lo hizo este lunes el propio ‘president’. El pacto presupuestario llevaba tiempo elaborado. Lo que faltaba era incluir las condiciones y, sobre todo, la retórica exigida por Vox. Santiago Abascal había advertido de que no aflojaría a pesar de las circunstancias tan excepcionales de Valencia. En Génova siempre han trasladado a Mazón que era “mejor tener Presupuestos que no tenerlos” incluso con las exigencias del partido ultra, precisamente para poder atender la reconstrucción tras la catástrofe. Hubo planteamientos de Vox previos que fueron rechazados por “inaceptables”, según explican en Génova. El definitivo sí contaba con el visto bueno de la dirección nacional. “Lo más importante para la Comunidad Valenciana es tener Presupuestos. En este caso es más que necesario”, insisten dirigentes nacionales, recalcando, eso sí, que la hoja de ruta prevista o “las decisiones que puedan tomarse” más adelante no cambian. Y, según reconocen, antes o después miran a un relevo de Mazón. “Celebramos que haya Presupuestos. Esto no cambia la situación” del ‘president’, resumen en el entorno de Alberto Núñez Feijóo. El portavoz del partido, Borja Sémper, no quiso pronunciarse al respecto y se remitió a las palabras del líder del PP de hace días en las que tomaba distancia del dirigente autonómico, vinculando su continuidad a la instrucción judicial y no a la tarea de reconstrucción. Lo que dijo Feijóo es que “por ahora no hay novedades” para cambiar de opinión y que esperará “al alcance de la investigación”, comprometiéndose, eso sí, “a llegar hasta el final para saber quiénes fueron los responsables y conocer todo lo que pasó”. El aviso a navegantes, que apunta a que esa decisión podría llegar si se confirma una imputación de Mazón, se entendió perfectamente en todo el partido. Y según fuentes populares, se mantiene intacto tras el acuerdo presupuestario. Todos los dirigentes consultados también reconocen que para el ‘president’ las cuentas son “un balón de oxígeno” tras meses muy duros. Y que le permite, dentro de todas las complicaciones, exhibir avances y un mínimo de estabilidad. Sin embargo, los mismos dirigentes insisten en que esa lectura tiene que ver más con el corto plazo. De la misma forma, admiten, que para Génova también implica un cierto oxígeno poder defender que la Comunidad Valenciana tendrá Presupuestos a pesar de todo, mientras que el Gobierno central no es capaz de conseguirlos. Como explica un dirigente nacional, el acuerdo presupuestario tiene “dos velocidades”. La primera, la del corto plazo. La segunda, asegura, mira a medio y largo plazo y tiene que ver con recuperar la credibilidad de las siglas y evitar que la situación de Mazón termine arrastrando a todo el partido y a las expectativas electorales de Feijóo. Y para esa tarea todos los consultados siguen viendo la necesidad de sustituir a Mazón al frente de la Generalitat. El momento adecuado sigue siendo la gran incógnita. ¿Asumir el discurso de Vox? En Génova sabían que las condiciones de Vox debían plasmarse en el acuerdo presupuestario. Abascal no ha escondido su exigencia de que los presidentes autonómicos se comprometan con un “gesto claro” en primera persona si quieren contar con su apoyo. En la dirección nacional ultra siguen diciendo que con el reparto de los menores migrantes asumido por los ejecutivos autonómicos -que terminó provocando su salida de todos ellos- “se sintieron engañados” y no volverían “a caer en el mismo error”. La dirección nacional sostiene que buena parte de esas exigencias son, sobre todo, retórica y quedarán en “papel mojado”. Pero, en otros casos nada desdeñables, la realidad es que las formaciones están bastante cerca del contenido y la imposición de Vox mira, sobre todo, al lenguaje. Las políticas medioambientales impulsadas por la Comisión Europea son el caso más paradigmático. Desde la campaña de las elecciones europeas el PP decidió endurecer su discurso medioambiental en defensa, sobre todo, del campo. La propia Comisión Europea -una coalición entre populares y socialdemócratas, también con presencia de otros grupos- giró a la derecha sensiblemente tras las últimas elecciones y uno de los compromisos más claro fue flexibilizar el calendario del pacto verde. Hace unas semanas, ya con la Administración Trump en pleno funcionamiento, Feijóo insistió en un discurso duro contra Bruselas, criticando la “hiper mega reglamentación” que se impone a los agricultores en España con “exigencias burocráticas innecesarias”. Como publicó este diario, el líder del PP asumió hace tiempo parte del discurso de Vox con el objetivo de arrebatarle un espacio electoral a los ultra que para Génova es estratégico. En el discurso migratorio existen más matices, pero también el PP ha ido significándose y pidiendo más dureza contra la inmigración ilegal, se ha opuesto a reformar la Ley de Extranjería con el Gobierno -por el reparto de los menores en las comunidades- y, de hecho, hace meses Feijóo emprendió una gira por varios países europeos afectados por el fenómeno migratorio de manera similar a España, priorizando un encuentro con la italiana Giorgia Meloni.
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