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» Diario Cordoba
Fecha: 18/03/2025 06:48
En la actualidad, estamos viviendo un momento crucial en la historia laboral. El avance imparable de la automatización, la inteligencia artificial (IA) y la robótica están transformando de manera radical el mercado de trabajo. Este fenómeno no solo plantea preguntas económicas y tecnológicas, sino también filosóficas y éticas. ¿Qué significa trabajar en un mundo donde los empleos tradicionales ya no existen o son escasos? Filosóficamente, algunos argumentan que el trabajo ha sido siempre una forma de autodefinición para el ser humano. En este sentido, la automatización podría llevarnos a un punto donde el trabajo no sea necesario para la supervivencia, pero sí para la dignidad humana. Además, la sustitución de trabajos por IA plantea dilemas éticos cruciales. La justicia social se ve amenazada, ya que los beneficios de la automatización podrían estar concentrados en manos de unos pocos, mientras que una gran parte de la población podría quedar sin empleo y sin recursos suficientes. ¿Es ético permitir que las máquinas reemplacen a los humanos, sabiendo que muchas personas podrían quedar despojadas de su medio de vida? La respuesta no es sencilla, pues aunque la automatización puede generar mayor eficiencia, también aumenta la desigualdad y puede llevar a la exclusión social. Para mitigar los efectos de la automatización, muchos filósofos y economistas contemporáneos abogan por la implementación de la renta básica universal (RBU), un sistema en el que todos los ciudadanos recibirían un ingreso básico para satisfacer sus necesidades, independientemente de su trabajo. Este concepto plantea una reflexión filosófica sobre el valor del trabajo y la justicia económica, sugiriendo que, si el trabajo se vuelve opcional, aún debemos garantizar que las personas puedan vivir con dignidad. Pero eso no es suficiente. No podemos permitir una desconexión entre la dignidad y el trabajo. Filósofos como Karl Marx y Hannah Arendt han argumentado que el trabajo humano debe tener un propósito social y contribuir al bien común. Por eso hay que repensar el proceso de automatización en el ámbito laboral. Debe existir una fórmula que nos permita seguir considerando que el trabajo es una forma de conectarse con la sociedad que nos rodea y no una de alejarnos de ella. El trabajo debe ser una fuente de sociabilidad en lugar de una relación de pareja con la IA.
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