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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 17/03/2025 10:40
Los organismos internacionales proyectan una baja de las importaciones de granos por parte de China. (Revista Chacra) A lo largo de la última década, el papel de China en el mercado internacional de cereales se ha convertido en un tema de análisis. Con una política de acumulación de reservas que supera la mitad del total mundial de trigo y maíz, el gigante asiático ha ejercido una notable influencia en la dinámica de precios y flujos comerciales. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destaca en sus informes cómo, a partir de una situación de dependencia de importaciones para satisfacer la demanda interna, China ha ido transformando su estrategia hacia una mayor autosuficiencia. El impacto de esta transformación se evidencia desde finales de la primera década del siglo actual, cuando, impulsado por su gran población, un fuerte crecimiento económico y limitaciones para autoabastecerse de productos agrícolas, China inició un proceso de aceleración en sus importaciones de cereales. Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), en la campaña 2023/24 el país asiático fue el mayor importador de trigo, maíz, sorgo y cebada, acumulando más de 61 millones de toneladas, lo que representó un aumento superior al 1.600% en comparación con la campaña 2010/11. (Fuente) “Este crecimiento vertiginoso en las importaciones de cereales refleja una respuesta a las limitaciones estructurales del sector agrícola en China, en donde el consumo interno superaba ampliamente la producción nacional”, comentaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario. Durante la década pasada, el volumen de importaciones de maíz y trigo fue modesto, rondando los 4 millones de toneladas por cada cereal en cada campaña, cifras que en su momento representaban apenas entre el 2 y el 3% del comercio internacional. Esta situación, aunque insignificante en comparación con la demanda interna, empezó a transformarse radicalmente a partir del 2020. El año 2020 marcó un punto de inflexión, pues las compras de trigo se duplicaron y las de maíz casi se cuadruplicaron respecto a la campaña anterior. Con volúmenes anuales que llegaron a promediar 12 millones de toneladas para el trigo y 23 millones para el maíz, China fue incrementando la participación de sus reservas de granos a nivel mundial. “La acumulación de reservas es una medida estratégica que asegura la seguridad alimentaria en un país en pleno proceso de modernización y transformación económica”, señalaron desde la BCR. Sin embargo, el futuro de este modelo de acumulación y alta dependencia de importaciones parece estar en transformación. Las proyecciones a corto y mediano plazo indican un giro en la política china. El USDA, en su reporte de Estimaciones de Oferta y Demanda Agrícola Mundial (WASDE) de febrero, redujo significativamente las previsiones de importaciones para la campaña 2024/25, recortando los volúmenes de maíz de 13 a 10 millones de toneladas y de trigo de 10,5 a 8 millones de toneladas. Estos ajustes representan una baja del 57% en el maíz y del 32% en el trigo en comparación con los promedios de las últimas cuatro campañas. Por qué bajaron las proyecciones El cambio en las proyecciones se enmarca en un contexto de envejecimiento y contracción de la población, sumado a un enfriamiento en la economía que afecta la confianza de los consumidores. Este escenario ha llevado a que las familias chinas reduzcan el consumo de carne, lo que a su vez disminuye la demanda de granos para la alimentación animal. Además, el gobierno ha intensificado sus políticas orientadas a la autosuficiencia en cereales y otros productos agrícolas fundamentales. Los consumidores chinos han reducido las compras de carne (Revista Chacra) Dentro de estas políticas se encuentra la ley de seguridad alimentaria, vigente desde el año pasado, que incluye medidas para prevenir la pérdida de tierras de cultivo y mejorar la infraestructura de los campos. También contempla paquetes de subsidios que benefician a los productores de cereales, así como pagos directos para productores de algodón, soja, maíz y arroz, además de establecer precios mínimos para el trigo y el arroz. “Estas medidas son parte de una estrategia integral que busca no solo garantizar la seguridad alimentaria, sino también modernizar el sector agrícola para hacerlo más competitivo y resiliente”, comentaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario. Otro aspecto clave en la estrategia china es la inversión en investigación y desarrollo en la industria de semillas, con el objetivo de aumentar el rendimiento de los cultivos. Desde 2014 se publican anualmente las Perspectivas Agrícolas de China, un informe que se elabora en colaboración con el Departamento de Mercado e Informatización del Ministerio de Asuntos Agrícolas y Rurales (MARA) y otras instituciones relevantes. En su última edición, publicada en abril de 2024, se observó un crecimiento sostenido en la producción de maíz y trigo, acompañado de una marcada reducción en las importaciones. Para el trigo, las proyecciones indican que la producción alcanzará las 144 millones de toneladas en 2028 y 146 en 2033, lo que implica un crecimiento aproximado del 7% a partir de los 136,5 millones de toneladas registrados en 2023. En paralelo, el consumo de trigo se proyecta con una leve disminución, pasando de 139 millones de toneladas en 2028 a 141 en 2033, frente a los niveles actuales. Este escenario conlleva una reducción importante en las importaciones, que se prevé caerán a 6,4 millones de toneladas en 2028 y a 4,8 en 2033, lo que representaría una baja del 60% respecto a 2023. (Fuente) El maíz, por su parte, presentará un crecimiento aún más marcado en la producción, pasando de 288 millones de toneladas en 2023 a 309 en 2028 y llegando a 323 en 2033, lo que se traduce en un incremento del 12,2% durante el periodo analizado. El consumo de este cereal crecerá a una tasa promedio anual del 1,1%, alcanzando los 321 millones de toneladas en 2033, mientras que las importaciones se verán drásticamente reducidas, de 28,8 millones de toneladas en 2023 a 7,1 en 2028 y a 6,8 en 2033, lo que supone una reducción del 77%. (Fuente) Estas proyecciones no solo evidencian una transformación en la dinámica del mercado internacional de cereales, sino que también anuncian un cambio en la posición de China como principal demandante en el comercio de exportación. El USDA ha extendido sus proyecciones hasta la campaña 2034/35, en las cuales se anticipa que para el trigo las importaciones chinas descenderán a 11,5 millones de toneladas, ubicando a China en el cuarto lugar a nivel mundial. En el caso del maíz, las importaciones se proyectan en 21,9 millones de toneladas para la misma campaña, lo que representa una baja aproximada del 7% respecto al máximo alcanzado en la campaña 2023/24. El escenario futuro pinta un panorama en el que China, a pesar de sus enormes reservas actuales, se orientará progresivamente hacia una mayor autosuficiencia agrícola. Esto, según la Bolsa de Comercio de Rosario, obligará a los mercados internacionales a reajustar sus expectativas y estrategias, especialmente en lo que respecta a los volúmenes de importación y los precios de los cereales.
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