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» La Capital
Fecha: 17/03/2025 09:01
Con la puesta en marcha de Casa de las Infancias (un dispositivo interdisciplinario para la atención de casos de vulneración de menores) , la "radiografía" de la pobreza, exclusión social, consumos problemáticos, deserción educativa y conflictos intrafamiliares afloró con un dato alarmante: la atención de niñas y niños vulnerados creció un 20 por ciento en 2024 en Rosario. "Venimos de un aumento de situaciones trabajadas por nuestros equipos que aumentó exponencialmente. Son un total de 8.500 situaciones familiares, de las cuales 1.700 se crearon en el último año. El salto fue del 20 por ciento con la complejidad que cada caso trae aparejado, como el incremento de la pobreza estructural, y la ruptura del tejido familiar que repercute en los niños y sus crianzas (atención de la salud, calendario vacunatorio, escolarización)", detalló la directora general de Infancias y Familias, Andrea Fortunio. Por eso, la agudización de uno o más factores deja a los menores más expuestos. Si una familia ahora está en situación de calle permanente o transitoria, perdió la vivienda, la prioridad es la alimentación. Ese chico deja de ir a la escuela, a someterse a los controles de salud, pero el adulto no vulnera sus derechos en forma voluntaria como adulto, sino que no puede proveerle cosas que antes sí. Pero dentro de estas carpetas familiares también aparecen en forma marcada otras vulneraciones que tienen que ver con la trama vincular, como adultos con consumos problemáticos de sustancias, problemas de salud mental, personas que para consumir roban o venden estupefacientes. "A esos adultos los atrapa una economía del delito y no pueden cuidar a sus niños, o los menores de escasa edad son cooptados por el fenómeno narco para ser soldaditos y vender", graficó Fortunio. Luego surgen hechos también graves como el abuso sexual en las infancias, malos tratos, falta grave de cuidados. Semáforo de niños y niñas "Nos toca hacer el semáforo de las complejidades. En rojo para el criterio de trabajo está la mujer embarazada, los pequeños de 0 a 3 años de edad, chicos en situación de calle y los menores que están solos y tienen menos de 13 años", detalló la funcionaria al subrayar la labor de los equipos del municipio en estos abordajes. infancias1.jpg Casa de las Infancias abrió en agosto del año pasado como un espacio de trabajo que jerarquiza el trabajo en políticas públicas para los niños, niñas y adolescentes. Es un lugar de llegada del abordaje territorial que hacen los agentes de Desarrollo Humano y Hábitat en los barrios y luego derivan a la esquina de Mitre y San Lorenzo. Allí existen 40 profesionales que abordan en forma interdisciplinaria cada caso y otros 38 en el territorio en diálogo y coordinación con organizaciones sociales, secretaría de Salud, Ministerio de Educación, merenderos, comedores comunitarios, entre otras instituciones. >>Leer más: Proteger derechos vulnerados: ya funciona la Casa de las Infancias Casa de las Infancias En este lugar con 800 metros cuadrados en pleno centro, los equipos asisten interdisciplinariamente a más de 4.500 familias. El edificio alberga oficinas individuales, espacios de entrevistas cuidadas y respetuosas de las infancias y las adolescencias, salas de reuniones y auditorio, espacio de lactancia y sanitarios adaptados, que tienen como objetivo llevar adelante abordajes situados, pertinentes y acordes a la realidad y necesidad de cada niña, niño y adolescente. infancias6.jpg Pero como insisten las autoridades, es el lugar de llegada. La estrategia empieza en el territorio, en cada barrio, en reforzar el rol del adulto que cuida para que siga en su lugar de radicación. "Por eso, cuanto más se fortalece una situación detectada en el lugar de origen más lejos se está de medidas excepcionales o una institucionalización de un menor que lo quite de su centro de vida", remarcan los operadores sociales. Tarea difícil en tiempos de exclusión y pobreza extrema cronificadas. Otro punto es la penetración de la droga. "El pico de consumo se da entre jóvenes entre 25 a 35 años. No tienen trabajo, no están insertos en el mercado laboral y apelan a otras formas de sobrevivir", narra Fortunio. Comienzo en el barrio El panorama no es el mejor. A nivel nacional, la retirada del Estado ya impactó en las calles y pasillos rosarinos. Desde el Estado local se intenta poner un dique a esta demanda de contención social. Así ocurre en los 43 centros Cuidar en los barrios "apostando a la promoción de derechos, porque cuando se fortalecen las políticas públicas la restitución es menos necesaria". Se trata de "fortalecer la trama y los vínculos sociales para ampliar una idea de ciudadanía que pueda ejercer sus principios", remarca Fortunio, para agregar: "Todo comienza en el barrio. Ahora se ven más pibes con hambre a quienes los acompañamos con nuestra red en el territorio con asistencia económica, módulos alimentarios, para que puedan regresar a la escuela, se pongan las vacunas y con el resto de las organizaciones". Este lunes, desde Junín y Rouillón (Centro Cuidar Ludueña) las autoridades municipales darán inicio al ciclo socioeducativo con actividades con niños y sus familias de 3 años de edad, pero este espacio arranca desde mujeres embarazadas hasta adultos mayores. Se trabaja en primera y segunda infancia, juventudes con el desarrollo integral para cada grupo etario y el rol del adulto en el cuidado parental.
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