Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • La tragedia de Bahía Blanca: ¿puede darse también en Rafaela?

    » Rafaela Noticias

    Fecha: 16/03/2025 17:35

    La tragedia de Bahía Blanca: ¿puede darse también en Rafaela? ¿Pueden producirse en Rafaela lluvias extraordinarias que generen una situación similar a la que se registró en Bahía Blanca? En principio, hay algunas diferencias claves entre ambas ciudades. La fundamental es que el casco urbano de Bahía Blanca -y sobre todas las zonas más afectadas por la inundación- están en una zona de arroyos y canales que forman una "ría". El estuario o ría de la Bahía Blanca es un extenso sistema de marismas e islas naturales que presenta características geográficas y biológicas únicas, considerado, además, uno de los más importantes en su tipo en nuestro país. Pero además, al norte de Bahía Blanca se encuentra el sistema de Sierra de la Ventana, donde también se registraron lluvias extraordinarias que contribuyeron al fenómeno catastrófico que se registró en Bahía, que en algunos momentos se configuró prácticamente como un alud, por la rapidez con que se desplazó la masa hídrica. Rafaela, en cambio, está en una llanura, lejos de ríos de gran caudal, aunque aguas abajo de zonas críticas desde el punto de vista hídrico, como es la región central del departamento Castellanos. La lluvia del siglo en Rafaela El 25 de abril de 1999 Rafaela recibió la mayor lluvia de que se tenga memoria y registro histórico en la ciudad. Comenzó a llover cerca de la 1 de la mañana de ese domingo. Al mediodía habían caído 300 mm. Es el mismo volumen de lluvia que se registró en Bahía, aunque en un lapso mayor de horas. En aquél momento en Rafaela hubo inundaciones y anegamientos importantes en barrio Amancay, Ilolay, Pizzurno, Barranquitas, Martín Fierro, Italia, Villa Podio, Villa del Parque y múltiples inconvenientes en otros sectores. Centenares de familias fueron evacuadas o autoevacuadas. El agua caída en la ciudad y la que también había inundado los campos de localidades al Oeste de la Rafaela invadió el casco urbano de la ciudad a través de los canales Norte y Sur. Los desbordó completamente: el campo de juego de Ben Hur quedó completamente inundado, lo mismo que gran parte de la avenida Williner. La masa de agua superó el terraplén del ferrocarril (la actual ciclovía de Estanislao del Campo) e invadió el sector bajo del Pizzurno, al Este del Bv. Yrigoyen, cuyo pavimento terminaba en calle Cacciolo en esos años. El agua ingresó a las viviendas y en calle Menchaca los autos estacionados en los garages tenían el agua llegando hasta la tapa del baúl. Una imagen que hoy ilustra el acceso a Presto, el servicio de urgencias médicas de la Mutual de Ben Hur, muestra a una ambulancia "de culata" en el cruce de Yrigoyen y Menchaca, mientras un grupo de personas auxilia a una anciana rescatada en camilla de un geriátrico que funcionaba en la cuadra. El agua llega hasta la parte alta de la camilla. En el Barranquitas, donde había un enorme zanjón frente a la capilla Nuestro Señor de Mailín (en Perussia), que luego "doblaba" por Carlos Gardel, el agua inundó las viviendas y arrasó con un entubado de chapa que estaba en plena ejecución. El intendente de entonces, Ricardo Peirone, se puso al frente del operativo de asistencia a los afectados, pero también del proceso posterior. La lección de la inundación dejó enseñanzas clave para la ciudad. Hubo reuniones con los afectados y los reclamos fueron fuertes, pero nadie se desentendió del problema. Lo que se hizo La memoria colectiva dejó en el olvido aquél fenómeno. No fue tanto porque el volumen y la intensidad de las lluvias no se repitieron con esos registros, sino porque la ciudad cambió su fisonomía y se preparó para ese tipo de fenómenos, que ya no resultaban sorprendentes. Fue en esos años (mediados de los años '90) que en el municipio se formó un equipo de profesionales jóvenes -entre los cuales estaban el cartógrafo Oscar Tibaldo, los Ing. Gabriel Gentinetta, actual responsable de la Comisión de Infraestructura del CCIRR-, Carlos Maina (que luego fue secretario de Obras Públicas y tuvo un papel clave en la ejecución del acueducto Desvío Arijón-Rafaela) y Luis Ambort, entre otros- que se pusieron a la tarea de armar los proyectos técnicos de grandes obras de infraestructura y planeamiento urbano que debían ejecutarse para corregir los gravísimos problemas de saneamiento hídrico que tenía la ciudad. Se construyó el entubado del canal Sur, desde Williner hasta Dimas Mateo, donde hoy está la avenida Fader, que en 1999 era una simple calle de tierra al lado de un gran zanjón a cielo abierto. Esa obra, que hoy no es visible porque pasa por debajo de las calles, es probablemente el entubado más importante que tiene la ciudad, sólo comparable al del Canal Norte, ejecutado durante la gestión de Miguel Lifschitz. El del Canal Sur -un túnel por donde podrían alinearse tres furgones tipo Traffic simultáneamente uno al lado del otro- fue financiado por la provincia durante la segunda gestión del gobernador Reutemann. Recién cuando se construyó ese entubado, más la red de desagües secundarios, los vecinos del barrio Pizzurno comenzaron a dormir tranquilos: se terminaron los problemas de inundaciones en el sector, que eran muy frecuentes. Pero además a mediados de la primera década del presente siglo se hicieron otras obras gigantescas. Se reconfiguró el canal Norte, que ya no tuvo más la "S" a la altura de Perussia y Gardel, sino que se rehízo de manera que continuara por el bajo natural de calle Champagnat. Y fue entubado, siendo el primer tramo del canal que recoge toda al agua de 14 barrios de la ciudad ubicados en el sector Norte que tuvo un entubado completo. Obras que cambiaron la ciudad Cuando se ejecutó la prolongación de Bv. Lehmann hasta el autódromo, también se trató de una obra gigantesca que abrió las puertas al desarrollo urbano del norte rafaelino. Se hicieron más de cinco kilómetros de una avenida de doble mano, y hubo que "levantar" considerablemente algunos tramos, en la zona de barrio Barranquitas y también en el tramo inmediatamente posterior al paso a nivel del ferrocarril. Más que el pavimento, lo importante fue que se firmó un convenio con la firma Austin Powder: se utilizó tierra del predio ubicado en Luis Maggi y 25 de Mayo para levantar el terraplén donde iría el pavimento, pero a la vez se generó una "laguna de retardo" de gran impacto: es una superficie de más de una hectárea, con bastante profundidad, que actúa como un freno al ingreso del agua al Barranquitas: cuando llueve mucho y el canal viene con excesos hídricos que se descargan desde la zona Oeste, encuentra en esos bajos artificiales un lugar donde esparcirse y atenúa el ritmo de descarga en el sector crítico del Barranquitas y del barrio Italia. La obra fue inaugurada en julio de 2006, en la previa de una carrera de TC que resultaría trágica: fue cuando perdieron la vida Alberto Noya, piloto de TC Pista, y su acompañante Gabriel Miller. Fue la primera vez que el autódromo de Rafaela contó con el ingreso pavimentado. Era gobernador Jorge Obeid. Luis Castellano integraba el Concejo Municipal de entonces, en su camino a la Intendencia, con una oposición que en este tema compartía visión con el Ejecutivo, y donde hacían valer sus votos el demoprogresista Luis Peretti y el radical Germán Bottero. Perotti estaba al frente del municipio Otro golpe fuerte Al año siguiente, la naturaleza volvió a golpear. Fue en marzo de 2007. Esta vez fueron más de 200 mm. en pocas horas, que se sumaron a lluvias extraordinarias en la zona Oeste. Esta vez le tocó a los barrios del Oeste sufrir la ferocidad del temporal. El agua superó la capacidad del desagüe entubado de calles Larrea y JJ Paso y terminó entrando por Podio y Larrea, anegando un sector del barrio Amancay. Más al Norte, el Güemes y el Martín Fierro sufrieron lo peor. Aguas abajo, los problemas estaban solucionados en gran parte, aunque también hubo anegamientos. Marzo de 2007: una masa de agua incontrolable ingresa al casco urbano por el barrio Amancay. Luego de esa inundación de marzo de 2007 -con la conversión de la RN 34 en una avenida urbana de 4 carriles en plena ejecución-, se volvió a insistir en el esquema de lagunas de retardo. Pero además se tomó otra decisión importante. Hacía apenas cuatro años que se había producido la tragedia de Santa Fe, donde los inundados habían sido resarcidos económicamente en forma directa con dinero aportado por la provincia. El intendente rafaelino del momento, que era Omar Perotti, resolvió gestionar de la provincia un resarcimiento similar, pero no en forma de subsidios a las familias, sino del financiamiento de la red de cloacas para los barrios ubicados al Oeste de la RN 34. Se logró: a la iniciativa la suscribió el entonces gobernador Obeid, cuyo gobierno puso en marcha la obra inicialmente en el Amancay y en el Antártida. A regañadientes, su sucesor, Hermes Binner, terminó la obra completa, no sin antes tenerla paralizada durante casi dos años y retomarla en la segunda parte de su mandato. Saneamiento y legislación Para esa misma época (2008 aproximadamente) se sanearon los terrenos de la exLaguna Grossi y se expropiaron 66 hectáreas de la zona Oeste, detrás del predio de la UNRaf, destinadas a atenuar el impacto de la entrada de masas de excesos hídricos desde los bajos del Oeste de Rafaela, desde Presidente Roca y Saguier principalmente. Al canal Sur también se le agregó un sistema de esclusas que, combinado con las lagunas de retardo, ayudan a administrar el ritmo de evacuación aguas abajo. La rotonda de Fader, Yrigoyen y Williner: por debajo, un vasto sistema de desagües entubados que evita inundaciones en el sector. Más adelante, le tocó a Hermes Binner y su gobierno financiar el tramo del entubado del canal Norte en el cruce de la RN 34, frente al barrio Fasoli, así como todo el recorrido del canal a través del barrio Fasoli y el predio deportivo del la escuelita de fútbol del "9". Las inversiones en desagües no se detuvieron, pero también fueron claves los aportes que el Concejo realizó a partir de distintas ordenanzas que fueron regulando las exigencias para las urbanizaciones. La exigencia de destinar superficies que pudieran ser utilizadas como retardadores de crecidas se observan en barrios como el Mora; el Pizzurno, La Cañada; Los Arces; El Bosque; Independencia y otros. El requisito de abrir calles con cordones cunetas también permitió apreciar con claridad cuáles eran los lotes que quedaban demasiado bajos respecto al nivel de la calle. Se ejecutaron también -con aportes nacionales, provinciales y del propio municipio- otros entubados muy importantes. Los de calle Aguado y Benito Juárez, en el Villa Podio; el revestimiento en hormigón en calle Vera (detrás del Instituto del Profesorado) y en Manuel Obligado; la ampliación del desagüe de calle Falucho en barrio San Martín; la prolongación del entubamiento en avenida Brasil en el barrio Belgrano; y el gigantesco entubado de calle Tucumán, finalizado en 2023, también constituyen aportes muy significativos para mejorar el escurrimiento y prevenir fenómenos extraordinarios. La mayoría de estas obras se diseñaron y ejecutaron durante la gestión de Luis Castellano en la Intendencia. La Variante Rafaela La construcción de la Variante Rafaela fue otro desafío, porque en los hechos el terraplén de la autopista oficia como un "dique" para el agua que viene desde el Oeste. En este caso hubo que diseñar las alcantarillas: son 13 los lugares por donde puede pasar el agua, y el cálculo en el que están basados los espacios por donde deben desplazarse los excesos hídricos se realizaron sobre la base de una recurrencia de cien años. ¿Qué significa? Que se tuvo en cuenta un volumen de lluvia que, por magnitud de fenómeno, puede darse una vez cada cien años. Una obra complementaria, en plena ejecución, es la canalización del Bajo Peretti, que también forma parte del sistema hídrico que permite evacuar los excesos hídricos por los bajos naturales, sobre todo los que provienen desde Saguier, Villa San José y Presidente Roca. Preparados, por ahora... Toda esta historia refleja algo significativo: Rafaela tiene un sistema de saneamiento hídrico que la pone a salvo de grandes catástrofes producidas por lluvias extraordinarias. ¿Significa esto que hay que dormirse en los laureles y nunca habrá problemas de esa naturaleza en la ciudad? No. Claramente el cambio climático genera fenómenos cada vez más extraordinarios. Rafaela no está exenta de los peligros que de ello se desprende. Pueden llover más de 300 mm en medio día, como pasó en 1999 y como se repitió en 2007 y luego también en 2015. Pueden registrarse anegamientos temporarios, lejos de la magnitud de lo que pasó en Bahía Blanca, pero que igualmente pongan en riesgo propiedades y personas. Es clave seguir pensando en inversiones en desagües, porque la impermeabilización de los suelos crece a pasos agigantados en el área urbana y la velocidad de evacuación sube en la misma proporción. Mantener libres de obstáculos los canales principales, así como sostener la limpieza de malezas en las lagunas de retardo, es también una tarea que no se puede descuidar. Lo que sigue en el desarrollo urbano es atender el cordón Oeste, donde serán necesarias muy importantes inversiones en lo que se denomina el Oeste Productivo, sobre todo detrás de los barrios Güemes y Martín Fierro, y al Oeste del PAER. Sólo con prevención, planificación e inversiones se pueden evitar las catástrofes previsibles. La historia de Rafaela dejó sus lecciones. El presente de Bahía Blanca obliga, también a los rafaelinos, a mantener la guardia alta.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por