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» El Ciudadano
Fecha: 16/03/2025 12:22
Daniel Zecca Daniel Escalante es uno de los intendentes que intentará renovar su mandato este año, al ser Roldán una de las ciudades que por distintos motivos no está alineada con el calendario electoral provincial. Este 13 de abril participará de las Paso dentro de Unidos para volver a ser candidato en julio. El dirigente va por otros cuatro años de gobierno y para eso muestra como su principal capital la cercanía con el gobierno de Maximiliano Pullaro, lo que le permitió alcanzar una inversión en obras de 3.500 millones de pesos. Su objetivo principal es continuar con la obra de pavimentación y pasar de las 400 cuadras hechas hasta el momento a 900 para el final de su mandato. Como conductor de los destinos de una ciudad industrial, también alerta sobre los peligros del discurso del gobierno nacional en cuanto a la liberación de importaciones y la falta de obra pública. También se mete en el debate de la reforma constitucional, al que considera una oportunidad para «salir de un sistema garantista y tener un sistema bien punitivo». —¿Cuál es el desafío a comunicar de la gestión de gobierno en esta elección? —Que las obras van a continuar en la ciudad de Roldán, y tengo que aprovechar esta simbiosis con el gobierno provincial que tenemos, donde tenemos una llegada cara a cara y muy, hasta fraternal, con el gobernador, y con todos los ministerios, lo que nos permite y nos ha permitido durante esta gestión de Maxi Pullaro tener una inversión de 3.500 millones de pesos en obras que hoy tiene la ciudad de Roldán. Y el único espacio político capaz de garantizar eso somos nosotros. —¿Esos 3.500 millones son ejecutados hasta ahora o es lo que se va a ejecutar? —Es lo que está ejecutado hasta ahora. La mayoría es pavimentación. Pero en eso también tenés luz, en eso tenés inversiones en seguridad, en eso tenés anillos digitales, en eso tenés obras en el Parque Industrial, en eso tenés seis aulas, en eso también tenés una escuela, en eso tenés un montón de inversión que se está haciendo y se va a hacer en la ciudad de acá a fin de año. —Y hacia adelante, ¿qué está presupuestado? —Hacia adelante, nosotros tenemos el desafío de poder potenciar todo lo que estamos haciendo ahora. Nosotros, durante los dos primeros años hemos pagado lo que es equivalente hoy a 7.000 millones de pesos de deuda, lo que equivale a 200 cuadras de pavimento. Lo que pagamos de deuda, juicio, industria del juicio, nos permitió hoy tener una administración saneada, sin deuda y con toda la obra pública planificada de acá hasta fin de año, donde vamos a haber pavimentado tan solo este año casi 180 cuadras, lo cual nos va a permitir decir que al final de esta gestión pavimentamos 100 cuadras por año. Vamos a poder terminar diciendo que pavimentamos una cuadra cada 5 días. —¿Y cómo estás viendo el debate provincial de la reforma de la Constitución? Un gobernador que se vuelve a someter a las urnas, un debate trascendente. —La verdad es que el gobernador, con una valentía sin igual, se somete a las urnas. Y en realidad tenemos que transitar esta decisión de seguir con una Constitución vetusta como la que tenemos hasta ahora, o tener otra que nos permita más herramientas, de cara no solamente a lo que es permitir que un gobernador pueda ser reelegido. Va mucho más allá de eso. Va a una reforma procesal en la Justicia, fundamentalmente en lo penal, ¿no? Donde tenemos que salir de un sistema garantista, y tener un sistema bien punitivo, donde podamos castigar a los que nos están haciendo desastre, a los chorros, a las mafias, que nos hacen daño a nuestra sociedad, y tengo que tener una constitución adecuada, que le dé esas herramientas. —Decís que uno de los ejes que tiene que tener la nueva Constitución, los artículos que se van a modificar, está vinculado al tema seguridad. —Obviamente. Nosotros sabemos que la Constitución es la ley de leyes. Nos tenemos que someter y, a través de esa gran ley, emanan todo el resto de las otras leyes. Tenemos que tener una ley adecuada al 2025, no a 1962. Esa es la realidad. Que en algún momento puede haber sido una Constitución novedosa en el país, sí, puede haberlo sido, pero en el año 62 y en la realidad del año 62. Y no está acorde para nada a esta nueva realidad, donde también permita hablar de educación, donde también permite hablar de seguridad. Hoy la Constitución no te permite un plan, o sea, no te establece un plan de educación o no se habla de un plan de educación, o no te obliga ni siquiera a terminar la escuela secundaria. Yo creo que esas cosas son las que tienen que estar plasmadas en la Constitución, no solamente la escuela primaria, sino también la escuela secundaria, plasmado y que cada habitante de esta provincia tenga ese derecho, y también que el gobierno tenga la obligación de darle la oportunidad de estudiar a cada ciudadano. Son innumerables las cuestiones por las cuales es necesaria la reforma. —Hay todo un sector vinculado fundamentalmente a los libertarios que, además de esta agenda en la que pueden coincidir en parte con lo que vos decís, hablan de achicar mucho el Estado, de reducir el gasto político. ¿Qué mirada tenés sobre eso? —El otro día lo veíamos con el intendente (Leonardo) Raimundo, que es candidato a convencional constituyente por el departamento San Lorenzo. Es muy lindo hablar de la declamación del Estado chico, bla, bla, bla. Ahora, cuando ves cada uno de los municipios, si no es el Estado y el gobierno local que hace, por ejemplo, un carnaval, una feria del libro, una feria de las colectividades, un montón de acciones de gobiernos públicas que, si no las hace el Estado… Para muchísima gente de Roldán, el carnaval son las vacaciones. Entonces, si no es el Estado, ¿quién lo hace? Entonces, hay que tener cuidado y ser mesurado con lo que se dice, porque la libertad por la libertad y el concepto filosófico de que todo lo libre y eso, no, cuidado. Hay reglas que las pone el Estado y hay cosas que solamente el Estado te las garantiza. Con esto tampoco quiero decir que hay que ir al hiper Estado socialista o comunista que ha fracasado, pero tengamos cuidado en hablar de esto. Hay políticas del gobierno nacional, por supuesto, que estoy de acuerdo y quiero que le vaya bien. Porque nos va a ir bien a todos los argentinos, y voy a apoyar al gobierno y lo voy a defender al presidente, pero también digo que hay cuestiones en las que hay que ser cautos. Lo vivimos los roldanenses todos los días. Deshacerte o desentenderte de las rutas nacionales te lleva a que no cortes el pasto de una ruta. Entonces, no es decir «me desentiendo de todo.» Hay cosas que las tenés que hacer. —¿Qué implica? Porque muchos no saben que el pasto de una ruta nacional lo debería cortar la Nación. —Tendría que ser la Nación, y la terminamos cortando nosotros cuando podemos. Pero en realidad, es plata que se cobra el gobierno para que se la come el gobierno para ir a tapar el déficit fiscal, que le viene de otro lado, y decir: «Tenemos déficit fiscal cero». Pero no cortan los yuyos en la ruta, no arreglan la ruta y se desentienden de un montón de cosas. —Especialmente en Roldán, que ve pasar miles de camiones rumbo a los puertos. —Al gobierno nacional le encanta que salgan los barcos llenos de cereal, pero ese cereal tiene que salir de un campo y de un camino de tierra, y tiene que pasar por una ruta que después lo lleve a puerto. Entonces, ese caminito genera un gasto y una inversión que el gobierno nacional se la come. Entonces, estar sentado en Buenos Aires en un escritorio viendo que los números me den cero y hablarle a la city y hablarle a un sector, no llegás, porque todos los días el laburante que se tiene que levantar a la mañana, como lo hacemos nosotros, para llegar a fin de mes, ve eso y dice: «Pucha, ¿en dónde está la equidad? ¿Dónde está el federalismo? ¿Dónde está la Nación?». —Exacto. ¿Y qué estás viendo en Roldán en la parte social? ¿Hay más demanda? ¿Cómo está el tema del trabajo? —Estamos ante la situación general que tiene el país. Nosotros no somos una isla. Y también las empresas tienen las dificultades que tienen todas las empresas en el país. Es bravo todos los días desde lo social, en una ciudad donde ya había una pobreza estructural consolidada, donde incluso había sido alimentada por los gobiernos anteriores. Eso también lo cuento, y promovida. O sea, era mejor cuanto más pobre, cuanto más votos cautivos, cuanto más dependan del Estado, mejor para ellos. Es una situación de la que hemos salido, nosotros no hacemos política social del uno a uno o una demanda permanente o promocionar la pobreza. Porque hay muchos gobiernos que promocionan la pobreza para tener cautiva la gente. Al contrario, peleamos contra todo eso, contra la dádiva. Nosotros somos una ciudad de cultura del trabajo, del esfuerzo, donde una persona siente que lo que tiene se lo ganó con su esfuerzo. Esa es la condición que tenemos y eso es lo que pensamos. Ahora, sí sabemos el contexto social que estamos viviendo en nuestro país, donde cada vez cuesta más, y a las empresas mismas cada vez les cuesta más sostenerse. Y muchas de esas cosas suceden porque, casualmente, cuando vos te desentendés desde el Estado de un montón de políticas públicas, podés caer en el error de que, al no tener políticas públicas, dejes de fomentar la industria, deje de fomentar el comercio, deje de fomentar positivamente un montón de actividades. —Roldán tiene un sesgo industrial muy importante. —Nosotros tenemos la bendición de tener una industria diversa de todos los ramos. Nosotros, en septiembre del año pasado hicimos la fiesta de Fisfe, de la Federación Industrial de Santa Fe. Una fiesta hermosa. Y ahí hicimos, por primera vez, lo que vamos a repetir este año, la exposición de la industria roldanense. Y fue hermosa, y descubrimos la cantidad de cosas que hacemos y la diversidad que tenemos. Pasamos de ser una ciudad metalúrgica, en lo solamente en las máquinas para frigoríficos, a ser una industria que fabricamos tanques, que seguimos fabricando, orgullosamente, todas las máquinas para frigorífico. Y la industria de la alimentación, donde también podemos contar que tenemos industria biotecnológica. Donde hacemos biodiésel, donde se hacen biofertilizantes y donde se hacen bioplásticos. Entonces, una industria diversa muy importante. Seguimos con las metalúrgicas también, con las carroceras, en fin, hay fábricas de pintura. Hay una diversidad muy grande en lo que es la industria roldanense, en los productos que se hacen en la ciudad de Roldán. —Particularmente en el último discurso de inicio de sesiones, el presidente dejó muy claro que él va a abrir las importaciones porque, en el fondo, dice, si hay una industria que no puede competir con el exterior, eso se va a reciclar en otro fabricante de bienes y servicios que le sirvan más. ¿Qué ves en la práctica? —A ver, a ver. Plantear esto como tan teórico. ¿No te acordás de Martínez de Hoz? ¿Te acordás de todas las situaciones que hemos vivido donde ya sabés lo que es destruir la industria? O sea, tampoco es fomentar la prebenda y los subsidios permanentes al sector industrial que después no eran invertidos en industria, bla, bla, que también lo conocemos. Pero sí tengo que defender la buena industria nuestra, los buenos emprendedores, los buenos empresarios, que invierten todos los días, y sí sabemos que somos buenos en muchas cosas. Sobre todo en lo que es la agroindustria, que también somos innovadores. Yo, cuando le escucho al gobernador Pullaro decir que somos el motor productivo de la República, tiene toda la razón. Porque somos eso. Y los santafesinos y los roldanenses somos eso, somos esa esencia. —Y la provincia, esa cercanía de la hablás con el gobernador, que te ha servido para una cantidad de obras y para proyectar hacia delante. ¿El gobierno tiene la oreja puesta en ese sector productivo, en el sector industrial? —Totalmente. En estos días casualmente nos confirmaron la construcción de la calle colectora sobre la A012 en el Parque Industrial. Una obra importantísima para lo que es el Parque Industrial de Roldán. Yo te diría que uno de los ejes más importantes que tiene el gobierno de Maximiliano Pullaro, a través de una persona que quiero ponderar también, porque nosotros lo hemos declarado ciudadano distinguido, el ministro licenciado Gustavo Puccini, un ministro clave en el gobierno. Una persona que, con una manito atrás y otra adelante se vino desde su Labordeboy a Rosario a estudiar. Empezó como repositor en Molinos Río de la Plata y terminó como gerente, y tuvo el coraje de pasar del sector privado al sector público, acompañarlo a Maximiliano Pullaro en la logística del Ministerio de Seguridad, cuando fue ministro, y hoy ser el ministro de la Producción. Para nosotros es importante porque ha trabajado mucho, y muchísima industria roldanense está recibiendo los beneficios del Ministerio de la Producción de la provincia de Santa Fe. —¿Cómo están los índices de seguridad en la ciudad? —Los índices de seguridad están bien, muy bien, comparado incluso con otras ciudades también. Si nos comparamos con Rosario también, pero a ver, obviamente que cuando un vecino le roban… Pero estamos bien, lo que pasa es que trabajar todos los días, y hemos hecho una inversión muy importante en seguridad. Y eso la quiero ponderar a Marisabel Mendoza, secretaria de Seguridad, hoy también secretaria de Gobierno en la ciudad de Roldán. Un trabajo profesional impecable que se ha hecho, donde hay un antes y un después, donde se ha generado una central de monitoreo importante y hemos hecho una inversión de más de 150 millones de pesos para tener cámaras, para tener lectoras inteligentes, para tener puestos de garita segura, compra de móviles, capacitación del personal. Lo que se ha hecho en materia de seguridad en Roldán es importantísimo y es uno de los pilares clave de esta gestión también. —¿Qué escenario ves para la elección? —Nos vemos confiados, porque creo que hemos cumplido con el vecino, en el sentido de que recibimos una ciudad de una forma, y yo creo que tenemos una ciudad mejor en muchísimos aspectos. Y también algo que siempre digo, la parte que no se ve, la parte que tuvimos que resolver desde lo administrativo, de terminar con la industria del juicio que nos generó tanta deuda, a valor de hoy, 7.000 millones de pesos que tengo que pagar, que son 200 cuadras de pavimento que los vecinos no tenemos. Pero que si no tomaba la decisión política de hacerlo ahora, quizá el año que viene hubiesen sido 500 cuadras de pavimento, y así exponencialmente.
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