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Concordia » Hora Digital
Fecha: 16/03/2025 11:44
La industria automotriz argentina enfrenta el desafío de competir en calidad y precios con los vehículos importados, mientras busca mantener la comercialización de sus autos más accesibles frente a la apertura de las importaciones. Con la apertura total de las importaciones, la industria automotriz nacional se enfrenta al reto de competir en precio y calidad con los vehículos que llegan desde otras latitudes. La competencia se ve condicionada por el arancel de importación del 35% exigido por el Acuerdo de Complementación Económica 14 (ACE14) con Brasil, principal socio del Mercosur. Una amenaza adicional para la industria son los 50.000 autos de bajo precio que el Gobierno permitirá importar sin arancel, limitados a modelos híbridos y eléctricos con precios máximos de USD 16.000 FOB. Esto plantea un desafío para mantener competitivos a modelos como el Fiat Cronos, Peugeot 208, Chevrolet Tracker y Peugeot 2008, esenciales en el mercado local. Dos posturas se vislumbran en el escenario automotriz argentino: la especialización en pick-ups para compensar la competencia de autos brasileños, impulsada por fabricantes como Renault y Stellantis; y la apuesta por la exportación de camionetas como Toyota y Ford. La carga impositiva sigue siendo un punto crítico para mantener la competitividad. La llegada de modelos chinos al mercado argentino, como Foton y Maxus, agrega incertidumbre y presión competitiva a un sector en constante evolución. La competencia con reglas de juego equitativas se percibe como un estímulo para la mejora y el beneficio del consumidor, en un escenario donde se prevé una mayor diversificación de marcas y ofertas en el mercado automotriz nacional.
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