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» Diario Cordoba
Fecha: 16/03/2025 08:41
-En febrero se cumplieron 15 años de las inundaciones históricas de 2010 en Córdoba. ¿Podría repetirse esa situación? -Sí, claro que se puede volver a dar. De hecho, los periodos de sequía siempre van unidos, ha pasado aquí en España, ha pasado en Australia, que también han tenido 10 años de sequía, acabaron con inundaciones en California... Son casos de cuencas mediterráneas como las nuestras. Y después de un largo periodo de sequía, inundaciones. Y aquí puede ocurrir. Por ahora, en Andalucía no está pasando, pero está pasando en Levante. Podía habernos tocado a nosotros. Incluso en las cuencas de Málaga, en la zona demarcación sur, se ha desbordado algún río, ha habido peligro de inundación, hubo que poner un comité de emergencia cuando hubo aviso de dana en Málaga. En la cuenca de Guadalete-Barbate también están un poco preocupados. Parece que pasó lo peor. Parece que ya las dos grandes mantas de agua han pasado y la borrasca se va alejando, y la próxima parece que es más suave. Yo creo que ya, ahora mismo, no, pero eso no quiere decir que en mayo no vuelva a entrar otra gorda. Y ya con los embalses más llenos. -En la opinión pública prevalece la idea de que las inundaciones fueron provocadas por una mala gestión de los desembalses. -Sí, ahí pasó eso. Entró un poco en pánico, se gestionó mal. Quizá tenían que haber desembalsado un poquito antes. También hay que entender el factor psicológico. El caso es que esperaron demasiado y cuando llegó el momento de desembalsar es porque se les venía encima una manta de agua y se juntó el desembalse con la manta de agua, y de ahí vienen las inundaciones. Vamos a ver por qué aguantaron tanto. Justo fue después de un periodo larguísimo de sequía. Hubo una especie de tentación por parte de la CHG de aguantar quizá un poquito más de lo debido. -¿En aquel momento gestionaba la Agencia Andaluza del Agua? -Sí, además, da la casualidad de que acababan de llegar los novatos. Los novatos que llegaron diciendo que los de antes lo hacían todo muy mal. Así que cometieron varios errores. La Junta cometió varios errores. Uno fue la mala gestión de las lluvias, lo que provocó inundaciones. Otro fue también algún que otro problema en el arrozal. «Una presa tiene su impacto ambiental, pero las balsas no creo que tengan que tener tantas barreras» -¿Se ha aprendido de aquello? -Sí. De todas formas, en aquel momento no sé siguió a rajatabla el protocolo, se aguantó más de lo debido, quizás no se habría aguantado tanto en el mes de octubre. -¿Estamos ahora en una ruptura de la sequía? -No se sabe. Sabemos que muchas veces los ciclos son largos, siete u ocho años de sequía, tres, cuatro, cinco, luego viene otro ciclo húmedo. Parece que se puede estar rompiendo el ciclo seco, pero ha sido tan largo que hoy la sequía no ha terminado. La mayoría de la población andaluza, el 90% o 95%, tiene garantizados tres años de agua, pero sigue habiendo un porcentaje, en Almería, la parte de arriba de Granada, la parte de arriba de Jaén, que siguen teniendo problemas de abastecimiento. Eso, hablando del sector urbano. Estamos hablando de zonas rurales despobladas, Huéscar y Baza, existen zonas donde todavía el abastecimiento no está garantizado tres años como es el caso de Córdoba. Y en el sector de riego, la sequía no ha terminado en absoluto. Este año hay un 40%, grosso modo, de la dotación normal. El catedrático de la UCO Julio Berbel, en las instalaciones del Aulario de Rabanales. / Manuel Murillo -¿En el norte de Córdoba está garantizada el agua? -La Colada está llena. Lo que tendrían que hacer, lo ha pedido siempre la Junta, es que para garantizar más el abastecimiento es bueno que haya interconexiones. La Colada viene del Guadiana y Puente Nuevo viene del Guadalquivir. Puede ocurrir que en una cuenca llueva más y en otra menos, siempre ha pedido la Junta que haya esa conexión. Y el ministerio siempre ha dicho que no. No hay ninguna razón técnica, es una razón económica. No se quieren gastar el dinero, pero sí se lo gastan en otras comunidades autónomas. Porque en Castilla-La Mancha se han gastado 10 veces más, sin problema. Todo el mundo sabemos quién gobierna aquí y quién gobierna allí. -En estos días se realizan desembalses, pero el sector agrícola solicita que se retenga el agua de la lluvia, que no vaya al mar. ¿Se podría hacer algo más? -Sí, se pueden hacer embalses y balsas. No quedan muchos embalses por hacer en el Guadalquivir, quedan embalses en Andalucía, y luego quedan las balsas. Se pueden agilizar más, que por ejemplo los agricultores puedan coger agua del río, ahora que está muy cargado, y cargar las balsas. Luego, hay algo que está empezando a utilizarse, que se llama recarga de acuíferos y consiste en que cuando hay tanta agua, puedes utilizar la infraestructura de riego para regar. ¿Cómo uno se pone a regar ahora en mitad de esta lluvia? Bueno, pues sí se hace. Se hace en California y se hace en otros sitios con la intención de recargar el acuífero. A veces los agricultores, a cambio de ese trabajo, reciben una compensación. Habría que estudiar si hay sitios en Andalucía donde podamos utilizar el acuífero como, digamos, un embalse virtual. «¿Por qué un taxista tiene que pagar la vigilancia de un pozo de un señor que tiene aguacates en Málaga?» -¿En Andalucía todavía no se recargan los acuíferos? -No se ha hecho casi en ninguna parte, se han hecho experimentos. Hay un pequeño proyecto piloto en Sevilla y otro en Málaga, y hay un sistema histórico ancestral que se sigue utilizando en Sierra Nevada. La recarga de acuíferos puede ayudar, pero no es la solución. Una vez que en Andalucía quedan pocos embalses por hacer, queda alguno, el Ministerio se resiste, pero ahí podemos aumentar la capacidad de almacenamiento andaluz un 10%, no mucho más. Sí se podría intentar también la recarga de acuíferos y la reutilización de agua donde se pueda. Y luego, las balsas. -Las balsas son una demanda habitual de los agricultores, ¿por qué tienen impedimentos? -Tienen muchas barreras burocráticas, que si el impacto, que si el estudio, y eso habría que agilizarlo porque no veo tanto conflicto ambiental. Es decir, una presa tiene su impacto ambiental, pero las balsas no creo que tengan que tener tantas barreras. Dicho una cosa, tiene que llegar agua dulce al mar, los ecosistemas tienen que renovarse, pero cuando ves el río como va ahora mismo, si yo le quito un 20% o un 30% no se entera. Es una pena que se vaya tanta agua al mar cuando llegan estas tormentas. En nuestro clima, al final, el agua que llega a los embalses llega en tres borrascas. -Hace algún tiempo apuntaba que no pasarían muchos años hasta que se empiecen a pedir certificados de procedencia del agua utilizada en la producción. ¿Es ya una realidad? -Sí, está pasando muchísimo ya, los supermercados lo están pidiendo. En Alemania entró en vigor una ley que se llama Due diligence, digamos que tú tienes que demostrar que tus proveedores cumplen la normativa. Hay zonas grises como el aceite de oliva, por ejemplo, donde tienes secano y tienes olivo de riego, ahí va a ser más complicada la certificación, pero también lo van a pedir. Donde está pidiéndose más son zonas como Axarquía, donde el aguacate está muy criticado, Doñana y el entorno, con las fresas y los berries, y Almería. -Todavía se detectan pozos clandestinos, ¿esto preocupa? -Cuando la gente abre un pozo muchas veces no es para hacerse millonario, sino para llegar a fin de mes. Entonces, habría que entenderlo. Pero claro, si no hay agua, no hay agua y si no se puede regar, es que no se puede regar. Hay una trampilla ahí que nos complica a todos la vida. En la ley del siglo XIX se permitía que cualquier español abriera un pozo de hasta 7.000 metros cúbicos al año. Eso permitiría regar hoy cuatro o cinco hectáreas de olivar. Sigue siendo legal, pero en el siglo XIX los medios materiales eran los que había. No había peligro de sobreexplotación. Eso que en el siglo XIX era válido, en el siglo XXI empieza a ser un problema. Muchos pocitos de 7.000 se cargan cualquier acuífero. Eso le complica la vida al Seprona bastante. «El ciclo seco ha sido tan largo que hoy la sequía no ha terminado» -¿Hay que reducir el regadío? -Habría que replantearse algunas cosas. El derecho de propiedad hay que respetarlo. Eso de entrada. Pero yo soy muy crítico con el uso del agua, por ejemplo, para el arrozal. ¿Tiene sentido que en Andalucía reguemos el arroz como si esto fuera un clima monzónico? Cuando ese agua hace falta para la fresa, el almendro, el olivar. Los arroceros tienen derechos, pero según nuestra ley, tienen un vigor de 25 o 50 años. Deberíamos empezar a plantearnos una reconversión a largo plazo, que hiciera que el agua tenga un uso social y genere más valor. Si hiciéramos eso, no habría que quitar ni una sola hectárea de regadío. -Reivindica el mantenimiento y la renovación de redes para evitar pérdidas de agua. En los últimos días, hemos visto los daños provocados por el reventón de un colector en Fernán Núñez. ¿Eso no debería ocurrir, verdad? -Reventar pueden reventar, porque de repente hay un microterremoto, una carga no prevista, pero, en general, eso no debería ocurrir. Deberíamos tener las redes en buen estado y un buen mantenimiento, y las fugas deberían detectarse enseguida. Hoy puedes tener válvulas inteligentes, de manera que te avisan con mucho tiempo de que ya está habiendo una pérdida, no tienes que ir a escucharla. «Deberíamos plantearnos una reconversión (...) Si hiciéramos eso, no habría que quitar ni una hectárea de regadío» -En 2022, la Junta de Andalucía impulsó el comité de expertos para la sequía, del que forma parte junto con el también catedrático de la UCO Emilio Camacho. Este órgano pretendía plantear iniciativas innovadoras. ¿Qué avances se han logrado? -Hablamos del largo plazo. Bueno, hay puntos en la Ley de Aguas que no se han desarrollado, cuesta mucho hacerlo políticamente. Por ejemplo, el agua subterránea no paga nada. -¿Qué quiere decir eso? -Que abres un pozo y no tienes que pagar nada, mientras que el agua superficial, sí. Si sacas agua de un embalse, vienes a pagar los costes de mantener las redes, el embalse, pero como el pozo lo has abierto tú, no hay que pagar nada, aparentemente. ¿Qué pasa en la realidad? Hay que sacar dinero para tener redes de vigilancia y control. Y eso, o sale de los que usan el agua o sale de todos los demás. Lo razonable es que salga de los que se benefician del agua. ¿Por qué un taxista o un fontanero tienen que pagar el coste de vigilancia de un pozo de un señor que tiene aguacates en Málaga? Y alguna cosa más, la recarga de acuíferos, por ejemplo. -¿En Córdoba y en Andalucía se hace una gestión sostenible del agua? -En general, sí. El agricultor está optimizando el uso del agua, porque no le queda más remedio, creo que llevamos ya seis años con restricciones. En el sector urbano, tenemos empresas con redes modernas, un consumo per cápita muy bajo comparado con la media mundial. Todavía quedan zonas oscuras, que son, sobre todo, rurales, con redes muy anticuadas y muchas pérdidas. Hay pueblos con un 50% de pérdida en redes en las zonas rurales de Málaga y Almería, eso hay que arreglarlo. -¿Afirma que en Córdoba llueve lo mismo que en Londres? -Sí. El aeropuerto de Córdoba está en torno a 590 milímetros (en todo el año) y si miras Heathrow salen 600 milímetros. La diferencia es que en Londres llueve todo el año muy poquito cada día y aquí llueve de golpe. Suscríbete para seguir leyendo
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