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» Diario Cordoba
Fecha: 16/03/2025 08:38
Tras la belleza de uno de los enclaves naturales más impresionantes de la provincia existe una realidad cruda. Este tesoro paisajístico lleva amenazando a los vecinos de un pueblo de Córdoba varios siglos. Y el peligro sigue latente pese a los intentos por frenarlo. Podría decirse que este lugar es, hoy en día, el corazón de la localidad. Entre otras cosas, porque son décadas y décadas de esfuerzo por su mantenimiento. También, sin duda, porque su historia está vinculada a la historia de muchos vecinos que se han visto afectados por la fuerza de la naturaleza. Y, además, porque el municipio ha sabido sacar el lado más bonito a este accidente: zonas verdes, senderos y merenderos conforman el enclave. Desde el mirador que se abre paso en la localidad, a pocos metros del centro, puede apreciarse el sotobosque del entorno del río Genil, alguna población cercana y el castillo hispanomusulmán de la localidad, entre otras cosas. Sin embargo, para llegar hasta ahí, generaciones y generaciones tuvieron que luchar contra la inercia de aquella tierra, que siempre ha sido la de hundirse. La tierra se traga las casas En febrero de 1963 la tierra se vino abajo y se tragó una parte del pueblo. El fenómeno generó un gran asombro y dejó imágenes para la historia. Coches arrastrados por el barranco, más de medio centenar de viviendas en ruinas y otras tantas dañadas. Muchas familias quedaron en la calle. Los meses y años posteriores las máquinas poblaron la ladera: trataban de consolidar el terreno para que no se repitiera la situación. Parte de la ladera tras su derrumbe. / La Grieta de Benamejí Dos siglos antes, según constatan documentos históricos, se había producido un brusco deslizamiento de tierras, pero fueron los hechos de 1963 los que pusieron a Benamejí en alerta. Sin embargo, dos décadas de tranquilidad hicieron pensar que la conocida Grieta de Benamejí estaba dormida. ¿Habían cesado los movimientos? Para nada. Los derrumbes de Benamejí en Diario CÓRDOBA. / Córdoba Un peligro latente En 1987 se volvieron a producir desprendimientos y deslizamientos, aunque de menor intensidad. Dos años más tarde, el 27 de diciembre, unas fuertes lluvias provocaron nuevos temblores: se desplomó parte de la ladera, afectando a las calles limítrofes, y varias viviendas quedaron arruinadas. Los daños, eso sí, fueron menores que décadas atrás porque afectaron, principalmente, a casas que ya estaban en estado precario. Aun así, multitud de familias tuvieron que abandonar sus casas. Vista panorámica de Benamejí. / lagrietadebenameji.com Las labores de estabilización del terreno no cesaron: inyectaron hormigón y practicaron grandes intervenciones. En 1998 se invirtieron 1.000 millones de pesetas. Eso no impidió que, en 2010, otro periodo de intensas lluvias provocara el desbordamiento del Genil y nuevos movimientos en la Grieta de Benamejí. ¿Qué causa el fenómeno? Este fenómeno geológico, uno de los más interesantes registrados en Andalucía, encuentra su causa en la erosión provocada por el río Genil, que discurre tras la ladera sur del pueblo. El material que compone el terreno es muy frangible y, por eso, cuando las precipitaciones se han intensificado y el río ha crecido la tierra se ha movido. Ese riesgo latente bajo el suelo de Benamejí no quita interés al enclave formado por este accidente de la naturaleza. Las vistas, a lo largo del paseo sobre la ladera sur, son inigualables.
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