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» Diario Cordoba
Fecha: 16/03/2025 08:27
«En 2050 vivimos bien, respetando los límites ecológicos del planeta. Nuestra prosperidad y nuestro medio ambiente saludable son la consecuencia de una economía circular innovadora, donde nada se desperdicia y en la que los recursos naturales se gestionan de forma sostenible, y la biodiversidad se protege, valora y restaura de tal manera que la resiliencia de nuestra sociedad resulta fortalecida. Nuestro crecimiento hipocarbónico lleva tiempo disociado del uso de los recursos, marcando así el paso hacia una economía segura y sostenible a nivel mundial». Esta visión de futuro que muchas personas compartirán es una desiderata del séptimo programa general de acción de la Unión Europea en materia de medio ambiente hasta 2020, que fue aprobado en noviembre de 2013 con el lema «Vivir bien, respetando los límites de nuestro planeta». Desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, que tuvo lugar en Estocolmo en junio de 1972, la primera gran conferencia de la ONU en materia ambiental, que marcó un punto de inflexión en el desarrollo de la política internacional del medio ambiente, la Unión Europea ha sido pionera en la defensa del medio ambiente y en la actualidad está en vigor el octavo programa hasta 2030, también en el marco de una visión a largo plazo. La decisión del Parlamento Europeo y del Consejo reconoce que la Unión puede asumir en la próxima década el liderazgo a nivel mundial en materia de sostenibilidad abordando los desafíos urgentes que requieren soluciones sistémicas. El cambio sistémico conlleva un cambio transformador y transversal que comprende giros importantes y la reorientación de los objetivos, los incentivos, las tecnologías y las prácticas, normas sociales y los sistemas de conocimiento, y los enfoques en materia de gobernanza. Los desafíos medioambientales y de sostenibilidad en Europa están íntimamente ligados a las actividades económicas y los estilos de vida, los que atienden a necesidades de los europeos como alimentos, la energía y la movilidad. Garantizar la coherencia de estas políticas con las políticas medioambientales haría avanzar a Europa en gran medida hacia la consecución de sus objetivos medioambientales hasta 2030 y de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. La ciencia se abandona y sus logros y conclusiones se politizan y critican o se entierran en el ostracismo Algunos desafíos detectados fueron respondidos con la adopción del denominado Pacto Verde Europeo, una estrategia de crecimiento para la doble transición ecológica y digital, para transformar la Unión en una sociedad equitativa y próspera, de economía sostenible, competitiva, climáticamente neutra y eficiente en el uso de los recursos, y a la vez proteger, conservar y reforzar el capital natural al tiempo que mejorar la calidad de vida de las generaciones presentes y futuras. El Parlamento Europeo instó a la Comisión a que adoptara propuestas legislativas y presupuestarias futuras en consonancia con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C y que no contribuyeran a la pérdida de biodiversidad, mediante una amplia reforma de sus políticas en los ámbitos de la agricultura, el comercio, el transporte, la energía y la inversión en infraestructuras. El Pacto Verde Europeo sentó las bases del Plan de Recuperación Next Generation EU, que fomenta la inversión en sectores que son clave para la transición ecológica y digital, con el objeto de fortalecer la resiliencia y generar crecimiento y empleo en una sociedad equitativa e inclusiva. Todas las iniciativas que se adopten deben respetar el principio de «no causar un perjuicio significativo». El octavo programa en materia de medio ambiente hasta 2030 va más allá del Pacto Verde Europeo. Los objetivos prioritarios trazan una dirección para la elaboración de políticas de la Unión, principalmente en los compromisos de las estrategias e iniciativas del Pacto Verde Europeo, la Estrategia de la UE sobre la Biodiversidad de aquí a 2030, el Plan de Acción para la Economía Circular, la Estrategia de Sostenibilidad para las Sustancias Químicas y el Plan de Acción Contaminación Cero. Todo ello sin olvidar que hay que mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales y prosiguiendo los esfuerzos para limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C para 2030 con respecto a los niveles preindustriales, que reduciría significativamente los riesgos y los efectos del cambio climático. Toda esta arquitectura establecida por la Unión Europea está siendo cuestionada por una corriente negacionista de la mayoría de estos planes, así como de los ODS de Naciones Unidas. La ciencia se abandona y sus logros y conclusiones se politizan y critican o se entierran en el ostracismo. Se camina hacia un mundo de personas que no están interesadas en los asuntos públicos y sólo miran para sí mismas. Es hora de reaccionar ante estas iniciativas que intentan socavar el marco establecido para mejora de toda la sociedad, para beneficiar el interés de sólo unos pocos. La perseverancia y la razón debe imponerse. *Biólogo Suscríbete para seguir leyendo
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