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» Diario Cordoba
Fecha: 16/03/2025 08:23
La defensa como nuevo eje. ¿También para el Banco Europeo de Inversiones, que invirtió 1.000 millones en este concepto en 2024 y espera duplicar la cifra en 2025? Es lo que exige este momento. Lo tenía claro cuando llegué a la presidencia y ya lo incluimos en nuestras prioridades estratégicas en febrero de 2024. A lo largo de los últimos años he sido una testigo privilegiada, participando en las cumbres de líderes y como presidenta del consejo del Fondo Monetario Internacional, he visto cómo iba cambiando el entorno global. Tenía claro cuando llegué al BEI que Seguridad y Defensa iba a ser una de las prioridades más importantes para la UE y que teníamos que irnos preparando para jugar un papel clave en este ámbito. Es lo que hemos hecho. Ahora bien, manteniendo como primera prioridad la marca del BEI, como el Banco del Clima, y, en segundo lugar, el apoyo a la innovación y el liderazgo tecnológico en Europa. Es importante tener claro que nuestra seguridad no solo depende de la industria de la defensa. Hay que invertir también en reforzar la autonomía estratégica en materia energética, las alianzas internacionales, mantener el liderazgo económico y tecnológico de nuestro continente y proteger el modelo social, que garantiza la estabilidad, la prosperidad y una perspectiva positiva para las sucesivas generaciones. Cada euro que invierte el Banco Europeo de Inversiones contribuye a la seguridad de Europa. Se ha calculado que el rearme de Europa exigirá 800.000 millones. Tras haber pasado la pandemia de covid, establecido los fondos Next Generation y apostar por la transformación verde y digital, ¿cómo se financiarán estas necesidades? La UE respondió bien a la pandemia cuando actuó con unidad, determinación y solidaridad. En el caso de España, los fondos Next Generation han sido absolutamente fundamentales para la economía española y conseguir el fuerte crecimiento que se está viviendo ahora en nuestro país. En este momento, es fundamental volver a actuar con esos mismos principios. Entiendo que al BEI le interesa aumentar su balance, actualmente en 600.000 millones, para poder prestar/invertir en proyectos de seguridad en el sentido más amplio. Las decisiones sobre cuál es nuestro volumen total las tomaremos junto a nuestros accionistas, los estados miembros. Esta semana, en el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la Unión Europea de marzo (ECOFIN), se aprobó el aumento de nuestro techo de inversión. Esto nos permitirá mantener un volumen anual de en torno a 95.000 millones de inversión. Es fundamental coordinar la acción de los distintos instrumentos e instituciones a nivel europeo y nacional para multiplicar el impacto de cada euro. Los ministerios de Defensa, la Comisión Europea y la Agencia Europea de Defensa, los presupuestos nacionales y el presupuesto europeo, cada uno ha de jugar su papel. El BEI puede apalancar el presupuesto comunitario proporcionando financiación para grandes infraestructuras y proyectos estratégicos. También podemos reforzar las sinergias de los bancos públicos nacionales de desarrollo, como el ICO en España. Y llegar a cada rincón del territorio y las pymes a través del sistema bancario europeo. Sumando fuerzas, Europa podrá movilizar los recursos necesarios para proteger su seguridad y la paz en este escenario. Distintos informes realizados en los últimos meses, empezando por el elaborado por el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, inciden en la necesidad de abordar una profunda transformación de la UE. Entre otros desafíos, lograr una auténtica unión financiera y del mercado de capitales para crecer y competir más y mejor. Todos estos informes señalan tres palancas claves para la competitividad y la fortaleza de Europa: integración de mercados, simplificación y movilización de inversión a gran escala. El BEI está ayudando a avanzar en las tres. He dedicado mucho tiempo a lo largo de mi carrera a impulsar la unión de mercados de capitales, tanto en mi responsabilidad en la Comisión Europea como después, como ministra y vicepresidenta del Gobierno de España. Ahora tengo otro papel. El BEI es un instrumento de Unión de Mercados de Capitales, por cuanto emite deuda bajo una bandera europea para canalizar el ahorro hacia inversiones prioritarias. Así que, en lugar de centrarme en el marco regulatorio, mi objetivo es ayudar a crear instrumentos financieros que puedan servir para movilizar y canalizar el ahorro en inversiones productivas europeas. El BEI es un jugador importante en las titulaciones de los balances bancarios y el apoyo al ecosistema de capital riesgo europeo. España es un país que se ha beneficiado mucho de las iniciativas que hemos lanzado. Estamos trabajando con los bancos nacionales de desarrollo y con los ministros de Economía y Hacienda para ver cómo contribuir a la unión de ese mercado de capitales. ¿Debe la UE valorar la creación de un fondo soberano? Los fondos soberanos los desarrollan normalmente los países que tienen algún tipo de recurso natural para asegurarse de que esa riqueza llegue a las generaciones futuras. En Europa, el presupuesto comunitario es el instrumento más potente para financiar las prioridades, además con una perspectiva plurianual de siete años, dando estabilidad y permitiendo desplegar inversiones que tienen largo recorrido y garantizar una financiación justa por parte de todos los estados. ¿Pero un fondo a escala europea como instrumento que pueda tener equidad de empresas estratégicas europeas? Lo están haciendo organismos públicos a nivel nacional, como la SEPI y Enaire en España. Entre las iniciativas que estudiamos y hemos lanzado, como la de los campeones europeos, estamos invirtiendo en el capital de start-ups y scale-ups. Se trata de escalar estos instrumentos financieros y extenderlos a la fase ulterior de crecimiento de las empresas y la salida de los inversores de riesgo iniciales. Europa tiene un talento extraordinario. Tenemos centros de investigación y universidades líderes en el mundo. La diferencia fundamental que tenemos con otras jurisdicciones como EEUU es la capacidad de movilizar inversiones por encima de 500 millones. Así que el objetivo principal debe ser la movilización de gran escala para que las ideas, las tecnologías y las empresas nacidas en Europa puedan desarrollarse y crecer en Europa y no tengan que irse a buscar el capital a otras jurisdicciones. Estamos trabajando para cubrir las lagunas en todo el ciclo de vida de las empresas y la innovación. Hay carencias sobre todo en la fase del paso de la investigación a la innovación -llevar las ideas al mercado- y en la segunda, la de crecimiento a partir de 500 millones de financiación. ¿Se podría obligar, por ejemplo, al sistema financiero privado europeo a que dedicara una parte de los dividendos a participar en un instrumento de este tipo? Con eliminar algunas de las restricciones que existen para que los grandes inversores institucionales, como las empresas de seguros y los fondos de pensiones, puedan invertir en el capital de empresas en crecimiento, se podría movilizar un volumen importante de recursos.
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