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» Diario Cordoba
Fecha: 16/03/2025 08:18
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. / Niall Carson/PA Wire/dpa El tablero internacional está sufriendo fuertes sacudidas y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca las acelera y las aumenta. Algunos países ganan y otros pierden. Yo creo que Estados Unidos está entre los perdedores porque su democracia se ha degradado, su economía empeora -al menos a corto plazo- al estar sometida a aranceles inciertos, y además se ha enajenado a fieles aliados como la UE. Cuando la confianza se rompe cuesta mucho restaurarla Rusia y Ucrania también pierden. Ucrania porque ahora la guerra favorece a Moscú, y porque Trump fuerza una negociación a la que Putin llega con ventaja para imponer sus exigencias territoriales, de neutralización y de renuncia a la OTAN, que Washington parece asumir de antemano tras humillar públicamente a Zelenski. Pero Rusia tiene serios problemas económicos, ha aumentado la represión interna (Navalny, Prigozhin), y en Siria ha perdido un aliado y quizás un par de importantes bases militares, mientras el coste económico, en vidas humanas y en imagen internacional que tiene su invasión de Ucrania es tan alto que su victoria puede acabar siendo pírrica. Kiev ha aceptado una tregua temporal forzada por Washington y ahora la pelota está del lado de Moscú, que no parece entusiasmado con la idea y que previsiblemente aumentará sus exigencias. China sigue atentamente el impacto de la llegada de Donald Trump que de momento solo le ha impuesto aranceles del 20%, lejos del 60 que anunciaba, y que Beijing ha respondido con prudencia e inteligencia para no ir a una escalada, mientras se concentra en sectores y regiones particularmente sensibles para los Republicanos y mira a Ucrania con la vista puesta en Taiwán. El no hablar con una sola voz y nuestras divisiones internas han impedido a Europa tener un papel decisivo en Ucrania y en Oriente Medio. Trump nos impone aranceles y amenaza con reducir su apoyo militar, mientras la pugna comercial sino- estadounidense nos puede pillar en medio y en la digital somos meros espectadores. Los nervios en Bruselas crecen ante el temor a quedar frente a una Rusia expansiva sin la protección del paraguas nuclear norteamericano. Si Putin cree que la agresión es rentable ya podemos empezar a prepararnos Pero Trump puede ser el revulsivo que necesitamos para hacer lo que hace mucho tiempo que sabemos que debemos hacer. Estos últimos días asistimos a una cascada de reuniones y de decisiones encaminadas a dotarnos de la ansiada autonomía estratégica, que es más necesaria que nunca. Es solo el principio de un proceso que será largo y complicado pero si lo logramos acabaremos entre los ganadores. El gran triunfador de los últimos tiempos es Israel, que un año después los atentados terroristas de octubre de 2023 ha enterrado al “Eje de Resistencia” que le amenazaba; casi ha acabado con Hamas y ahora quiere expulsar a los palestinos de Gaza y de la misma Cisjordania con ayuda de Donald Trump; ha decapitado a las milicias de Hizbolá en Líbano, y le ha beneficiado la caída del régimen de Bachar al-Assad en Siria porque ha desaparecido un enemigo y también el corredor terrestre por donde Irán enviaba armas. Además Israel ha aprovechado para destruir los arsenales de Damasco y para ocupar militarmente el monte Hermón. Jerusalén quiere reconfigurar Oriente Medio de acuerdo con sus intereses de seguridad y de paso aumentar su territorio. Supongo que las graves acusaciones de genocidio y las condenas por crímenes de guerra le parecerán a Netanyahu un precio asumible por los muchos réditos obtenidos. Y mientras Turquía aumenta su influencia regional en zonas antaño sometidas al Imperio Otomano, Irán está entre los perdedores pues se ha quedado sin sus aliados Hamas, Hizbolá y Siria y debe decidir si quiere tener relaciones normales con sus vecinos o si prefiere seguir como la revolución que tanto temen. También debe decidir si se arriesga a cruzar el umbral nuclear que le haría tan intocable como Corea del Norte, con el probable riesgo de que EEUU e Israel no se lo permitan. Estos asuntos son hoy objeto de acalorados debates en Teherán, que se prepara para recibir un trato muy duro por parte de Donald Trump. Todavía es pronto para saber si Siria gana o pierde porque allí aún puede pasar de todo y conviene esperar antes de anticipar resultados. Las últimas noticias hablan de estallidos de violencia sectaria pero también de la integración de los kurdos en las estructuras del nuevo régimen.
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