16/03/2025 13:53
16/03/2025 13:53
16/03/2025 13:43
16/03/2025 13:42
16/03/2025 13:41
16/03/2025 13:30
16/03/2025 13:30
16/03/2025 13:30
16/03/2025 13:30
16/03/2025 13:30
» Diario Cordoba
Fecha: 16/03/2025 08:18
Vivíamos tranquilas, confiadas, pensando que la inteligencia artificial era esa cosa que nos recomendaba qué series ver en Netflix y nos hacía subtítulos mal traducidos. Y de repente, ¡boom! Un tsunami de ChatGPT, Midjourney, Suno, Runway, Leonardo, Udio... Y nosotras, a la deriva, sin saber si lo que vemos, oímos o leemos es real o una construcción artificial sin alma. Porque si antes creíamos que ChatGPT solo servía para hacer redacciones escolares, ahora nos escribe discursos políticos y guiones de Hollywood. Si pensábamos que las imágenes de Instagram eran de personas reales, resulta que muchas están generadas por IA. Y la música... Dios mío, la música. Escuchamos una canción y ya no sabemos si la ha compuesto un humano con emociones o si ha sido un algoritmo que ha analizado los últimos 20 éxitos de Spotify y ha decidido que lo que necesitamos es más reguetón melancólico y machista. Mientras tanto, Siri y Alexa se han convertido en dos lerdas. Lentas y de dudosa sabiduría, la verdad. Dos auténticas inútiles. La tecnología ha avanzado tanto que, ahora, cuando le pides a Siri que haga algo, se comporta con la misma personalidad que un minipimer repitiendo aquello de «esto es lo que encontré en la web». Y tú, cabreada como una mona, porque ya no tienes paciencia para asistentes virtuales que no te entienden. Y luego está el cine. El otro día fui al Phenomena a ver la película de moda. The Brutalist. Tan perfecta que parece hecha con IA. Los planos, la iluminación, la estructura... todo milimetrado, todo siguiendo el manual de «cómo hacer cine clásico y vanguardista». Parece de Haneke, de Lynch, de Lars von Trier, pero no es de ninguno de ellos. Es como un greatest hits del cine de autor. Y ahí está mi duda: ¿es una genialidad o una copia sin alma? Mientras algunos dicen que no les gusta porque el protagonista «se va de putas» (ay, Isabel Coixet, con la de personajes torturados que has creado en tu cine, ahora nos vienes con estas), yo me pregunto si no estamos ante la primera película que, sin ser creada con IA, ya huele a IA. Lo que nos lleva a la gran pregunta: ¿alguna vez volveremos a fiarnos de algo? *Periodista
Ver noticia original