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» El Ciudadano
Fecha: 16/03/2025 07:16
Daniel Zecca Paula Sagué lidera una de las ocho listas de concejales del peronismo que competirá en las Paso del próximo 13 de abril por dentro de Más para Santa Fe. Madre de dos hijos, psicóloga, docente universitaria, quiere revolucionar el Concejo como lo hizo en la Facultad de Psicología la agrupación La Massota, un espacio del peronismo que ella integra y que gobierna la facultad desde 2019. Como mujer del área salud, cree que hay una agenda que no se debate públicamente y que debería llegar al Concejo, como por ejemplo el crecimiento en los casos de sífilis en la ciudad y una cepa «rosarina» de tuberculosis. Cree que al Concejo «le falta conexión con la gente y los concejales no pueden limitarse a resolver problemas menores, como tapar baches». —¿Desde cuándo estás en el peronismo? —Mi militancia en el peronismo comenzó en 2011, aunque mi espacio, La Massota, surgió en 2010, tras la muerte de Néstor Kirchner. En ese momento, estudiábamos psicología y formamos un grupo que luego se convirtió en un espacio político. Pero mi militancia empezó antes, a los 15 años, en 2003, cuando me sumé a un trabajo barrial que convocó el padre Joaquín en el Centro Comunitario San José Obrero, en el barrio Bella Vista, zona oeste de la ciudad. —¿Vos comenzaste en organizaciones parroquiales? —No estoy ni bautizada, pero vengo de una familia muy solidaria, donde alojábamos los fines de semana a chicos que estaban en hogares, y cosas así. —¿Cómo fue tu acercamiento al trabajo barrial? —Escuché en la radio una convocatoria del padre Joaquín, que buscaba jóvenes para hacer apoyo escolar. Me acerqué con tres compañeras y empezamos a ir tres veces por semana. Al principio, hacíamos apoyo escolar, pero después organizamos actividades recreativas para los chicos, como por ejemplo llevarlos al cine por primera vez. —¿Qué es La Massota? —La Massota es un espacio que toma su nombre de Oscar Massota, un referente que introdujo a (Jacques) Lacan en Argentina y que, en 1955, se opuso abiertamente a la Revolución Libertadora. Él fue uno de los pocos intelectuales que se manifestó contra el golpe. Nosotros buscamos esa referencia entre psicoanálisis y peronismo. Massota fue una figura importante en la psicología y el peronismo, aunque luego se alejó. En 2011, nos presentamos por primera vez a elecciones universitarias y desde entonces hemos crecido como espacio intergeneracional. —¿Cómo era la situación del peronismo en Psicología cuando empezaron? —Para el peronismo siempre fue difícil la Universidad, especialmente en Psicología. La última vez que hubo una gestión peronista en la Facultad fue en 1973, y solo duró unos meses. Nosotros ganamos la facultad en 2019 y renovamos en 2023 con 16 de 20 votos. Además, desde 2016, tenemos la conducción del Colegio de Psicólogos, que también renovamos cada dos años. —¿Cómo fue tu experiencia en la función pública? —Trabajé en el Ministerio de Seguridad de la provincia durante el gobierno de Perotti y también en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, cuando Alicia Kirchner estaba al frente. Allí me desempeñé como técnica, trabajando en el fortalecimiento de asociaciones civiles y cooperativas. Fue una experiencia muy enriquecedora, especialmente por la visión de Alicia, que buscaba fortalecer equipos de trabajo y promover la cooperativización. —¿Actualmente te dedicás solo a la política? —No, también trabajo como psicóloga. Tengo consultorio, soy docente en la universidad en la cátedra de Historia de la Psicología, y soy secretaria de extensión de la facultad. Además, trabajo en medicina laboral en los policlínicos del Pami. Para mí, todas estas funciones son militantes. No separo mi trabajo de mi militancia; soy militante las 24 horas. —¿Creés que una buena psiquis es una psiquis peronista? (risas) —Sí, porque el peronismo contempla el orden del deseo. A diferencia de otras ideologías, el peronismo no se limita a las necesidades básicas; incluye también el gasto improductivo, como las vacaciones o el aguinaldo, que son fundamentales para la clase obrera. El peronismo genera condiciones más protectoras para la salud mental porque no posterga el deseo. Es la mejor muñeca para la niña, la posibilidad de las vacaciones, es el ahora. Subjetivamente, como corriente, de verdad que genera mejores condiciones para la salud, porque contempla el orden del deseo. —¿Qué ejes creés que deberían guiar esta campaña? —El Concejo municipal debería ser un contrapeso a la Intendencia, pero hoy no lo es. Rosario lleva 30 años gobernada por el mismo partido, y el Concejo no tiene peso. El Concejo no está en la agenda de los rosarinos y rosarinas. Necesitamos que sea un espacio donde se discutan temas importantes, algunos tienen que ver con mi campo específico, que es la salud, pero también con la producción y la seguridad. Por ejemplo, en Rosario hay un 40% más de casos de sífilis que hace tres años. ¿Eso se sabe? Nosotros tenemos una cepa multirresistente de tuberculosis, que es propia de Rosario, pero eso no se discute. Hay mucha gente que se pasó de la prepaga al sistema público. Y nadie dice nada. ¿Qué incidencia va a tener el Concejo? La que vos le quieras dar. Tampoco se discute de producción. —¿Qué le falta al Concejo para ser más efectivo? —Le falta conexión con la gente. Los concejales no pueden limitarse a resolver problemas menores, como tapar baches. Deben trabajar en temas estructurales, como el transporte, que necesita una planificación metropolitana. También falta diálogo con los actores involucrados, como las cámaras empresariales o los trabajadores. El Concejo debe ser un espacio de contrapeso y transformación. —¿Qué le falta al Concejo para generar mayor empatía y conexión con la gente? —Le falta entusiasmo y convocatoria. Los políticos deben trabajar en las condiciones para que la gente se apropie de las transformaciones. No se trata solo de ganar elecciones, sino de movilizar a la gente y generar cambios reales. El Concejo debe ser un espacio donde se discutan los problemas de la ciudad y se busquen soluciones con la participación de todos los actores involucrados. —¿Cómo ves el futuro del peronismo en Rosario? —Creo que tenemos la oportunidad de entusiasmar a las nuevas generaciones, como Néstor y Cristina lo hicieron conmigo en 2003. Debemos mostrar que el peronismo es una herramienta de transformación y no solo una estructura vacía. Si logramos eso, el peronismo puede volver a ser una fuerza importante en Rosario y en todo el país.
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