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Concordia » El Heraldo
Fecha: 15/03/2025 12:00
Me tomé un tiempo para comenzar, porque la bronca, la indignación se iba adueñando de mi interior, y yo no quería sumar más odio; demasiado fue el odio, la saña con que “nuestras’’ fuerzas de seguridad reprimieron a aquellos a quienes le debemos la vida. Esto me hizo recordar una frase nefasta, como nefasta era quien la expresó; la “señora” Lagart, cuando era Directora del Fondo Monetario Internacional, sobre los mayores: “El problema de la economía mundial son los viejos, y hay que hacer algo al respecto”. ¿Qué quiso decir? con hay que hacer algo al respecto. ¿Que estaba sugiriendo?, para ella, ese “algo”, eran los viejos y eran el problema… Y mirando la terrible represión del miércoles 12, donde golpeaban a abuelas de más de 80 años, tirándolas sobre el asfalto, rociarlos con gas pimientas e intentando dispersarlos con gas lacrimógenos, uno de esos cartuchos que dieron contra la cabeza de un joven fotógrafo, (que está en grave estado), la quita de subsidio a medicamentos, usados por las personas de la (tercera edad), los medicamentos oncológicos, etc... Será que este gobierno y las fuerzas de “seguridad”, entendieron de ese modo el mensaje de Cristina Lagart, de que algo había que hacer con los viejos. Creo que sí, para llevar a cabo un programa económico que cierra fábricas, aumenta el desempleo, también las tarifas y alquileres, como los comestibles, meter mano al ANSES, que es de los jubilados de todo el país para poder pagar lo adeudado al F.M.I. como esta institución usurera, insensible lo exige. Aunque para eso haya que romper cabezas, apalear y tirar al piso a abuelas de más de 80 años? Dicen (para cubrir esta criminal represión), que eran “barras bravas”, ¿les parece que esos jubilados de más de 70 años, de cabello blanco, algunos apoyados en bastones, tenían “pinta de barras bravas? Es el colmo de las mentiras lo que dice “la ministra de seguridad”, incluso ridículo. Vuelvo a Dios para pedirle que ilumine a los gobiernan, para que tengan un poco de sensibilidad y escuchen lo que pacíficamente piden, soportando la violencia de alguna mente desquiciada, porque es el estado quien debe acompañarlos y ayudarlos en esta etapa de su vida, después de haberlo dado todo por su patria. Extiendo esta oración rogando a este Dios para e que nada es imposible, sane las heridas de Pablo, el fotógrafo que solo fue a hacer su trabajo profesional. Y con los jubilados, con los abuelos, nunca más se use la violencia, no olviden ustedes los represores, que alguna vez recibieron el amor de sus abuelos en una caricia, un beso o en un abrazo lleno de ternura.
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